Sánchez anuncia más vivienda pública para contrastar con el modelo del PP
El presidente busca el choque con la derecha en economía: “Las políticas progresistas gestionan mejor”
La campaña electoral lo invade todo. Y no solo la de las autonómicas y municipales, sino la de las generales, que ya se atisba después de este primer ensayo del 28 de mayo. Tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como la portavoz de la oposición, Cuca Gamarra, han dejado muy claro en sus primeros mensajes en el pleno del Congreso de este miércoles que la política española ya está volcada en las elecciones. Sánchez, que estos días multiplica su presencia en mítines por toda España, ha aprovechado para hacer un anuncio de claro contenido electoral en un asunto que domina la agenda del Gobierno desde la semana pasada: la vivienda. La Moncloa cree que esta cuestión puede ser decisiva en las elecciones porque es uno de los grandes problemas para los españoles y el principal para los jóvenes.
Sánchez ha ampliado la promesa de este fin de semana de habilitar hasta 50.000 viviendas de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb, o banco malo) para alquileres sociales con otra de financiar con 4.000 millones de euros de créditos ICO gracias a los fondos europeos 43.000 viviendas tanto de construcción nueva como de rehabilitación que estén destinadas al alquiler social. Sin embargo, el anuncio aún no concreta ni dónde, ni cuándo, ni quién hará esas viviendas. El Ejecutivo lleva tiempo prometiendo la construcción masiva de vivienda pública, y en 2021 ya anunció que promovería 100.000, pero los resultados de momento son escasos, como ha admitido el presidente al señalar que España está en un “bochornoso” 3% de vivienda pública frente a un 9% de media europea, que llega al 20% en Países Bajos o Dinamarca. La ejecución de estas promesas es muy compleja porque depende de muchos factores, entre ellos las propias competencias autonómicas y locales.
Los datos que ha aportado Sánchez son demoledores. “En España, 1,5 millones de hogares dedican más del 40% de su renta al alquiler. Dos millones quieren comprarse una vivienda y no pueden. Cinco millones residen en viviendas inadecuadas. La vivienda hoy es un problema y no un derecho. El fracaso viene de tratar la vivienda como una mercancía y no como un derecho. Vamos a convertir a la vivienda en el quinto pilar del estado del bienestar. Hay que dejar atrás el modelo neoliberal del PP, que liberalizó, privatizó la vivienda social y cebó la burbuja. Somos el tercer país de la UE con más pisos vacíos”, ha manifestado el presidente en el Congreso.
Podemos, en boca de su secretaria general, la ministra Ione Belarra, ha reconocido que no conocía la medida, pero ha celebrado el anuncio y ha aprovechado para hacer valer el papel del partido en la coalición, que ha hecho del derecho a la vivienda una de sus principales banderas. “Todo el mundo ha visto que a lo largo de estos tres años de legislatura Podemos ha tenido que desplegar toda su capacidad política para que hoy tengamos la primera ley de vivienda de la historia de nuestra democracia. Para que se cumplan estos anuncios preelectorales del PSOE, Podemos tiene que gobernar con más fuerza”, ha reaccionado tras la intervención de Sánchez deslizando que este giro tiene mucho que ver con la proximidad de los comicios del próximo 28 de mayo, informa Paula Chouza.
El líder socialista tiene cada vez más construido el mensaje central de su campaña, que lleva a todos los asuntos, también el de vivienda, esto es los dos modelos, el del PP que rescató a los bancos en la anterior crisis, vendió viviendas públicas a fondos buitre, hizo una reforma laboral y otra de pensiones con ajustes y rechazo social, frente al de la coalición progresista, que usa el banco malo para hacer vivienda pública y hace una reforma laboral y otra de pensiones con paz social.
Pero, sobre todo, Sánchez quiere buscar el choque con el PP en el debate económico, precisamente el que destruyó al PSOE en 2011, cuando llegó la mayoría absoluta del PP, y en el que ahora La Moncloa se siente mucho más fuerte que su oponente. Sánchez y su equipo creen que, pese a que las encuestas detectan una importante ola conservadora, esta vez hay partido y la izquierda puede volver a ganar, al contrario que en 2011, porque la economía va mucho mejor de lo esperado y el Gobierno ha demostrado que con una política progresista de mucha inversión pública y mucho gasto social para proteger a los ciudadanos frente a la pandemia o a la guerra se puede hacer crecer la economía por encima de la media europea.
Después de presumir de la mejoría de los datos económicos, de una Semana Santa “de hoteles llenos” y del récord de 20,5 millones de afiliados a la Seguridad Social, Sánchez ha buscado el contraste con el modelo del PP. “Lo llamaron milagro económico y acabaron en la cárcel”, ha asegurado recordando a Rodrigo Rato, vicepresidente económico con el PP de José María Aznar, condenado por el caso de las tarjetas black de Caja Madrid. “Nosotros no hacemos milagros, pero somos el país europeo que más ha avanzado y el que cuenta con mayor paz social. Algunos miden las reformas en función de las protestas, pero los españoles no quieren volver a ese pasado. Esa paz social no es casual, existe porque con mucho diálogo hacemos reformas que dignifican la vida de la gente. No se trata de milagros ni por supuesto de curanderas, sino de que las políticas progresistas gestionan mejor la economía”, remató. Para La Moncloa es decisivo destruir la idea de que el PP gestiona mejor la economía, algo que funcionó con fuerza en la primera década del siglo pero que ahora las encuestas ya ponen en cuestión.
Amortización del debate
Mientras Sánchez intenta contrastar este modelo de la coalición progresista con los años de Gobierno de Mariano Rajoy —”el PP se gastó 58.000 millones de euros en rescatar bancos quebrados y solo hemos recuperado el 10%”, repitió el presidente— la dirección del PP presidido por Alberto Núñez Feijóo busca evitar ese charco y trata de llevar la agenda a la reforma de la ley del solo sí es sí, probablemente la que más ha desgastado al Ejecutivo en estos cuatro años. Sánchez no dijo una palabra sobre ella y La Moncloa confía en que ya esté amortizado ese debate, pero Cuca Gamarra, la portavoz del PP, sí trató de centrarse en este asunto.
El PP también quiere evitar que le coloquen como un partido antivivienda pública, como pretende el PSOE. Feijóo promete que ellos también promoverán la construcción de este tipo de vivienda y un plan específico. Pero sobre todo los populares juegan con la idea del cambio de ciclo, y así acabó Gamarra su intervención, en una especie de evolución del “váyase, señor González” de Aznar en los noventa: “El 28 de mayo comienza un nuevo ciclo en el que usted pertenece al pasado. Lo mejor está por llegar. Adiós, señor Sánchez. Su tiempo se ha acabado”.
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