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España rompe su techo de calor de octubre: 38,2 grados en la localidad cordobesa de Montoro

El anterior récord era de 37,5°, medidos en la localidad malagueña de Marbella el 22 de octubre de 2014

Varios bañistas combaten el calor en la playa de Matalascañas, Huelva, este domingo.
Varios bañistas combaten el calor en la playa de Matalascañas, Huelva, este domingo.David Arjona (EFE)
Victoria Torres Benayas

Este domingo sobre las seis de la tarde, la estación de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) de Montoro (Córdoba) ha registrado una máxima de 38,2°, un registro provisional pendiente de ser validado el lunes, pero que supone batir por 0,7° el récord de temperatura máxima de la España peninsular y Baleares para octubre. El anterior techo de calor de este mes estaba en 37,5°, que hizo en la localidad malagueña de Marbella el 22 de octubre de 2014. La segunda máxima más alta, apenas dos décimas por debajo de Montoro y también por encima del récord anterior, se ha medido en Badajoz, seguidas de Carmona (Sevilla) con 37,5°, y de Andújar (Jaén) con 37,3°. Además de la máxima absoluta del mes, muchas localidades han tumbado sus efemérides.

Este día, el peor de un episodio de temperaturas excepcionalmente altas que comenzó el jueves y al que no se le ve una fecha clara de fin, Aemet ha activado sus primeros avisos por calor en octubre desde que se creó el plan nacional de predicción y vigilancia de fenómenos adversos (Meteoalerta) en 2016. Se trata de avisos amarillos ―el más bajo de una escala de tres― en Cantabria, Galicia y País Vasco, que se producen en el mismo año en el que, también por primera vez, se lanzaron avisos por altas temperaturas en abril, por lo que la ventana del calor extremo cada vez más frecuente que sufre España se amplía de plena primavera a pleno otoño.

Montoro se vuelve a coronar como el punto más cálido del país. Ostentó la máxima absoluta nacional, 47,4° en agosto de 2021, hasta que al año siguiente se lo arrebató otro municipio cordobés, La Rambla, con 47,6°. Por su parte, Andújar, donde las previsiones apuntaban a una máxima 37° pero que en días previos llegó a ser de 39°, tenía hasta este domingo la segunda máxima más alta de octubre de todo el país, 37,4° el 2 de octubre de 2004. “La media mensual está en 25°”, contextualiza el impresor Antonio Lomas, que vigila desde aquel año el observatorio de Aemet en este pueblo de 37.000 habitantes en el curso alto del Guadalquivir, conocido por ser la cuna del lince y por su aceite, con la fábrica de Koipe a la cabeza. El calor es aquí femenino, la caló. Según la RAE, “hay zonas de España y de América donde está extendido su uso en femenino. De hecho, hay hablantes para los que el femenino posee un significado propio de ‘calor extremo”.

“La máxima de Andújar está en 45,5° en agosto, pero lo verdaderamente significativo no es este pico, sino la persistencia y la constancia de los 40°, el verano pasado, durante 25 días seguidos, hizo de 40º a 45º”, destaca Lomas. “La temperatura media también ha aumentado mucho, y las mínimas se han disparado, ahora llegan a 27°”, explica, para apuntar que los veranos “se han alargado una barbaridad” y ahora van de abril, ya con 38°, hasta mediados de octubre o incluso noviembre. A pesar del tremendo calor, en el pueblo había y hay “alarma cero”. “No hay dolor, somos de Andújar”, dice la gente de guasa cuando se le pregunta por el calor, pero es que “muchos no son conscientes de que esto no es el mismo calor de siempre, es más y durante más tiempo”, concluye el colaborador local de Aemet.

