El Obispado de Mallorca comercializa ilegalmente un hotel con 120 habitaciones en el santuario de Lluc
El Consell de la isla abre un expediente sancionador contra el establecimiento tras una inspección realizada en abril con una posible multa de miles de euros
El Obispado de Mallorca lleva años explotando ilegalmente un hotel con 120 habitaciones y apartamentos vacacionales en el recinto del santuario de Lluc, en el municipio mallorquín de Escorca. El Consell de Mallorca, con las competencias delegadas en inspección turística, ha abierto un expediente sancionador contra la hospedería del santuario, propiedad de la diócesis, después de que dos inspectores turísticos constataran las irregularidades en una visita realizada el pasado mes de abril al establecimiento dentro de la campaña contra la comercialización ilegal de plazas vacacionales.
Las 268 plazas turísticas del hotel se publicitan en portales como Booking.com, a través del cual se puede reservar una habitación para pasar un fin de semana en pleno mes de julio por 208 euros con desayuno incluido. El santuario de Lluc, propiedad del Obispado de Mallorca, es un complejo espiritual ubicado en plena sierra de Tramontana. Cuenta con la hospedería que ofrece 81 habitaciones y 39 apartamentos en distintos regímenes de alojamiento que van desde solo el alojamiento al desayuno y la cena incluidos; un restaurante; salas para la celebración de eventos; piscina y un jardín botánico.
Sin inscripción en el registro
Este complejo lleva años comercializándose como cualquier otro hotel de la isla, pero que no está inscrito en el registro de empresas, actividades y establecimientos turísticos del Consell de Mallorca. El artículo 27 de la Ley de Turismo de Baleares establece que los consells insulares tienen la obligación de poner en marcha estos registros, en los que es obligatorio que inscriban de oficio a los establecimientos turísticos una vez estos hayan presentado la declaración responsable de inicio de actividad.
Esta declaración es indispensable para poder iniciar la actividad económica y en ella, los responsables de la empresa declaran que cumplen los requisitos establecidos para poder ejercer la actividad. Esto incluye a las hospederías, que la ley autonómica define como “establecimientos que formando parte de una iglesia, capilla o santuario destinan algunas de sus dependencias al servicio de alojamiento al público en general”.
El pasado mes de abril, dos inspectores del Consell de Mallorca acudieron a la hospedería de Lluc para realizar una visita y constataron que el recinto hotelero no estaba inscrito en el registro oficial porque no había presentado la declaración responsable de inicio de actividad. “Identificamos este establecimiento, al que se le ha levantado un acta que seguirá un trámite como el que siguen todas las actas. Este establecimiento ya tuvo una denuncia en el año 2022″, ha detallado el consejero insular de Turismo, Marcial Rodríguez, quien ha subrayado que el anterior equipo de gobierno “no actuó con el compromiso que tenemos ahora” tras la primera denuncia que se registró contra el recinto.
Las infracciones cometidas por el Obispado de Mallorca podrían ser tipificadas como graves, por lo que la diócesis se enfrenta a sanciones de hasta 400.000 euros o incluso a la suspensión de la actividad durante un tiempo. Fuentes del Obispado de Mallorca afirman que no se ha recibido “comunicación formal o administrativa” de la apertura de un expediente sancionador, aunque reconocen que sí cuentan con el comprobante de la visita de dos técnicos del Consell de Mallorca que cuando terminaron las comprobaciones les hicieron entrega de un acta.
Estas fuentes señalan que, independientemente de que se abra o no el expediente, el santuario está trabajando desde que asumieron la gestión “para adaptar cualquier tipo de instalación a las normativas turísticas”. “Si, a raíz de esta visita, se perciben infracciones, la voluntad es arreglarlas” sostiene la diócesis.
La información sobre la apertura de un expediente sancionador, adelantada por Diario de Mallorca, llega apenas una semana después de que el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, exigiera al Consell de Mallorca que regulara el tráfico en las carreteras de la isla y denunciara la saturación de ciclistas en determinadas vías.
Taltavull se mostró “preocupado” por la masificación y denunció que dos semanas antes, los participantes en un encuentro espiritual en el santuario de Lluc tuvieron muchas dificultades para acceder a la zona debido a la enorme cantidad de ciclistas en la carretera. “Esperamos que todo se normalice y que haya facilidad en el transporte”, afirmó.
El consejero insular de Turismo rechaza que la inspección se llevara a cabo como venganza por las declaraciones del obispo y ha insistido en que se han hecho 700 salidas durante el mes de abril de las que el 60% han derivado en actas de inspección. “Ha sido una inspección fortuita, como muchas otras que han ocurrido este mes”, ha señalado.
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