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Hallado en un pueblo de Segovia el mayor almacén de litio de contrabando de Europa

La Guardia Civil detiene a un hombre que acumulaba 45 toneladas de baterías de este material en un chalé sin medidas de seguridad. El valor de la mercancía ronda los 1,5 millones de euros

Litio en Segovia
Parte del almacén clandestino de baterías de litio localizado por la Guardia Civil en Otero de Herreros.Guardia Civil (EFE/Guardia Civil)
Juan Navarro

Otero de Herreros, un pueblo de Segovia de 960 habitantes, suele destacar por la tranquilidad para los vecinos y los visitantes, habitualmente buen público para las cotizadas panaderías de la localidad, pero esta vez ha salido en las noticias por el tráfico y acumulación ilegal de litio. La Guardia Civil ha detenido a un hombre que mercadeaba con baterías de este material en un almacén clandestino que había instalado en un chalé a las afueras del municipio. Los agentes han descubierto unas 45 toneladas de estos residuos peligrosos en lo que supone la mayor aprehensión de litio irregular en Europa. El arrestado los almacenaba sin control ni seguridad, había ampliado la planta baja del inmueble para sus labores y manipulaba sin precauciones las baterías para readaptarlas y venderlas. Las estimaciones apuntan a ganancias de unos 1,5 millones de euros si hubiese colocado su mercancía en el mercado negro.

Los agentes le han atribuido al implicado los delitos de riesgo provocado por explosión y otros agentes, delito contra los recursos naturales y medio ambiente, contra la hacienda pública y contra la seguridad social. Este químico requiere de unas condiciones de custodia y elaboración muy exigentes que no se cumplían en esta vivienda segoviana. Las pesquisas de la denominada Operación Canaleja comenzaron en enero, cuando los guardias civiles descubrieron que el detenido, habitante de una urbanización de Otero de Herreros, descargaba a menudo volúmenes importantes de mercancías en palés que le llegaban en camiones.

La Guardia Civil ha informado en un comunicado que “con cierta frecuencia” efectuaba esta actividad y, al indagar, constararon que el individuo efectuaba operaciones “sospechosas” desde otros países. Con el tiempo confirmaron que traía a España, de forma totalmente irregular y sin control alguno, baterías de litio. El vídeo y las fotografías difundidos por las autoridades revelan que en el domicilio del arrestado se había preparado una especie de taller ilegal y almacén del material, que acumulaba en estantes o desperdigado por la vivienda. La cantidad aprehendida roza las 45 toneladas, un volumen tal que el inmueble requirió de una excavación para ampliar la parte baja del chalé. Portavoces de la Guardia Civil explican que en esa urbanización hay muchas segundas residencias pero también viviendas habitadas todo el año, por lo que existía riesgo para el entorno. “Es una persona española, de unos 35 o 40 años, que llevaba ya bastante tiempo residiendo allí y se había creado un circuito de venta”, indican los agentes.

Chalé en el que el detenido acumulaba las baterías de litio.
Chalé en el que el detenido acumulaba las baterías de litio.GUARDIA CIVIL

La mayor parte de las baterías se hallaba en esa parte inferior “algunas de ellas en claro estado de deterioro y manipulación”. El litio es un componente muy habitual en dispositivos electrónicos como los teléfonos móviles y puede ser peligroso si se trata de forma inadecuada o sin pulcras medidas de seguridad, como era el caso del presunto contrabandista de Otero de Herreros. Este elemento químico puede provocar corrosiones cutáneas y lesiones irreversibles en la piel, de modo que al manejar tal volumen de litio el hombre se comprometía tanto a sí mismo como al vecindario. La Guardia Civil asegura que él ni siquiera cumplía las exigencias de seguridad al recibir los pedidos, pues se debe ejecutar con vehículos autorizados para mercancías peligrosas. En cambio, nunca avisaba a las empresas de transporte de que le estaban trasladando este litio.

Los agentes movilizaron a seis camiones con los permisos apropiados para retirar de la morada los 45.000 kilos de residuos, una cifra inaudita a escala española y europea en intervenciones contra las transacciones o manipulaciones ilegales de baterías como estas. La operación la han desarrollado miembros de la Jefatura de información UCE3 de la Guardia Civil y la comandancia de Segovia con el soporte de la unidad especialista de medio ambiente del Seprona y el servicio cinológico.

El hombre había instalado en su patio un contenedor como los que se usan para transportar mercancías y en él guardaba las baterías en mejor estado. Dentro de la casa se preparó un taller con herramientas con las que manipulaba los aparatos para reacondicionados e intentar venderlos. Para ello esta persona adoptaba medidas para intentar mantener su anonimato virtual y se dirigía a potenciales compradores tanto españoles como extranjeros a través de grupos privados de plataformas de mensajería instantánea o páginas web especializadas. Los vecinos de esta zona apartada de Otero de Herreros, a 22 kilómetros de la capital de Segovia y a 70 de Madrid, “eran totalmente ajenos a la situación de peligro a la que estaban sometidos” con ese almacén clandestino. Ellos, simplemente, disfrutaban de la relajación de esta zona aparentemente tranquila a un lado de la autovía A-1.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.

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