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La policía reconstruye los últimos minutos de la joven Agostina Rubini desaparecida en Palma

Los investigadores del grupo de Homicidios concluyen que la argentina de 24 años se metió en un contenedor de basura bajo los efectos del alcohol y el camión de recogida la trasladó hasta una incineradora

Agostina Rubini desaparecida en Palma
Zona de contenedores de basura en la que desapareció la joven de 24 años Agostina Rubini el 2 de octubre, en Palma.CATI CLADERA (EFE)
Lucía Bohórquez

A la joven argentina de 24 años Agostina Rubini se le perdió la pista la madrugada del pasado tres de octubre en la zona del Paseo Marítimo de Palma. Había quedado con sus amigos después de las clases para salir un rato y tomar unas copas en esta conocida zona de ocio de la capital balear. Poco antes de la medianoche, Rubini se dirigió a la parada del autobús para regresar a su domicilio en Palmanova, en el vecino municipio de Calvià. Pero nunca llegó a cogerlo. La Policía Nacional de Baleares ha ofrecido este jueves datos sobre el avance de la investigación abierta para dar con su paradero y baraja la única hipótesis de que la chica, bajo los efectos del alcohol, se metió en un contenedor de basura situado junto a la parada del autobús y terminó siendo transportada por el camión de recogida hasta la planta incineradora de residuos de Son Reus. Los investigadores descartan encontrar con vida a la joven porque “es imposible” sobrevivir dentro de un camión de recogida por el mecanismo de prensado que utilizan, según ha subrayado el inspector jefe del grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Baleares, Ángel Ruiz.

La investigación constata que la joven quedó con sus amigos en la noche del miércoles dos de octubre para tomar unas copas en la zona del Paseo Marítimo de Palma. Según las imágenes de las cámaras de seguridad revisadas por los policías, la joven se despidió del grupo y anduvo desde la zona de bares hasta la calle Andrea Doria, donde se sitúa la parada del autobús que iba a coger para regresar a su casa. A las 23.57 horas se le pierde la pista en las cámaras y a las 00.20 pasó el autobús, al que no se subió. La Policía Nacional cree que en esa ventana de tiempo de 23 minutos la joven se metió en el contenedor de basura que había junto a la parada del autobús. Lo cree así porque han localizado a una testigo que a las 00.12 minutos se sentó en unos bancos justo detrás de la batería de contenedores para hablar por teléfono. La mujer vio un bolso en el suelo a escasos centímetros de los contenedores, que llevaba dentro una blusa estampada que, según han comprobado con las imágenes de las cámaras, es la que llevaba puesta Rubini. “El hecho de que el bolso esté ahí es un indicio potente de que accedió de forma voluntaria al contenedor” ha señalado Ruiz.

El rastreo del teléfono móvil de la joven también ha llevado a los investigadores hasta el contenedor de basura, porque el terminal permaneció quieto hasta las 00.27, la hora a la que pasó el camión de recogida de residuos. “Coinciden las zonas por las que pasa el camión con el posicionamiento del teléfono móvil” ha explicado el inspector jefe, que ha detallado que también se han analizado las imágenes de la zona y se ha comprobado que ningún automóvil se paró en ese lapso de tiempo, descartando así la posibilidad de que alguien hubiera obligado a la joven a entrar en un coche. “Si una persona quiere deshacerse de vestigios de un ilícito penal cometido contra un tercero, obviamente no va a dejar pistas perfectamente a la vista y colocadas. Es de sentido común”. Según ha detallado Ruiz, la joven estaba tomando medicación y tenía una baja tolerancia al alcohol. Testigos que estuvieron con ella aquella noche, como el dependiente de una tienda en la que entró poco antes de desaparecer para comprar una bolsa de patatas, han afirmado que la joven estaba “en un estado de embriaguez un poco por encima de lo normal”.

Búsqueda

El teléfono de Rubini fue emitiendo señal, con pequeños vacíos de cobertura, hasta llegar a la planta incineradora de residuos de Son Reus a las 00.52. Finalmente, el terminal se apagó a las 2.59 de la madrugada. La última ubicación: la plataforma de acceso en la que los camiones vierten los residuos, una sala estanca de gruesos muros de hormigón con más de 12.000 toneladas de deshechos. Desde el pasado fin de semana, cuando los investigadores obtuvieron los datos de las señales del teléfono y centraron la búsqueda en la planta, se trata de encontrar sin descanso los restos de la joven, una tarea que se está realizando tanto de forma manual como utilizando maquinaria especializada y que se ha extendido a otra planta cercana donde fueron trasladados algunos residuos.

Ruiz ha avanzado que ya se han hallado restos óseos en la planta de Son Reus, pero aún están pendientes de los resultados forenses que descarte que se trate de restos de animales y, posteriormente, tendrán que comprobar si pertenecen a la joven. “En el tanque hay 12.000 toneladas de residuos en el momento en que se inicia la búsqueda. Los residuos se incineran a más de 1.200 grados durante una hora, pero esperamos poder cribar y encontrar vestigios” ha dicho. En el contenedor en el que creen que se metió la joven no se han hallado “restos relevantes” porque los camiones son limpiados cada día después de cada servicio. Las labores de búsqueda continuarán hasta que se puedan encontrar restos de la joven para dar por cerrado el caso. La Policía Nacional ha explicado que han ofrecido los detalles de la investigación con el beneplácito de la familia de la chica y para evitar situaciones de “psicosis” así como especulaciones que pudieran alentar teorías sin fundamento sobre el destino final de la joven.

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Sobre la firma

Lucía Bohórquez
Colaboradora de EL PAÍS en las Islas Baleares. Periodista de la Cadena SER en Mallorca desde el año 2008, donde se ha especializado en temas de tribunales. Estudió Periodismo en la Universidad del País Vasco.
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