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Dos coches bajo el agua y un cadáver: así se localizó a un hombre desaparecido en Galicia durante año y medio

Después de semanas de batidas infructuosas, el rescate de un conductor que cayó al mar con su vehículo y unas pruebas de ADN han permitido cerrar el caso

Operación que se desarrolló el pasado octubre para sacar del agua un vehículo hundido en el puerto de Cambados (Pontevedra) con un cadáver dentro.
Operación que se desarrolló el pasado octubre para sacar del agua un vehículo hundido en el puerto de Cambados (Pontevedra) con un cadáver dentro.

El 30 de abril de 2022, Fernando D. G., de 67 años, un guardia forestal jubilado, salió de casa conduciendo su coche, un Volkswagen Vatiant Passat gris, pero no regresó. Era vecino del barrio de Vilariño, en Cambados (Pontevedra), un municipio costero de apenas 14.000 habitantes, situado en el centro de las Rías Baixas. Un año y siete meses después, el rescate de otro vecino del lugar por la brigada de submarinistas de la Guardia Civil ha permitido, de manera insólita y casual, el hallazgo de este hombre. Su cadáver apareció dentro de su coche, a unos cuatro metros y medio de profundidad y sin signos de violencia. Durante dos meses, el departamento de Criminalística de la Guardia Civil ha analizado los restos y acaba de enviar al juzgado el resultado de los análisis forenses mediante el cotejo de ADN con uno de los familiares de la víctima. Han determinado con un mínimo margen de error que se trata del hombre desaparecido.

El pasado 21 de octubre, J. M. B. C., de 75 años, perdía la vida en el hospital después de caer con su coche al mar, de forma fortuita, en el muelle de la vecina localidad de Vilanova de Arousa (Pontevedra). Había sido rescatado por una embarcación de Salvamento Marítimo. En medio del despliegue de los servicios de emergencias y la intervención de un equipo de submarinistas, un vecino que observaba el rescate comentó a la Guardia Civil: “Allí abajo hay otro coche hundido”, señalando el puerto próximo de Tragove, en Cambados. “Los agentes indagaron sobre esta pista que cinco días después dio resultados afirmativos”, han relatado fuentes de la investigación de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra.

Así, la mañana del 26 de octubre, varios buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) descendieron al fondo de la ría. Enseguida divisaron, a más de cuatro metros de profundidad, un vehículo del que prácticamente solo se distinguían las ruedas. Fue localizado en el área indicada por el informante a los investigadores del caso. En medio de una borrasca de lluvia y viento, se desplegó una carpa en la dársena del muelle para que los buzos y agentes de la Guardia Civil de Cambados, Policía Judicial y Servicios de Emergencias pudieran coordinar este complicado operativo de rescate.

A mediodía, una grúa pudo izar el Volkswagen del fondo del mar. Estaba prácticamente irreconocible por los efectos de la corrosión debido a la salinidad del agua y envuelto por el fango que se acumula bajo estos diques portuarios. Además, la carrocería del vehículo, principalmente el techo, estaba muy dañada y visiblemente hundida, probablemente al ser golpeada con la quilla de los pesqueros que constantemente transitan por este puerto.

Tras una primera inspección, la Guardia Civil informó de que en su interior se habían encontrado restos humanos que tendrían que ser analizados para su identificación y determinar las causas del fallecimiento. En presencia de varios familiares y a falta de los análisis forenses, todos los indicios apuntaban a que se trataba del vecino del que se había perdido la pista 19 meses antes, ya que el modelo y las características del coche coincidían.

Una extraña desaparición

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El rastro de Fernando D. G., un hombre de pelo y barba canosa, se perdió desde el sábado 30 de abril de 2022 y su familia puso la denuncia el lunes 2 de mayo. La Guardia Civil trabajaba sobre la hipótesis de que podía tratarse de una marcha voluntaria por la llamada telefónica que el hombre hizo a un familiar antes de desaparecer, además de otros indicios que aportaron varios testigos y personas próximas al desaparecido, que fueron interrogados en busca de alguna pista sobre su paradero. “También se indagó en varios entornos de la víctima para descartar que hubiera terceras personas involucradas en su desaparición, teniendo en cuenta la criminalidad derivada de la actividad del narcotráfico en esta zona”, han comentado fuentes de la investigación.

Durante varias semanas, tanto la familia del desaparecido como los servicios de emergencias lo buscaron sin éxito, haciendo batidas por diferentes puntos de la costa y también en los montes que rodean este municipio, ya que la víctima conocía estos entornos por su trabajo como agente forestal, del que se había jubilado pocos meses antes. Tal vez lo más extraño del caso es que su coche tampoco había sido localizado.

Cuando en octubre se abrió la última pista sobre el paradero del guardia forestal, a raíz del rescate de otro hombre, la Guardia Civil se puso en comunicación con su familia para informarle de que iban a hacer una inspección subacuática en una punta del puerto de Tragove, concretamente en la zona próxima a la gasolinera donde repostan los barcos, para verificar la información facilitada por un vecino.

El operativo de recuperación del vehículo fue presenciado por familiares del desaparecido que permanecieron en el interior de la carpa para garantizar su intimidad. Fueron ocho largas horas de espera hasta que el titular del juzgado de Cambados que lleva el caso autorizó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado a las instalaciones del Instituto de Medicina Legal (Imelga) donde se le hizo la autopsia. El informe de la Policía Judicial indica que pudo tratarse de una muerte voluntaria, por lo que el juzgado dará por cerrado el caso.

Fue un mes de octubre de sobresaltos para los vecinos de la comarca de O Salnés. Cuando la trágica historia del guardia forestal de Cambados aún estaba dando titulares en las páginas de sucesos de los diarios gallegos, otro accidente en la ría de Arousa tuvo también el espigón del muelle de Cambados como escenario. La mañana del 31 de octubre, el 112 Galicia informó que había aparecido el cuerpo de una mujer flotando en el paseo marítimo, cerca del puerto. Los servicios de emergencias y las fuerzas de seguridad de Cambados volvieron al lugar para tratar de esclarecer este nuevo accidente. La noticia congregó a numerosos vecinos y al alcalde de la localidad mientras esperaban la llegada de los efectivos de rescate y del médico forense, el encargado de decretar el levantamiento del cadáver.

Los buzos de Salvamento Marítimo recuperaron el cuerpo de una mujer de unos 70 años aproximadamente, pelo corto y baja estatura, que presentaba síntomas de ahogamiento, y por el estado del cuerpo el fallecimiento era reciente. Poco después, la Guardia Civil confirmaba el suicidio como hipótesis más probable de la causa de la muerte.

A pocos metros de allí, los agentes localizaron unos zapatos, un paraguas y una nota manuscrita con varios teléfonos anotados. Luego, se pudo comprobar que lo había dejado allí la mujer para que pudiera ser fácilmente identificada. El Ayuntamiento de Cambados informó al día siguiente que tenía 68 años y era vecina de esta localidad.

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