Pedro Sánchez remata su viaje a África con una promesa de 2.115 millones para respaldar inversiones

El segundo gran viaje africano de Pedro Sánchez, después del que llevó a cabo por Angola y Senegal en 2021, ha supuesto un espaldarazo a la entrada de España en una zona estratégica en la que aún tiene poca presencia, según el análisis del Gobierno y de algunos empresarios que acompañan al presidente en el viaje. Sánchez ha anunciado en una rueda de prensa conjunta con el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, que España pondrá encima de la mesa hasta 2.115 millones de euros en los próximos cinco años para apoyar que empresas españolas participen en proyectos de energía renovable y clima en el país más meridional de África.

El recibimiento que se ha encontrado Sánchez ha sido muy cercano. Los dos líderes africanos a los que ha visitado, el presidente de Kenia, William Ruto, y el de Sudáfrica se deshicieron en elogios por la visita de Sánchez.

El sudafricano incluso entró en varias bromas con el español para mostrar sintonía. Sudáfrica es el país en el que España ganó su única Copa del Mundo de Fútbol, en 2010, y el gol de Iniesta formó parte de las gracias durante la rueda de prensa conjunta. Luego, en un foro empresarial, Sánchez y Ramaphosa siguieron con las bromas. Primero lo hicieron algunos altos cargos de este país con la idea de que Sudáfrica es una sociedad “profundamente dividida. Entre quienes son del Real Madrid y los que son del Barça”. Y después el presidente remató: “Sánchez me ha invitado a España. Le he dicho que entonces me tiene que organizar un Madrid-Barça especial para mí. Aunque me dicen que eso no es posible”. Sánchez recogió el guante, pero recordó que a él le gusta otro equipo. “Intentaremos que su visita coincida con un Madrid-Barça, pero no se olvide del Atlético de Madrid, ya que estamos todos sacando los colores”, se rio Sánchez.

El presidente español llegó con un mensaje claro y mucho dinero para poner encima de la mesa. Sánchez insiste en que África es estratégico. España y en general la Unión Europea han concluido que hay que diversificar mercados para no depender tanto de China para el comercio y Rusia para la energía, y han puesto la mirada inmediatamente en África y en América Latina. Y todos los grandes países europeos van a multiplicar su presencia en un continente que tiene buena parte de las materias primas del planeta y espera una explosión demográfica hasta pasar de 1.200 a 2.400 millones de habitantes para 2050.

Pero no solo son palabras. Sánchez ha anunciado en la rueda de prensa conjunta con Ramaphosa que España pondrá encima de la mesa hasta 2.115 millones de euros en los próximos cinco años para apoyar la participación de empresas españolas en proyectos relacionados con las energías renovables y el clima en Sudáfrica. Las empresas españolas, como explicó Ramaphosa, se han concentrado en el sector de las energías renovables, con una presencia especial de Acciona. Pero quieren entrar en muchos otros.

Sánchez también se reunió con un grupo de científicos españoles que trabajan en Sudáfrica, donde investigan y son docentes en universidades de primer nivel internacional que tiene este país, el más rico y avanzado del continente, algo que se aprecia con un simple recorrido por la capital y Johannesburgo, una de sus grandes ciudades, a la que acudió Sánchez para visitar Constitution Hill, un complejo creado sobre una de las cárceles en la que estuvo Nelson Mandela, ahora de forma simbólica sede de la Corte Constitucional. Mandela pasó 27 años en prisión. En esta misma cárcel que visitó Sánchez también estuvo muchos años antes el líder indio Gandhi, cuando era un joven abogado que vivía en Sudáfrica y ya empezó movimientos de protesta para exigir derechos para la comunidad india.

Sánchez remató con esta visita un viaje rápido, de dos días, con el que muestra que a pesar de que la agenda nacional sigue siendo muy intensa y cada vez más acelerada a medida que se acercan las elecciones, él sigue pendiente de la agenda internacional con la idea de preparar el que será su momento cumbre, la presidencia española de la UE en 2023, una realidad que aleja el adelanto electoral con el que sistemáticamente especulan algunos círculos políticos.