Una exdirectiva de la Ciudad de las Artes cuenta que el Gobierno de Camps impuso una empresa de Gürtel: “Era un tema que venía de arriba”
La defensa del expresidente de la Generalitat valenciana sostiene que otro de los acusados ha contactado con una de las testigos
Día complicado para el expresidente valenciano Francisco Camps en el juicio que acoge la Audiencia Nacional contra él desde enero por los contratos con la red Gürtel. Una empleada y una exdirectiva de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, dependiente del Gobierno regional, han relatado al tribunal que el Ejecutivo del PP impuso contratar para la feria de turismo Fitur 2009 con Orange Market, la empresa utilizada por la trama corrupta en la comunidad autónoma. Según han insistido, la directora general de Promoción Institucional de Camps, Salvadora Ibars, les dio instrucciones directas sobre la adjudicación: “Vamos a hacer el stand con Orange Market”, les dijo. Una de ellas ha añadido que, tras estallar el escándalo, les pidieron incluso que destruyeran documentación.
Ibars es una pieza clave para la Fiscalía Anticorrupción. El ministerio público mantiene que Camps le “dio verbalmente instrucciones” a ella para que adjudicasen a Orange Market los trabajos relativos al montaje del stand de Grandes Proyectos de la feria de turismo Fitur 2009. Por esa maniobra, las fiscales piden dos años y medio de cárcel para el exdirigente del PP. A su vez, solicitan 16 años de inhabilitación para Ibars por dos delitos de prevaricación.
El relato de Alicia Verdú, ex directora comercial de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde estuvo 15 años (de 1997 a 2012), ha resultado especialmente comprometido para las defensas. La testigo ha detallado que Ibars convocó una reunión el 30 de diciembre de 2008 frente al palacio de Presidencia para indicar “con qué empresa iban a contratar” y “quién iba a hacer el stand” de Fitur 2009, que comenzaba apenas un mes después.
—¿Usted conocía a esa empresa de antes? —ha interrogado a Verdú la fiscal Concepción Nicolás.
—No la había oído en mi vida —ha contestado la ex directora comercial de la Ciudad de las Artes.
—¿Era Orange Market?
—Sí.
La situación ya era muy sospechosa. Según ha explicado Verdú y ha corroborado después otra empleada de la Ciudad de las Artes (María Vanessa Borrás), ellos solían comenzar a preparar su participación en Fitur mucho antes: sobre el mes de julio. “Pero ese año, cada vez que intentábamos arrancar, nos daban largas”. ¿Quién? “Presidencia”. ¿Quién de Presidencia? “Ibars y su gente. Nos convocaron en diciembre, que es tardísimo. Y era un tema que venía de arriba”. ¿Sabe si Ibars recibió órdenes de Camps? “Yo no sé de quién recibió las instrucciones. Pero las instrucciones de ella en esa reunión fueron: ‘Vamos a hacer el stand con Orange Market’. Se lo juro”, ha narrado contundente la exdirectiva. También ha añadido que a ella no le entregaron el presupuesto hasta el 20 de enero de 2009 —ocho días antes de la feria—, y que este se excedía en casi 30.000 euros.
“Si eso hubiera sido una propuesta con ese presupuesto, yo no lo hubiera aceptado en mi empresa”, ha apostillado Verdú: “Pero a mí no me presentan una propuesta. A mí me dicen: ‘El stand de Fitur va a ser este, que va a tener tres enchufes’. El nivel de detalle era bestial. De hecho, debía estar ya produciéndose porque, si no, no hubiera dado tiempo a llegar. Esos stands no se hacen en una semana, 10 días o dos meses. Esos stands requieren tiempo [...] Eso no era una propuesta. Era: ‘Esto es lo que tenéis que hacer y, además, callaros y no deis por saco”. “No tuvimos ninguna autonomía para contratar con ellos o no”.
En la misma línea se ha pronunciado María Vanessa Borrás, que trabajaba también en la Ciudad de las Artes. Según ha subrayado al tribunal, en la reunión del 30 de diciembre (“liderada por Ibars”), “nos dijeron que se centralizaba todo en [Orange Market]”. Para entonces, ha remachado, “ya debía estar todo cerrado”: “Debían de llevar tiempo con este proyecto [...] Alicia preguntó en esa reunión: ‘¿No tendríamos que pedir más presupuestos?’. Pero la sensación es de que estaba cerrado”.
Borrás ha contado otro episodio de aquella época. La testigo ha afirmado que, a los pocos días de volver de Fitur, “saltó en los medios el caso de Orange Market”. Entonces, ha añadido, el director general de la Ciudad de las Artes y las Ciencias le llamó a su despacho y le dijo que “destruyera todo este material” —en referencia a una documentación que ella entregaría después a la justicia—: “Hice caso omiso porque no me parecía bien. Le dije que no lo iba a hacer. Se intentaron hacer desaparecer cosas”. De 2005 a diciembre de 2009, el director general era Jorge Vela.
Contactos con testigos
Estas afirmaciones han infligido un duro golpe a las defensas. El abogado de Camps ha intentado desacreditar a la exdirectiva, atribuyéndole una animadversión contra el antiguo Gobierno del PP. Además, al tomar la palabra, el letrado ha asegurado que David Serra, exsecretario de Organización del PP valenciano y también acusado, contactó este miércoles con una testigo que tenía que declarar ante el tribunal (Inmaculada Guaita, exdiputada popular en el Congreso); y que esta le dijo que, mientras estaban en la sala de espera, había escuchado a Alicia Verdú decir: “El amiguito del alma se va a salir de todo. Se va a enterar, a mí me hundieron en un ERE y me han hecho mucho daño”. “¿Cómo?”, ha exclamado la testigo: “¡Que se ponga en duda la veracidad de mi testimonio...! ¡No me lo puedo creer!”.
Esta historia ha generado una enorme sorpresa en el tribunal (que ha declarado improcedente la pregunta que quería hacer el abogado de Camps basándose en esas supuestas palabras de Verdú) y en las acusaciones, que han mostrado sus recelos ante la posibilidad de que se esté influyendo de alguna forma en los testigos. “¿Ha hablado alguien con usted antes de hoy sobre este tema?”, han preguntado las fiscales a muchos de ellos. En este sentido, al conocer ese supuesto contacto entre Guaita y Serra (condenado a tres años y ocho meses de cárcel en otra línea de investigación de Gürtel), el ministerio público ha dicho este jueves: “No se podía ni sospechar que un acusado se comunique por la tarde con una testigo que ha declarado en este procedimiento”. La abogada de la acusación popular ha incidido en lo mismo: “¿Los abogados de la defensa hablan con los testigos?”.
La defensa de Camps repite así la estrategia desplegada contra otros testigos que han declarado en contra de sus intereses. En marzo, ya intentó desacreditar a Elvira Ramos, empleada de la Generalitat y antigua secretaria de Ibars, que describió cómo Gürtel campaba a sus anchas por la Administración regional. Según contó, el hombre de Francisco Correa en la comunidad, Álvaro Pérez (alias El Bigotes), “entraba y salía” asiduamente de los despachos de los altos cargos y, “a su entender”, existían “presiones” del entonces presidente para que se contratase con Orange Market. Tras su paso por el tribunal, el abogado del exlíder del PP pidió deducir testimonio para poder emprender acciones legales contra ella, pero los magistrados rechazaron esa posibilidad.
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