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Un arsenal completo para defender la fabricación de tabaco ilegal

Detenidas 24 personas en Málaga y Sevilla de una trama criminal dedicada a la producción ilícita de cigarrillos y pertrechada de numerosas armas de fuego

Parte de los más de tres toneladas de tabaco intervenidas en una operación contra contrabandistas, en Sevilla.
Parte de los más de tres toneladas de tabaco intervenidas en una operación contra contrabandistas, en Sevilla.Ministerio de Hacienda (Ministerio de Hacienda)
Nacho Sánchez

Un subfusil, un rifle con mira telescópica, una escopeta robada, tres armas de aire comprimido y una catana: son solo parte del arsenal intervenido a una organización criminal dedicada al contrabando de tabaco en Andalucía. El grupo contaba con cinco fábricas de picadura y dos almacenes repartidos entre las provincias de Málaga y Sevilla. En las instalaciones han sido incautadas tres toneladas de tabaco de elaboración ilícita y otras nueve toneladas de materiales para su fabricación, además de numerosas armas de fuego. La operación, desarrollada durante cinco meses e impulsada por la Policía Nacional con la colaboración de la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera, ha culminado con la detención de 24 personas. Se calcula que han defraudado más de dos millones de euros con su actividad.

Los primeros pasos de la investigación —dirigida desde Antequera— llevaron a los agentes hasta Mollina, en el interior de la provincia de Málaga, área donde las fuerzas de seguridad han realizado distintas operaciones contra el tabaco ilegal en los últimos años. Allí habían detectado una nave industrial que ejercía de almacén y fábrica de tabaco de contrabando, que desde dicha localización se distribuía a todo el territorio nacional a través de canales ilícitos. Los policías consiguieron identificar a algunos de los responsables del trabajo y, con ellos, el operativo se fue ampliando a otras localidades del entorno tanto de la provincia de Málaga como de Sevilla. Ahí los investigadores consiguieron analizar las rutinas de trabajo de los miembros de la organización y cómo desarrollaban cada una de las fases para la producción ilegal de cigarrillos.

A principios del pasado mes de abril, un operativo compuesto por numerosos agentes de la Policía Nacional detuvo a 11 personas en Mollina, donde también se desmanteló un fábrica ilegal de picadura de tabaco. En su interior había una completa cadena de montaje que permitía desde el tratamiento, picado y procesamiento de la hoja hasta el envase de los cigarrillos. Allí se intervinieron 1,2 toneladas de picadura de tabaco y otras 2,8 de hoja de tabaco troceada, además de “diversos materiales precursores necesarios para desarrollar la fase inicial de picado de tabaco”, según han informado Guardia Civil y Policía Nacional en un comunicado conjunto.

El análisis de la documentación intervenida permitió a los policías continuar con la segunda fase de la operación —denominada Fat-Kifla-Tavaban— con la detención de otras 13 personas entre las provincias de Málaga y Sevilla, además del desmantelamiento de otras cuatro fábricas de picadura de tabaco y dos almacenes más de hoja de tabaco troceada, donde se encontraron 6,5 toneladas de dicha sustancia. Los agentes también se incautaron de otras 2,5 toneladas de picadura, 75.000 euros en efectivo y 10 vehículos, entre ellos varios de alta gama, así como de dos camiones.

Los investigadores han hallado también numerosas armas en las distintas instalaciones donde operaba esta organización criminal. Así, se han intervenido cinco de fuego —un subfusil, un rifle con mira telescópica, una pistola con silenciador, una escopeta robada y una pistola de fogueo— y tres de aire comprimido: dos revólveres y una carabina. También cuatro machetes y una catana. La presencia de este arsenal ha sido una sorpresa respecto a otras operaciones contra el tabaco de contrabando, en las que, aunque se suelen intervenir armas, normalmente es en mucha menor cantidad. En una de las más importantes, desarrollada en cuatro provincias andaluzas a la vez donde un grupo criminal tenía instalaciones para fabricar dos millones de cigarrillos al día, solo se encontraron dos. Y en otras, como la que permitió descubrir la primera fábrica de tabaco bajo tierra, no se llegó a incautar ninguna.

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