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Dos horas de pánico en el tren que se vio envuelto en las llamas de Bejís

Renfe y Adif defienden que nadie les avisó del incendio y que cumplieron el protocolo a rajatabla

Vista del incendio desde el tren. Foto: TWITTER | Vídeo: EPV

El incidente en el que se vio envuelto un tren de media distancia que hacía el recorrido Valencia-Zaragoza este martes, al internarse en el lugar del incendio forestal de Bejís (sur de Castellón) —dejando al menos 11 heridos (tres de ellos de gravedad) cuando algunos viajeros lo abandonaron tras detenerse para volver atrás—, ha abierto una investigación en tres frentes. A las pesquisas que lleva a cabo de oficio la Policía Judicial de la Guardia Civil, se han unido sendos informes internos que están realizando Renfe y Adif, el gestor de infraestructuras ferroviarias. Sobre la mesa hay dos cuestiones fundamentales que resolver: la primera es por qué el tren salió hacia su destino en una zona en la que corría peligro de quedar atrapado por las llamas; la segunda, si la maquinista ordenó —como consta en la versión de Renfe— en todo momento a los pasajeros que se mantuvieran en el tren o —por el contrario, como afirman algunos viajeros, cuyos testimonios han recogido diversos medios audiovisuales— les incitó a salir del tren.

El relato cronológico de los hechos, según fuentes de Renfe, comienza con el tren implicado en el incidente: el Media Distancia 18506, con salida desde Valencia a las 16.22 horas y llegada a Zaragoza a las 21.18 horas. El convoy salió de Valencia a las 16.23 horas del martes con 30 viajeros. Durante el trayecto subieron 21 pasajeros y bajaron 2, por lo que en el momento de la incidencia había 49 viajeros a bordo. Adif autorizó la salida del tren desde Valencia porque no tuvo conocimiento de ningún incidente en la vía en la zona. Nadie avisó al gestor de infraestructuras de problema alguno.

Pero sobre las 17.54 horas, la maquinista detuvo el convoy porque observó una intensa lluvia de cenizas y humo. Se puso entonces en contacto con el Puesto de Mando de Circulación para preguntar si había algún incendio en las proximidades. El puesto de mando comunicó a la maquinista que desconocía esa información, tanto en ese instante como en el momento de la partida del tren desde Valencia. El protocolo establece que la autoridad, operador o gestor de la infraestructura que detecta primero un incidente en la vía debe comunicarlo al resto para la toma de medidas de acuerdo con las circunstancias.

Durante la conversación, la maquinista observó llamas en las proximidades y comunicó que iba a cambiar de cabina para hacer retroceder el tren, facilitando el número de teléfono móvil al puesto de mando, quien autorizó su regreso hasta la estación de Masadas Blancas. Ante la dificultad de acceder a dicha estación, el puesto de mando indicó a la maquinista que continuara hasta la de Caudiel, donde estaban desplegadas las Fuerzas de Seguridad y los servicios sanitarios. Durante el proceso de cambio de cabina, se produjeron en el interior del tren situaciones de tensión y alarma, debido a que varios pasajeros querían abandonar el tren, y lo hicieron a pesar de las advertencias de la maquinista de que no era seguro. Se activaron los sistemas antiincendios y freno automático al romper algunos pasajeros las ventanas de emergencia con los machos. La maquinista debía rearmar el tren para reiniciar la marcha y retroceder. Estos hechos retrasaron el retroceso.

Finalmente, a las 18.20 horas, la maquinista reanudó la marcha en dirección a Caudiel, recogiendo sobre la marcha a los pasajeros que habían saltado del tren y que iban corriendo por las inmediaciones de la vía , algunos de ellos con quemaduras de distinta consideración. El protocolo establece que la circulación es suspendida por Adif a petición de los Cuerpos de Seguridad del Estado (bomberos, protección civil, guardia civil) o de la Administración al cargo de estas decisiones. Son los que tienen conocimiento de incidentes en el entorno que afectan a la vía. Ni Adif ni Renfe, según las fuentes de Renfe que argumentan esta cronología, recibieron notificación alguna de posible incidencia en la vía o de que la zona estaba en desalojo por parte de ningún organismo oficial. Tampoco dicen haber sido informadas de que las condiciones del incendio cambiaron drásticamente respecto a la mañana, cuando un tren de Media Distancia de Renfe realizó el mismo recorrido (Valencia-Zaragoza) sin detectar ninguna anomalía o complicación en la vía. Aquel convoy partió de Valencia a las 12.13 horas.

