En cumplimiento de la sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 73 de Madrid el 6 de marzo de 2018

“Respecto a que durante años he montado una red de influencias en la justicia española para poder intervenir en los procedimientos judiciales que afectaban “a mí o a mis clientes”, no solo es una falaz mentira, sino que esta afirmación gratuita no soporta la mínima comprobación, lo que un medio de su nivel debería haber efectuado.

No tengo ninguna relación con el “instituto de práctica jurídica Schola Iuris” y tampoco formo parte de la asociación Transparencia y Justicia, datos que son perfectamente contrastables en todos los registros públicos que a buen seguro habrán consultado.

La única medio verdad verificable es que, una vez jubilado, en mi condición de letrado colegiado en el Ilustre Colegio de Madrid, me he incorporado al despacho de abogados Stuart & Mckenzie Spain, donde colaboro desinteresadamente, esto es sin percibir remuneración alguna, asesorando en defensa de personas sin recursos”.

Respecto a mi relación con el Sr. Benseny, con el que apenas he cruzado varias palabras, supe que hace años, constituyó con abogados con los que tengo relación, una firma dedicada a perseguir el fraude con tarjetas de crédito llamada Cenyt Argo, firma que por cierto resultó un fracaso comercial y que creo está ahora inactiva.

El extrapolar que por esa circunstancia controlo “Schola Iuris”, no solo es especulativo sino que se podría haber verificado, simplemente comprobando si he intervenido alguna vez en algún acto de dicho centro, si aparezco en el claustro y/o incluso, si he dado clases alguna vez y lo que es perfectamente contrastable, si mi persona y/o cualquier empresa familiar, ha percibido cantidad alguna y/o ha mantenido cualquier contacto de cualquier tipo, sea de la naturaleza que sea”.

Es además clamorosamente falso que yo acudiera a la toma de posesión del fiscal general del Estado, porque entre otras razones, como el Sr. Ayuso señala, no estaba invitado a tal acto y nunca voy a los sitios donde no me llaman. Esta afirmación tan rotunda se puede comprobar simplemente verificando todos los documentos visuales, fotos, vídeos… que sin duda estarán a disposición de los medios de comunicación, salvo que su periódico ahora se dedique a otra cosa en lugar de a informar la verdad.

Con idéntica rotundidad resulta calumnioso afirmar que para influir sobre casos en los que tengo interés me valgo de la asociación Transparencia y Justicia y que su práctica se ha comparado en ocasiones con la desarrollada por el pseudosindicato Manos Limpias o la asociación de usuarios bancarios Ausbanc”.