Dirigentes del PP son partidarios de la renovación del Poder Judicial pero no presionarán a Feijóo

Alberto Núñez Feijóo ha decidido mantener para la nueva legislatura el bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial si el Gobierno de Pedro Sánchez no acepta de forma simultánea un cambio de modelo en la elección de los vocales. Nadie en el PP va a discutir al líder esa posición, aunque en el partido hay dirigentes partidarios de renovar el órgano de gobierno de los jueces, que se sorprenden de que el PP se resista tanto al acuerdo, ya que si consensuara la renovación con el PSOE no perdería un ápice de su poder en el consejo. El debate interno en el PP es plural, y también hay dirigentes que apuestan por no pactar con el Gobierno. Ni unos ni otros presionarán a Feijóo, a quien el PP deja manos libres para decidir esta estrategia.

Dirigentes de peso del PP reconocen en privado que sería adecuado renovar el Consejo del Poder Judicial por razones de “institucionalidad y de respeto a las reglas democráticas”, pero también porque hay “miles de jueces con sus carreras profesionales paradas” por el bloqueo. Y, además, llaman la atención sobre que el PP no iba a perder capacidad de influencia en el órgano de gobierno de los jueces con la renovación. Esto es así, recuerdan estas voces, porque el consejo tiene que aprobar los nombramientos por mayoría de tres quintos, lo que implica un consenso entre los vocales propuestos por el PSOE y por el PP para cualquier designación de magistrados.

La corriente de opinión del PP partidaria de pactar y renovar el CGPJ reconoce, no obstante, que el clima político hace muy complicados los acuerdos. Un barón que cree en la necesidad de llegar a pactos de Estado admite que el contexto de la aprobación de la amnistía dificulta cualquier pacto, y considera que Feijóo, sobre todo, tiene que “mostrarse dispuesto” a pactar, aunque luego no lo haga, para no verse penalizado por una actitud no constructiva.

En el PP, también los más reacios a pactar con el PSOE se preguntan si no será preferible acordar el consejo a que los socialistas intenten desbloquear la situación por otras vías distintas a un pacto con el PP. Esta semana, Sánchez ha abierto la puerta a explorar la propuesta que ha hecho el presidente del Consejo, Vicente Guilarte (vocal elegido a propuesta del PP) mediante un artículo en EL PAÍS, que plantea quitarle al Consejo la competencia sobre nombramientos de cargos judiciales y magistrados del Supremo. Con la vía Guilarte esa competencia quedaría en manos de los propios jueces en audiencias y tribunales superiores y en una especie de comisión de notables integrada por magistrados y otros juristas para cubrir las vacantes del Supremo. El presidente socialista ha planteado, sin embargo, primero al PP formar una comisión de trabajo para estudiar la posibilidad de un acuerdo. “Pactar o no pactar es susto o muerte”, apunta un presidente autonómico popular que desconfía de las intenciones del presidente del Gobierno, y que declina pronunciarse sobre qué debe hacer Feijóo.

En cambio, otros barones del PP insisten en que Feijóo no debe pactar el consejo con el PSOE en esta coyuntura, porque el acuerdo tendría más desgaste político que beneficio. “Casi nadie en la calle sabe lo que es el Consejo del Poder Judicial, sin embargo, si pactáramos, todo el mundo entendería que estamos sentados con el PSOE repartiéndonos a los jueces, y ahí estarían Vox y Podemos para recordarlo”, reflexiona otro presidente autonómico del PP. Los representantes del sector duro del partido reconocen sin ambages que en el rechazo al acuerdo en el consejo pesan otras decisiones del Gobierno. La última, el nombramiento como presidente de la agencia Efe del exsecretario de Estado de Comunicación con el PSOE Miguel Ángel Oliver. “Ni una institución sin asaltar. Como para entregarles el CGPJ”, escribió sobre esta noticia la portavoz adjunta del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, en su cuenta de la red social X (antes Twitter).

Nadie tiene muy claro en el PP qué momento sería más adecuado en caso de intentar un acuerdo. El horizonte inmediato es la tramitación de la ley de amnistía, pero después, en 2024, llega un nuevo ciclo electoral con las elecciones gallegas, vascas y las europeas previstas para junio. En el PP esperan además como momento de máxima tensión el regreso a España de Carles Puigdemont en aplicación de la ley de amnistía, que como pronto verá la luz a partir de la primavera del año que viene. Los dirigentes populares más partidarios del pacto dudan por eso de si no sería más conveniente hacer un acuerdo estas Navidades y quitárselo de en medio.

Nada indica, sin embargo, que haya visos de un entendimiento entre el Gobierno y el PP, y todas las señales parecen ir en sentido contrario. Este jueves, el presidente del Gobierno planteó al PP la creación de una “comisión de trabajo” para estudiar las opciones, que los populares desdeñaron. Todavía está pendiente la reunión de Sánchez y Feijóo, porque el líder del PP sí ha aceptado sentarse con el presidente si este le llama. Pero pese al debate interno, en el PP cunde el escepticismo sobre que ambos líderes sean capaces de superar los obstáculos y desbloquear, cinco años después, la renovación del consejo.