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La primera comunicación que Adif recibe sobre complicaciones en la circulación por incendio viene de la maquinista, que primero detecta humo y cenizas en la zona y luego la cercanía del incendio. Ambas empresas proceden siguiendo los protocolos. La versión de Adif facilitada a este diario coincide prácticamente en los mismos términos con la de Renfe. El gestor del tráfico ferroviario afirma que autorizó la salida del tren desde Valencia porque no tenía conocimiento de ningún incidente en la vía en la zona. “Adif no es avisado por aquellos que tenían conocimiento de la situación del entorno y su posible incidencia en la vía”, han indicado en la sociedad pública. Con este relato de los hechos, tanto Adif como Renfe defienden que han cumplido su protocolo interno que recoge que la primera que tenga conocimiento, tanto de forma directa como indirecta, de alteraciones en las condiciones de circulación en la vía debe avisar a la otra para activar los mecanismos de prevención y actuación.

Aunque ni Renfe ni Adif señalan quién les debió avisar del incidente, fuentes sindicales de las compañías apuntan a que los responsables son Protección Civil y la Agencia de Emergencias, dependiente de la Generalitat valenciana. El asunto se ha trasladado al terreno político. El PP ha reclamado la comparecencia del presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, mientras que Ciudadanos ha calificado lo ocurrido de “negligencia”.

Por su parte, fuentes de Emergencias de la Generalitat alegan que el Centro de Emergencias de Renfe no realizó ninguna consulta ni al Puesto de Mando Avanzado ni al propio centro. Además, sostiene que el viento cambiante y la virulencia de unas llamas que acabaron con 2.000 hectáreas en apenas unos minutos imposibilitaron cualquier alerta o comunicación previa, informa María Fabra.

Calma y nerviosismo

Sobre la actitud de la maquinista, la compañía de transporte defiende la decisión de esta de detener el tren en Bejís tras encontrarse con las llamas a tan solo metros de las vías, para dar marcha atrás e intentar regresar a Cudiel. Según esta versión, fue la trabajadora la que en todo momento alertó a los pasajeros del tren de Media Distancia de que mantuviesen la calma y no bajaran del tren. No obstante, algunos viajeros, presos del pánico ante la cercanía de las llamas, rompieron sin autorización las ventanillas y descendieron de convoy, resultando heridos. Ninguno de los usuarios que permanecieron en el interior de los vagones resultó dañado.

Una versión que desmienten algunos viajeros, cuyos testimonios ha recabado Antena 3, que aseguran que fue la propia maquinista la que, tras parar la circulación y llamar al control de Adif, abrió la puerta y pidió que huyesen. “La maquinista entró en pánico y decidió abrirnos la puerta. Nos dijo que saliésemos corriendo”, asegura uno de los viajeros. Su versión coincide con otra usuaria que, visiblemente afectada, cuenta cómo vivieron la situación. Destaca que la conductora del tren corría “de un lado a otro sin saber qué hacer”, según las imágenes emitidas por el canal.

La versión de Renfe coincide con la del Sindicato Español de Maquinistas Ferroviarios (SEMAF). Su portavoz, Juan Jesús García Fraile, ha defendido que la conductora actuó “perfectamente” ante un “peligro inminente” del que no tenía “ninguna comunicación” por parte de Adif. “Frenó el tren y, tras un análisis relámpago, decidió retroceder en dirección contraria a la estación de donde venía”, ha relatado declaraciones a la Cadena SER. El representante sindical ha reconocido que “si alguien hubiera tenido en cuenta (el peligro), el tren no debería haber salido”, aunque “ella salió porque tenía todo a favor para salir” al “no conocer esas circunstancias”. Ha remarcado que desconoce si “alguien lo sabía” y que hubo un “cambio absoluto” en la evolución del incendio de Bejís por la dirección del viento en la zona.

El representante sindical ha admitido que la maquinista mostró “un poquito de nerviosismo como le puede pasar a cualquiera”, pero ha remarcado que evitó que hubiera más heridos al impedir que la gente abandonara el tren, recorriendo “ella misma” los vagones y explicando a los viajeros que iba a hacer retroceder al convoy.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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