Diez millones de matrículas y una furgoneta blanca para dar con los asesinos de Tim
La Policía Nacional de Baleares resuelve un año después el asesinato, disfrazado de atropello, de un joven alemán de vacaciones en Mallorca
El ocho de octubre de 2022 el joven Tim V. salió con un amigo a cenar y dar una vuelta por las calles de Playa de Palma, un conocido reducto de turismo alemán y holandés lleno de tiendas de souvenirs, restaurantes y pubs a pie de un enorme arenal. Los dos amigos habían llegado a la isla unos días antes y se alojaban en un hotel cercano para aprovechar al máximo los últimos días de buenas temperaturas y de baños en el mar antes de enfrentar el otoño en su país natal. Sobre las nueve y media de esa noche los dos amigos separaron sus caminos entre la multitud y nunca se volvieron a encontrar. A las 22.09 una cámara de seguridad captó la imagen de Tim en la zona. Tres minutos después su cuerpo yacía inerte en un carril de la autovía tras haber sido arrollado por un vehículo que circulaba por la carretera. Los primeros atestados de la Guardia Civil apuntaron a un atropello, un accidente de tráfico.
Sin embargo, cuando la noticia fue publicada por la prensa local al día siguiente, un testigo llamó a la policía para explicar que le había parecido ver cómo un cuerpo había sido arrojado desde una furgoneta blanca en mitad de la autovía el día anterior. Creía que podía ser el del joven al que se referían en la prensa. La hipótesis inicial de que la víctima había cruzado la carretera en mitad de la noche y había sido atropellado comenzó a desvanecerse. El grupo de Homicidios comprobó que el trayecto desde donde se captó su última imagen hasta el lugar en el que apareció su cuerpo tres minutos después sólo podía ser recorrida tan rápido en un vehículo. Este viernes, un año después del suceso y tras cotejar más de diez millones de matrículas, la Policía Nacional de Baleares ha anunciado la detención de dos personas acusadas del asesinato de Tim V. con el móvil de robarle. Los arrestados, un hombre de 36 años y otro de 44, fueron detenidos esta semana en Málaga y Palma y han ingresado en prisión provisional a la espera de juicio.
El inspector jefe de Homicidios de la Policía Nacional de Baleares, Ángel Ruiz, ha detallado que la investigación arrancó con la única pista de la furgoneta blanca de la que había dado cuenta el testigo. Una furgoneta blanca cualquiera, como las miles que circulan cada día por las carreteras de la isla, sin un modelo concreto ni un número de matrícula. “Lo primero que hicimos fue recopilar una cantidad ingente de grabaciones de la zona donde sucedió el hecho para identificar la marca y modelo. Contactamos con la casa, con la dirección general de Tráfico y obtuvimos un listado de más de 95.000 furgonetas de esa marca y modelo en España”, ha explicado Ruiz. Con esos datos, el equipo de Homicidios se centró en contrastar cuáles de esas furgonetas estaban circulando por Mallorca y para ello las cotejaron con más de diez millones de lecturas de placas de matrículas.
El círculo se fue estrechando cada vez más durante los cinco meses que estuvieron cotejando datos. Sin embargo, los investigadores no terminaban de dar con el vehículo. “Esta furgoneta, a los pocos días de los hechos, fue guardada en un garaje para ser rotulada. Se rotuló dos semanas después y fue una de las que vimos y descartamos por los letreros que tenía de una empresa”. Según el inspector, eso complicó aún más las pesquisas para dar con los autores, ya que la persona que durante los días del suceso conducía la furgoneta ya no trabajaba en la empresa. Cuando el grupo de Homicidios estaba totalmente seguro de que habían encontrado el vehículo, comenzaron los trabajos para recopilar datos sobre los posibles autores, con el objetivo de determinar el grado de participación del conductor que tenía la furgoneta a su cargo y de sus posibles cómplices.
Con los datos recopilados, el pasado lunes detuvieron al extrabajador de la empresa, que quedó en libertad horas después porque se comprobó que no había tenido nada que ver con los hechos y que habían utilizado la furgoneta sin su consentimiento. Ese mismo día se detuvo a un hombre en Málaga y al día siguiente a otro en Palma como presuntos autores del asesinato. Los agentes sospecharon desde un principio que, por la forma de cometer el delito, de una manera “tan rocambolesca” como es arrojar a alguien a la carretera, se trataba de un asesinato perpetrado por “delincuentes no profesionales”. “El primer móvil que nos planteamos fue el robo, porque en las zonas de ocio hay este tipo de problemas, pero por la forma en la que se produce la muerte descartamos que fuera alguien que se dedicara exclusivamente a los robos. Nos planteamos el perfil de una persona con adicciones al que en un momento dado la situación se le ha ido de las manos”. Para el inspector jefe ha resultado un perfil similar al de los detenidos, que cuentan con antecedentes policiales, algunos de robo con violencia, y que en el momento de los hechos “no atravesaban un momento muy bueno”.
Para el inspector jefe Ruiz, el delito fue cometido de forma improvisada y cree que Tim V. no tenía ninguna relación previa con los dos delincuentes y que fue un delito casual. La investigación sostiene que el joven se encontraba bajo los efectos del alcohol y entró en la furgoneta de los dos detenidos, aunque es imposible saber si lo hizo de forma voluntaria o forzado. Creen que el móvil era el robo y que, en un momento determinado, tiraron su cuerpo por la autovía estando inconsciente. El cuerpo quedó tendido en la carretera y fue arrollado por uno de los vehículos que circulaba en la zona, aunque tampoco se ha podido determinar si había fallecido cuando fue lanzado desde la furgoneta. “Estaba en el lugar menos indicado en el momento menos indicado”, ha lamentado el jefe de Homicidios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.