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Golpe a los ladrones del cobre de las depuradoras

Detenidas 16 personas por robar 58 toneladas de este metal y venderlo a una chatarrería de un poblado marginal de Madrid

Robos cobre Madrid
Cables de cobre incautados por la Guardia Civil en la operación Valsordo.
Mariel Delgado

La Guardia Civil ha detenido a 16 personas e investiga a otras cinco por robar 58 toneladas de cobre en depuradoras, empresas agroindustriales y polígonos de una decena de provincias españolas y venderlo a una chatarrería clandestina de la Cañada Real, el principal poblado marginal de Madrid. Los investigadores también atribuyen a la red criminal robos de bicicletas y prendas de ropa que hurtaban de camiones cuando estos estaban aparcados en estaciones de servicio, y delitos contra la salud pública. Se les han intervenido 36 kilos de cogollos de marihuana.

Este grupo delictivo multidisciplinar planeaba cuidadosamente su modus operandi. Una vez que se habían hecho con el cobre de las estaciones depuradoras de aguas residuales, lo escondían cerca para no levantar sospechas y después regresar a por el botín. Dependiendo de la cantidad de material que tenían camuflado, alquilaban una furgoneta o varias para recogerlo, detalla en un comunicado la Guardia Civil. Se encargaban de tener suficientes vías de escape en caso de ser descubiertos y, una vez recuperado el cobre, lo vendían a una chatarrería clandestina ubicada en la Cañada Real.

El negocio en el que daban salida al cobre robado no tenía ni rótulos ni publicidad. Según las pesquisas policiales, no estaba dado de alta. Era otra estación de paso, porque desde allí volvían a trasladar el cable a otra chatarrería en el municipio madrileño de Fuenlabrada. Para que la venta pareciera legal, emitían facturas con datos fiscales de clientes sin que ellos mismos lo supieran. Algunas de las personas que aparecían en esos recibos habían fallecido.

La operación se inició a comienzos de año, con los robos en las estaciones depuradoras de Cebreros y El Tiemblo (Ávila). Después se amplió a otros similares ocurridos en Candeleda y Piedralaves, en la misma provincia. Con las primeras pesquisas, la Guardia Civil localizó el turismo empleado en el robo de la depuradora de Cebreros (Ávila). Lo usaba un hombre que vivía en La Cañada Real madrileña y que mantenía contacto habitual con otras diez personas más. Según la Guardia Civil, ninguna de ellas tenía un contrato laboral que pudiera justificar los elevados gastos que hacían.

La investigación ha acreditado que los implicados se desplazaban dos y tres veces por semana a las provincias de Badajoz, Cáceres, Cantabria, Ávila, Madrid, Albacete, Toledo, Alicante y Valencia para sustraer cobre.

La Guardia Civil detuvo a seis de ellos en las localidades extremeñas de Santa Amalia y Mérida. Allí se incautó de dos furgonetas que contenían 8.000 kilos de cable de cobre, que previamente había sido sustraído en Almendralejo y Medellín. Los otros diez implicados fueron arrestados en la chatarrería ilegal, aprovechando una entrega. Se les atribuyen delitos de robo con fuerza, asociación ilícita, robo y uso de vehículo a motor, falsificación de documentos, contra la salud pública y receptación.

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De las 58 toneladas de cobre robadas, se han logrado recuperar 12, que se encuentran a disposición judicial. Además, en la operación —denominada Valdordo— se han intervenido 36 kilos de cogollos de marihuana seca preparados para su venta en bolsas al vacío; 20 cajas embaladas de bicicletas sin montar, tres microondas, 195 prendas de ropa de una conocida marca y cinco vehículos a motor, entre otros objetos.

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