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Partido Popular
Crónica
Texto informativo con interpretación

Diagnóstico: hipotensión

El ánimo de los asistentes a la manifestación del PP está contenido hasta que aparece ella: Isabel Díaz Ayuso

De izquierda a derecha, Cuca Gamarra, Isabel Díaz Ayuso, Alberto Núñez Feijóo, Dolors Montserrat y José Luis Martínez Almeida, este domingo en la manifestación en Madrid.
De izquierda a derecha, Cuca Gamarra, Isabel Díaz Ayuso, Alberto Núñez Feijóo, Dolors Montserrat y José Luis Martínez Almeida, este domingo en la manifestación en Madrid.Álvaro García
Ángeles Caballero

Pasadas las once de la mañana, un runner poblado de canas camina por el inicio del Paseo de la Castellana. Lleva dos perros pequeños y una camiseta en la que pone Vete ya, Sánchez, con lo que una intuye que es su uniforme para mantenerse en forma de manera estructural, no porque este domingo el PP haya convocado una concentración para protestar por la amnistía y en defensa de la igualdad de los españoles en la Puerta de Alcalá. Muy cerca, en la esquina de la tienda de Loewe, aparecen ellas: las rubias Súper España.

Son rubias porque han obedecido a esa llamada unánime de las peluquerías cuando se van cumpliendo los años. Esa que advierte de que hay que aclarar el tono capilar porque las melenas oscuras endurecen el gesto y echan años. Y son Súper España porque al outfit del domingo han añadido la bandera. Al cuello, a la cintura, como pareo, en la gorra, en la muñeca y en las gafas. En la correa de las mascotas.

A la altura de Prada una señora llama por teléfono a Nano. Le da muchas gracias por lo de anoche, “porque estaba todo buenísimo”, pero también quiere saber si están en la manifestación. Lamentablemente, Nano está camino de La Toja. “Hay gente, pero tampoco es arrollador. Es que lo han anunciado poco”, dice su amiga. Imposible saber la reacción de Nano, aunque se intuye el disgusto.

El personal va llegando a la plaza de la Independencia. Una pareja muestra su desacuerdo con Sánchez: “Qué cansino con el fango, de verdad. Y qué coño hace el Fiscal [General del Estado] metiéndose donde no le llaman”. A la altura de la cafetería Mallorca, cerrada por obras, una empleada de hogar, con uniforme, porta el carrito del bebé al que cuida con una bandera en la mano.

En el escenario está el animador de siempre en los actos populares: el periodista de la Cadena Cope Carlos Moreno, El Pulpo. También el periodista Javier Negre, grabando con su móvil a los asistentes. Mientras pone música, Moreno lanza mensajes: “Va a ser un día histórico, a ver qué saca la tele luego […] Acompañamos en el sentimiento a todos aquellos que se han dejado engañar por Pedro Sánchez. […] Esta es la España feliz del Partido Popular, sin complejos. […] En los actos de Sánchez le ponen gente de atrezzo, aquí vamos a pecho descubierto”. Suena la canción Es mentiroso, de Olga Tañón. Dos señoras portan camisetas con idéntico mensaje: “Molta Bergoña, porca miseria”. Por detrás pone “Viva España”.

Pasados dos minutos de las doce de la mañana, la Puerta de Alcalá no está ni medio llena, pero las sombras están repletísimas de gente. Están los presidentes autonómicos del PP, Aznar y Rajoy. “Vaya mierda de solazo. Esto nublado se llena”, dice una asistente. El helicóptero de la Policía Nacional vigila los cielos y también un dron, objeto que no se escapa de la ideología. “Si es del PSOE dirán que somos cuatro”, bromea una señora.

El acto arranca con casi media hora de retraso y ya la plaza tiene tres cuartos de aforo. Anuncian al “alcalde de España”, José Luis Martínez Almeida, que tira de repertorio habitual: sales de fruta, fútbol, las plañideras de Ferraz, Sánchez odia Madrid. Sale Fernando Savater. Se le escucha regular y una no sabe si es buena idea recurrir a un filósofo a las 12:35 de un domingo. Los aplausos son tímidos, como los que le lanzan a la opositora venezolana María Corina Machado.

Hasta que llega ella. Que no es rubia porque puede ser lo que le dé la gana. Ayuso resucita a los muertos de calor y reanima a los hipotensos. Dice lo de siempre y en todas partes, es un titular andante. “Estamos vivos y alegres”, afirma. Y le da paso a él: al presidente de su partido, al ganador de las elecciones generales. Y mucha gente opta por irse, sin hacer ruido. “Joder, qué desbandada”, comenta un señor. “A este nadie le quiere porque la que nos gusta es Ayuso”, dirá otra señora, vecina de sombra. Feijóo arranca su intervención diciendo que “Madrid está más bonito que nunca”.

“¿Has reservado la ensaladilla rusa?”, pregunta una esposa a su marido. Porque militar y protestar es cansado, pero el aperitivo es sagrado.

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