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El PSOE multiplica la presión sobre Ábalos, que se resiste a renunciar como diputado en el Congreso: “Es insostenible”

Líderes territoriales y miembros de la dirección consideran “inasumible” que el ex ministro de Fomento y ex secretario de organización socialista no entregue el acta tras el escándalo de corrupción protagonizado por Koldo García

José Luis Ábalos y Koldo García, en una imagen de archivo. Foto: MANUEL BRUQUE (EFE) | Vídeo: EPV

La presión sobre José Luis Ábalos para que renuncie a su acta de diputado en el Congreso ha alcanzado prácticamente un punto de no retorno. La dimensión que ha tomado el escándalo de corrupción del caso Koldo ha dejado a quien resultó ser una de las personas más poderosas del Gobierno y del PSOE en los tres primeros años de Pedro Sánchez en La Moncloa en una posición “insostenible”, según algunos dirigentes. Nadie en el partido salió a defenderlo en público justo el día en que el juez levantaba el secreto de sumario del caso sobre la supuesta trama corrupta en la que García, hombre de confianza de Ábalos durante cuatro años, se habría lucrado de manera ilegal con la compra de mascarillas durante la pandemia, en la que desempeñó un papel clave como conseguidor aprovechando sus contactos y cercanía al ministro en su etapa en Transportes (2018-2021).

María Jesús Montero explicitó el sentir generalizado en el PSOE conforme se conocían más detalles de la investigación. La vicepresidenta primera del Gobierno y vicesecretaria general de los socialistas elevó la presión sobre Ábalos, con una contundencia que hasta ahora el partido no había realizado, invitándole a renunciar a su acta en el Congreso. “Parece que no hay ningún tipo de reproche penal o de delito del señor Ábalos y, por tanto, le corresponde a él tomar cualquier decisión. Yo sé lo que yo haría. No puedo decir lo que el señor Ábalos quiere hacer o va a dejar de hacer. Yo sé lo que yo haría”, afirmó en Cádiz, en un encuentro informativo organizado por el Grupo Joly. “Usted sabe lo que yo haría”, apostilló Montero a la pregunta de si ella renunciaría al escaño en similares circunstancias.

El jueves, Ábalos se reunió en el Congreso con su sucesor como secretario de organización del partido, Santos Cerdán, a quien aseguró que no había cometido ninguna irregularidad. Ábalos garantizó en el encuentro, según adelantó EL PAÍS, que todos los contratos y las actuaciones en los que él participó eran correctos y estuvieron supervisados por la intervención. En el hipotético escenario de que Ábalos no renunciara pero el PSOE optase por expulsarlo del partido, iría al Grupo Mixto en el Parlamento. El exministro de momento no renuncia al acta, pero en una entrevista en EL PAÍS asegura que está a disposición de su partido, que nadie de la dirección le ha pedido formalmente que deje el escaño, y que en cualquier caso tomará esa decisión de acuerdo con el partido, no en solitario, por lo que esa idea de ir al Grupo Mixto se aleja.

El malestar con la actuación del exasesor de Ábalos, que según la querella de la Fiscalía aprovechó presuntamente su estatus en el Ministerio de Transportes, ha provocado que el PSOE diera un salto enorme en sus declaraciones en público. Y que lo hiciera ni más ni menos que a través de Montero, con galones para pedirle a quien fue un miembro clave del núcleo duro de Pedro Sánchez entre 2016 y 2021 que abandone la primera línea de la política dejando el acta parlamentaria, que es personal. En el PSOE se interpretó que un mensaje así necesariamente tiene que estar autorizado por Sánchez, quien estaría así abriendo la puerta a Ábalos para que deje voluntariamente la política. Ahora, la pelota está en el tejado de exministro.

Y no parece que nadie vaya a salir en su defensa. “Si alguien perjudica al partido tiene que irse, la honorabilidad del PSOE tiene que estar por encima de todo”, son tajantes las voces consultadas en la dirección federal. “Ya tarda, simplemente porque Koldo era de su máxima confianza. Con eso basta”, coincide otro integrante de la ejecutiva socialista.

El cambio en el tono empleado por el PSOE se produce mientras se conocen los pormenores de la presunta red corrupta. El auto recoge que, entre 2020 y 2022, Koldo García y su familia pasaron a ser titulares de “bienes muebles e inmuebles cuyo valor podría alcanzar la cifra de 1,5 millones de euros”. Los investigadores hablan de la adquisición de tres inmuebles en Benidorm (Alicante), uno de los cuales, comprado por 115.000 euros, el antiguo hombre de confianza de Ábalos puso a nombre de su hija menor sin constituir ninguna hipoteca. “Cada uno tiene que saber lo que tiene que hacer en cada momento”, observó la ministra de Defensa, Margarita Robles, en una entrevista en RNE

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“[Ábalos] Tendría que renunciar al escaño, por responsabilidad política. La indignación en el partido es absoluta. Que dejara el escaño descomprimiría bastante”, piensa un líder territorial. “No le queda otra”, sentencia un segundo, que da por seguro que la dirección federal se lo pedirá formalmente. “Cuanto antes mejor”, zanjan en otra baronía.

“No hay vuelta atrás, es que es inasumible”, tercia un secretario provincial que destaca que Ábalos y García “estaban todo el día juntos”: “Está muy vinculado [a su exasesor]... Que María Jesús haya dicho lo que ha dicho no es casual”, añade. “Diría que es ya por una cuestión de dignidad, ¿qué va a sacar atrincherándose en el escaño?”, opina el responsable de otra provincia. “Si es como pinta, es una sinvergonzonería. Pero si [Ábalos] dimite es una manera de reconocer expresamente una responsabilidad que va más allá del caso en sí que se está investigando”, reflexionan en la cúpula de otra federación donde concluyen que movimientos como el de Montero apuntan “que le harán dimitir, pero habrá que ver si sirve de cortafuegos o adquiere más dimensión”.

Entretanto, en el PSOE como en el Gobierno están leyendo toda la documentación que se está publicando una vez que se ha levantado el secreto del sumario. Y, aunque no hay implicación directa de Ábalos, los detalles han escandalizado a los dirigentes, que llegan a la conclusión de que el exministro tiene como mínimo una responsabilidad política clara por contratar a García y a su mujer y darle a él un peso creciente dentro del ministerio. Según la querella, ello le permitió hacer uso de su influencia para lucrarse. Mientras, todas las miradas en el PSOE se concentran en Ábalos.

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