Desarticulada una banda juvenil que organizaba peleas con navajas en Sevilla
La Guardia Civil detiene a dos miembros del grupo violento, que captaba adolescentes manipulables en colegios, institutos y redes sociales
La Guardia Civil ha detenido a dos miembros de la banda juvenil violenta Blood (”sangre” en inglés) e investiga a otros seis, la mayoría menores de edad, por organizar peleas con navajas entre adolescentes a las afueras de Sevilla. Los cabecillas pandilleros captaban jóvenes vulnerables en colegios, institutos, centros deportivos y a través de las redes sociales. Los agentes acusan a los jóvenes detenidos de organización criminal, amenazas, coacciones y lesiones, así como inducción a la comisión de delitos contra las personas, el patrimonio y la salud pública.
El instituto armado ha practicado registros y se ha incautado de armas blancas, vestimenta, simbología y documentación relacionada con la banda, además de material informático. Los agentes iniciaron la Operación Macana tras conocer agresiones y enfrentamientos violentos por parte de los integrantes de la banda Blood, surgida en Madrid. Las peleas, con navajas, punzones u objetos cortantes, sucedían durante la Feria de Abril de Sevilla en distintos pueblos de la comarca del Aljarafe, a pocos kilómetros de la capital andaluza.
El líder de la banda en Sevilla viajaba con frecuencia a Madrid para “interactuar con los máximos líderes de la organización”, según el comunicado difundido por la Guardia Civil este miércoles. Este cabecilla recibió supuestamente el encargo desde Madrid de constituir un nuevo bloque para captar miembros y crear una estructura.
La banda exigía a los jóvenes aspirantes superar pruebas como agredir a otros adolescentes, recibir castigos físicos como muestra de compromiso o encargos como hurtos o robos con violencia para financiar al grupo ilegal. Estas tareas, denominadas “misiones”, suponían la prueba para pasar de aspirantes a miembros “juramentados”, según el instituto armado. Entre las pruebas exigidas en este bloque sevillano destaca la rotura de los nudillos de la mano mediante golpes a la pared y con un calcetín lleno de piedras.
Tras pasar las pruebas, los jóvenes encontraban su hueco en una estructura jerárquica y piramidal con una rigurosa normativa interna, un código de conducta, vestimenta y disciplina. Si incumplían las normas, se exponían a recibir castigos físicos. El abandono voluntario era penado y castigado por los miembros de la banda.
El grupo era muy activo en las redes sociales y difundía las agresiones cometidas para jactarse de ellas, además de la exhibición de armas -machetes de grandes dimensiones, cuchillos tipo catana y armas de fuego simuladas- para atemorizar a miembros de otras bandas. La Operación Macana ha sido desarrollada por agentes del Grupo de Información de la Comandancia de la Guardia Civil en Sevilla y la Jefatura de Información.
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