Abascal defiende la violencia verbal de Vox y llama “enloquecida” a la ministra Irene Montero
El líder ultra carga contra la prensa e ignora a Feijóo en un mitin ante 25.000 personas en la plaza de Colón, en Madrid
El líder de Vox, Santiago Abascal, ha defendido este domingo en Madrid la violencia verbal de su partido, que esta semana ha provocado la indignación de todos los demás grupos del Congreso con sus insultos machistas a la ministra de Igualdad, Irene Montero, con el argumento de que su formación lo único que hace es “decir la verdad”, y ha asegurado que seguirá haciéndolo. “Llevarles la contraria es violencia, según ellos; tienen la lengua muy larga y la piel muy fina”, ha dicho en un multitudinario mitin en la plaza de Colón. “Pero España no se va a callar. Los españoles están hartos y no pueden hacer nada para callarlos”, ha añadido.
Lejos de retirar los insultos, Abascal ha tachado a Montero de “ministra enloquecida”, la ha culpado de aplicar “políticas criminales”, de poner en la calle a violadores con la llamada ley del solo sí es sí, y de hacer apología de la pederastia. El dirigente ultra ha dicho que la diputada de Vox Carla Toscano no hizo más que decir la verdad cuando sostuvo en el Congreso que el “único mérito” de la titular de Igualdad era haber “estudiado en profundidad” a Pablo Iglesias. “En ningún país serio”, ha sostenido, se admitiría que un matrimonio se sentara en el Consejo de Ministros, como sucedía en España con la actual ministra y el anterior vicepresidente segundo, dirigentes ambos de Podemos. Aunque ha acusado a la izquierda de victimizarse “con el numerito de Montero”, ha presentado como víctima a la propia Toscano, asegurando que fue increpada por dos miembros de la Mesa del Congreso sentados junto a la tribuna de oradores.
La manifestación convocada por Vox y su brazo sindical, Solidaridad, para exigir la dimisión del Gobierno, bajo el lema “¡Vete ya!”, referido al presidente Pedro Sánchez, se ha quedado en un mitin del partido ultra. Aunque el objetivo era reclamar elecciones anticipadas, el mismo que el del gran acto de febrero de 2019 en Colón, no ha tenido las dimensiones de entonces, cuando se unieron las tres derechas: PP, Ciudadanos y Vox.
El centro de la plaza estaba ocupado esta vez por un mercadillo navideño y el mitin quedó acotado a un lateral, la calle de la Armada española, que no se llenó por completo, aunque el público la desbordó por detrás del escenario y cortó el paseo de la Castellana frente a la calle Génova. Los organizadores cifraron los asistentes en 80.000, pero la Delegación del Gobierno los redujo a 25.000, una estimación que parece más ajustada a lo que se ha podido observar sobre el terreno.
En cualquier caso, Vox consiguió rehacerse del pinchazo del pasado fin de semana en Barcelona, donde solo congregó a unos centenares de personas ante la indiferencia de los viandantes. La polémica de los últimos días en el Congreso ha servido a Abascal para enardecer a sus seguidores cargando contra EL PAÍS, del que leyó su principal titular de este domingo (“La violencia verbal de Vox desborda el Parlamento”), o la Cadena SER. También arremetió contra El Mundo y El Español, a los que se refirió, sin citarlos, como prensa “supuestamente amiga”, por publicar una viñeta humorística en la que se lo dibujaba sobre un brazo levantado al estilo del saludo fascista y por calificar a Toscano como “la pitbull de Abascal”.
El líder ultra ha cuestionado el sistema constitucional al asegurar que “en España no hay una democracia digna de tal nombre” y que no existen “instituciones sólidas e independientes”. También ha descalificado a Sánchez con términos como “verdugo”, “político sin escrúpulos” y “jefe de demoliciones” (por la megafonía del acto se le llegó a tachar de “rata”). Sin embargo, no ha mencionado al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, su más directo competidor electoral. Solo ha aludido veladamente a él cuando ha dicho que “no basta con recuperar el delito de sedición”, como ha prometido el líder popular, sino que hay que tipificar el delito de traición para juzgar a políticos como el presidente del Gobierno. En realidad, el delito de traición ya está tipificado en el Código Penal español y castigado con hasta 20 años de cárcel. Abascal ha asegurado que esta movilización, convocada por su partido tras renunciar a presentar una moción de censura contra Sánchez, es el inicio del “resurgir patriótico” y la “adelantada de la reacción”.
Abascal ha lamentado que parte del público no hubiera podido llegar al acto en su propio vehículo, debido a las restricciones impuestas por el Ayuntamiento de Madrid a los turismos más contaminantes, aunque la plaza de Colón queda fuera de la zona de bajas emisiones y no le afectan estas medidas. El líder de Vox llegó al lugar del mitin en una caravana de tres vehículos de alta gama y accedió directamente a la tribuna desde el aparcamiento, jaleado por el público que le esperaba.
Además de en Madrid, Vox había convocado concentraciones en todas las capitales de provincia. En Valladolid, donde se congregaron varios cientos de personas, el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, aseguró: “Nuestras hermanas y nuestras novias no pueden volver solas a casa”. Y culpó de ello a la ministra Montero.
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