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Policías españoles y franceses estrechan el cerco en Dubái al mercader de armas amigo del rey emérito

Los dos países europeos reclamaron la detención inmediata de Abderramán El Assir durante una reunión conjunta en septiembre con agentes emiratíes

Mansión de Abderramán El Assir embargada por Hacienda en la madrileña avenida de Miraflores (Moncloa-Aravaca).
Mansión de Abderramán El Assir embargada por Hacienda en la madrileña avenida de Miraflores (Moncloa-Aravaca).Lucie MAILLARD
José María Irujo

España y Francia no renuncian a detener a Abderramán El Assir, el mercader de armas libanés reclamado por Interpol y refugiado en Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU), que acompaña allí a Juan Carlos I. El pasado septiembre, una delegación de policías españoles y franceses pertenecientes a la Red Europea de Equipos Activos de Búsqueda de Fugitivos, organismo que integra a 28 países europeos, reclamó en Dubai a la policía de ese país la inmediata detención de El Assir, según han confirmado a EL PAÍS fuentes policiales. El amigo del rey emérito se encuentra en búsqueda y captura por reclamaciones judiciales de ambos países. Su paradero era un misterio hasta que, en diciembre de 2022, una investigación de este diario lo localizó en Abu Dabi en compañía del ex jefe del Estado.

A la reunión policial celebrada en Dubai asistieron tres representantes de la Brigada de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional, dos agentes franceses especializados en la búsqueda de delincuentes fugados y altos cargos de la policía emiratí. El encuentro tuvo lugar en el marco de la presidencia española de la Red Europea de Equipos Activos de Búsqueda de Fugitivos y fue aprovechado por las delegaciones de ambos países europeos para reclamar “como caso conjunto” la detención y entrega inmediata de Abderramán El Assir, de 73 años, un escurridizo personaje que, según personas cercanas al rey emérito, ha encontrado en Juan Carlos I un “escudo protector” en el que guarecerse. La colaboración de la Policía francesa y española se estrechó tras revelar EL PAÍS el paradero del fugitivo. Entonces, el Grupo de Localización de Fugitivos reactivó en Interpol la orden de búsqueda y pidió a la Audiencia Provincial de Madrid el envío urgente a sus colegas de una reseña dactilar de El Assir para su cotejo internacional. La jueza que investiga el caso lo autorizó.

El viaje de las delegaciones española y francesa a Dubai tenía como objetivo exponer a las autoridades policiales de Emiratos los casos pendientes de resolver e intentar “mejorar” la cooperación. “Son extremadamente reservados y es uno de los países más problemáticos a la hora de entregar a fugitivos”, describe un agente. Francia acaba de estrenar una plaza de oficial de enlace en Dubai y España solo cuenta con un agregado del Ministerio del Interior en la embajada en Abu Dabi. Emiratos Árabes Unidos está considerado como uno de los paraísos para la delincuencia internacional. La Agencia Antidroga de EE UU (Drug Enforcement Administration) lo señala como uno de los lugares preferidos por los traficantes de droga, estafadores y delincuentes económicos, una crítica en la que coinciden fuentes policiales de distintos países europeos y anglosajones.

Abdul Rahman El Assir, en una imagen de hace décadas.
Abdul Rahman El Assir, en una imagen de hace décadas.

Interlocutor y secretario

La relación entre Abderramán El Assir y Juan Carlos I se ha afianzado desde que el rey emérito estableció su residencia en Abu Dabi, en agosto de 2020. Juan Carlos I ha presentado al comerciante de armas a varias personas de su círculo más cercano como “intermediario o interlocutor” para sus gestiones personales, según varios testigos. “Desde 2021 le está haciendo labores de secretaría, le da consejos y llama de su parte a algunas personas”, afirma una fuente próxima al rey emérito. “Le da ideas para monetizar su figura y lo hace en público. No se esconde”, coincide otra.