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De la misma opinión es Mari Carmen López, de 62 años, que se dirige este domingo a misa de una en San Miguel, junto al Ayuntamiento. “A medida que van pasando los años, el calor se ha ido acentuando más. Los veranos siempre han sido fuertes, pero no duraban tanto, ahora son simplemente horrorosos, y luego venía un tiempo muy lluvioso y un invierno muy frío. Llevamos ya varios años sin usar el abrigo ni por Navidad, a lo que se suma el problema del agua, que es muy serio”, explica. “Siempre hemos tenido veranillos de San Miguel, pero como este no, nunca. Normalmente, a mediados de octubre ya hacía el cambio de armario y para los Santos ―que en el pueblo se celebra pasando el día en Sierra Morena―, sudaderas. Ahora las gachas ―un postre caliente con matalahúva típico de la zona que hay que tomar en dicha festividad “para estar guapo todo el año”―ni apetecen”, ríe López.

“No estamos en otoño, estamos en verano”

También a misa de una acude Luis Rico, farmacéutico de 71 años. “Este calor ya en octubre no lo ha hecho nunca, en la vida. Lo tradicional aquí era ponerse la chaquetilla a partir de la feria, a primeros de septiembre. Ahora mismo no estamos en otoño, estamos en verano, hay que ver las temperaturas en proporción y puede ser de un 40% de más”, ratifica. “Antes cuando veíamos que iba a hacer 30° nos parecía una barbaridad y ahora vivimos instalados en los 40°”.

Mientras, la céntrica calle Doce de agosto, zona peatonal hasta la bandera de bares de tapeo y que sigue entoldada, no cabe un alma a la hora del vermú. Sita Estudillo y Antoñita Guerrero, maestras jubiladas que no piensan confesar la edad, comparten cerveza. “No, no recordamos ningún veranillo así ni eran como los de antes los veranos que están sufriendo toda Andalucía y casi toda España. Incluso a orillas del mar hace muchísimo bochorno”, recuerdan. Lo que más echan de menos son “las lluvias calaeras, no como ahora, que casi no llueve y cuando lo hace, es de forma torrencial”. En uno de los pueblos donde más calor hace del país cuesta encontrar negacionistas del cambio climático.

Todo el fin de semana, tal y como apuntaban los pronósticos, ha sido mortal, con el valle del Guadalquivir como epicentro de las altas temperaturas. El sábado, Badajoz marcó la temperatura más alta de la red de Aemet, con 37,9°, seguida de Sevilla con 37,5°, Bailén (Jaén) con 37,5° y Andújar con una décima menos en el observatorio de la agencia, a orillas del río, pero 38,6° en el del Ayuntamiento, en pleno casco urbano. Y el viernes, en El Granado (Huelva) se llegó a 39,3°, en Montoro a 38,4° y en Sevilla a 38°. Se trata de valores “excepcionalmente altos” y “muy inusuales” para esta época, de hecho, son los propios de agosto. En casi toda España, los termómetros marcan durante todo el fin de semana y el lunes, cuando acaba el pico del episodio, entre 10º y 15° por encima de lo normal, sobre todo en la mitad norte.

El lunes todavía quedará una jornada muy calurosa por delante, con Cantabria, País Vasco y Canarias bajo aviso amarillo. Según el portavoz de Aemet, Rubén del Campo, se espera “un descenso en Galicia y en el área mediterránea”, pero subirán las temperaturas y mucho en el Cantábrico oriental, mientras que “en el resto del país no habrá cambios”. Las temperaturas “serán similares en general a las del domingo, salvo 2°-3° menos en el Mediterráneo y Galicia y “claramente más elevadas en ciudades como Bilbao, que podría superar los 35°, y en Santander y San Sebastián, que podrían rondar los 32°”.

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Sobre la firma

Victoria Torres Benayas
Redactora de la sección de Madrid, también cubre la información meteorológica. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, cursó el máster Relaciones Internacionales y los países del Sur en la UCM. En EL PAÍS desde el año 2000, donde ha pasado por portada web, última hora y redes, además de ser profesora de su escuela entre 2007 y 2014.

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