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Desde hace un año, a El Assir se ha unido en esta función su yerno Hugo Linares, un joven abogado madrileño casado con una de sus hijas. “Te llamará Hugo. Contacta con Hugo”, acostumbra a decir el rey emérito a sus interlocutores. En 2018 Linares, abogado de profesión, gestionó durante meses un acuerdo de El Assir con la Fiscalía, la Abogacía del Estado y la Agencia Tributaria para que su suegro regresara a España, saldara su deuda de 15 millones con Hacienda (se la rebajaban a cinco millones) y acabara con una fuga de más de una década. Los cinco millones nunca llegaron y el libanés, fiel a su estilo, dio una vez más la espantada y no se presentó al juicio. La Fiscalía solicita ahora para él una condena de ocho años de prisión y el pago de casi 90 millones.

La amistad entre el rey emérito y El Assir no es nueva. Es pública, se remonta a los años ochenta y se sustenta en un núcleo de amigos comunes y en la afición a la caza. “Ahora algunos han intentado distanciarlos, pero no lo han conseguido. La relación se enfrió, pero el reencuentro y la soledad de ambos en Abu Dabi los ha vuelto a unir”, describe una persona cercana a Juan Carlos I. La relación con este fugitivo, del que solo existen dos fotografías tomadas en los últimos 40 años, le ha granjeado a Juan Carlos I críticas de algunos de sus mejores amigos, según cuenta su entorno.

Pese a su obsesión por la privacidad, Abderramán El Assir se ha movido como pez en el agua en los círculos de la alta sociedad internacional. Cuñado de Adnan Khashoggi, el famoso vendedor de armas afincado en Marbella y fallecido en 2017, las revistas del corazón informaron de su separación de Samira, madre de Dodi Al-Fayed, quien fue novio de Diana de Gales; y anunciaron su matrimonio y separación con María González Longoria, hija de Carlos Fenández-Longoria y Pavía, embajador de España en El Cairo entre 1985 y 1990. Khali, la segunda hija del matrimonio, se casó en Abu Dabi en 2022 con Juan José Franco Suelves, hijo del primer enlace entre Francis Franco y María Suelves, y bisnieto del dictador. El rey emérito fue el invitado de honor.

Dos alertas rojas

Además de la orden de búsqueda y captura dictada por la justicia española en 2019 —con la que se reactivaba otra anterior—, los tribunales franceses ordenaron la detención internacional de El Assir en 2020. El libanés fue condenado en rebeldía en Francia a cinco años de cárcel por el Karachigate, un escándalo de corrupción y venta de armas en Pakistán. Se le persigue por un delito financiero y contra la propiedad. Hasta ahora, Emiratos Árabes Unidos ha hecho oídos sordos a las dos alertas rojas dictadas por Interpol, una organización que agrupa a 195 países miembros y que preside precisamente Ahmed Naser al Raisi, el general emiratí y máxima autoridad policial del país.

En España, el cerco judicial sobre el libanés se estrechó tanto que El Assir trasladó su residencia a Suiza. Durante años residió en el hotel ginebrino Beau Rivage, frente al lago Leman, la que fue residencia de la emperatriz Sissi. De allí, a su casa en la estación de esquí de Gstaad y finalmente el salto a Abu Dabi, porque en Suiza dejó también un reguero de deudas con la Hacienda local: debe 2,2 millones en impuestos, según publicaron varios medios suizos.

“Es un superviviente. Y sus problemas no son solo con Hacienda”, afirma un empresario cercano al rey emérito que pide que se omita su nombre. Este diario no ha logrado el testimonio de El Assir ni de su yerno Hugo Linares.

Investigacion@elpais.es

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Sobre la firma

José María Irujo
Es jefe de Investigación. Especialista en terrorismo de ETA y yihadista, trabajó en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Por sus investigaciones, especialmente el caso Roldán, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Ortega y Gasset y el Premio Internacional Rey de España. Ha publicado cinco libros, el último "El Agujero", sobre el 11-M.

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