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Marlaska elogia a Marruecos y su trabajo de “contención” de la inmigración tras la muerte de 23 subsaharianos en Melilla

El ministro de Interior anuncia más cooperación con Rabat durante su visita junto a la comisaria europea, y elude cualquier crítica por la tragedia de la valla

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante la reunión mantenida a mediados de junio en Madrid con su homólogo marroquí, Abdelouafi Laftit, para abordar asuntos como la inmigración y el terrorismo.
Francisco Peregil

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha elogiado este viernes en Rabat el papel de Marruecos como socio “fiable” de España y de la UE, después de entrevistarse con su homólogo marroquí, Abdelouafi Laftit. Marlaska, que viajó acompañado de la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, declaró: “Marruecos está realizando un trabajo de contención importante hacia la emigración irregular, que debe ser reconocido”. Esta ha sido la primera reunión que mantienen las autoridades europeas, españolas y marroquíes de Interior tras la muerte hace dos semanas de al menos 23 migrantes en circunstancias nada claras durante un intento de entrada irregular a Melilla. Marlaska lamentó esas muertes, pero evitó expresar ninguna crítica hacia la actuación de las fuerzas del orden marroquíes. Al menos 12 migrantes sudaneses han declarado a medios españoles que presenciaron cómo los agentes marroquíes apaleaban hasta la muerte a sus compañeros el 24 de junio.

Las tres autoridades acordaron renovar la asociación entre la Comisión Europea y Marruecos en materia de emigración y de lucha contra las redes de tráfico de personas, aunque no precisaron si esa renovación implica un aumento de las ayudas económicas que Bruselas envía a Marruecos desde hace lustros. Fuentes diplomáticas españolas subrayaron que a partir de ahora las agencias europeas podrán supervisar mejor la lucha contra la inmigración irregular.

Sin avances en la investigación de la tragedia

Cabía la esperanza de que la visita de Marlaska y de la comisaria europea despejara algunas dudas sobre la tragedia del 24 de junio en Melilla. Porque ni el ministro Laftit ni el máximo responsable de Migraciones y Vigilancia Fronteriza marroquí, Jalid Zeruali, han efectuado declaración alguna desde ese día. Pero este viernes tampoco hubo respuestas al respecto. Ni siquiera se sabe en Marruecos si los 23 cadáveres han sido enterrados, ni el resultado de las autopsias. Y existe una contradicción notable entre la versión oficial marroquí, que atribuye las muertes a una avalancha, y los testimonios de los participantes en el salto, varios de los cuales acusan directamente de homicidio a la policía de Marruecos.

La visita de Marlaska y de Johansson no aportó luz. Las autoridades marroquíes no permitieron la presencia de medios internacionales, y Marlaska se limitó a responder a tres cuestiones a través de su gabinete de prensa. La respuesta fue grabada en vídeo y enviada a los periodistas. A la pregunta de si, después de lo sucedido en Melilla, temía que se produjeran nuevos intentos de salto y si en ese caso Marruecos debía cambiar sus protocolos de actuación policial, el ministro español contestó: “Estamos aquí con el fin de evitar cualquier otro asalto violento a las fronteras de la Unión Europea, que son las fronteras españolas también”. Preguntado por las autopsias y las circunstancias de las muertes, afirmó: “Hay investigaciones que están teniendo lugar tanto en Marruecos como en España. Nosotros nos remitimos a dichas investigaciones”.

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Los únicos juicios que hay en marcha en Marruecos tienen sentados en el banquillo a 62 migrantes sudaneses que trataron de cruzar la valla. Pero no se ha iniciado en Marruecos ninguna investigación judicial contra los policías. Tampoco el Ministerio del Interior marroquí ha informado sobre ninguna pesquisa interna. Una institución independiente, el Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH), ha iniciado “una misión exploratoria” en Nador. Pero fuentes de ese organismo indicaron a este diario que no se trata propiamente de “una investigación”.

En el comunicado conjunto suscrito por Marlaska, Laftit y Johansson se afirma que hay investigaciones en marcha. Los tres se felicitan por la “misión de información” del CNDH para “aclarar los hechos”. Y añaden: “El respeto de los derechos fundamentales es un valor compartido por Marruecos y la Unión Europea”.

La comisaria europea de Interior tampoco deslizó ninguna crítica hacia Rabat, a pesar de que el 26 de junio declaró que los acontecimientos de Melilla eran “profundamente preocupantes”.

Mohamed VI, “líder de África en cuestiones migratorias”

En el comunicado conjunto no se consagra ni una sola palabra a las causas de la muerte de los 23 emigrantes. Ni a por qué fueron amontonados heridos y fallecidos bajo el sol durante horas y golpeados mientras yacían en el suelo, según se aprecia en las imágenes grabadas. Se habla, eso sí, del “extremo peligro y violencia” de las redes de trata de personas. Y se recuerda que el rey de Marruecos, Mohamed VI, ha sido designado por “sus pares, los jefes de Estado africanos”, como “líder del continente africano en cuestiones migratorias”.

Aunque las autoridades marroquíes no suelen prodigarse mucho, la prensa más oficialista, como el diario Le Matin, sí reproduce las pretensiones gubernamentales. Y el pasado 3 de julio ese periódico publicó un artículo bajo el título “Inmigración clandestina: por qué la UE debe apoyar más a Marruecos”, en el que se decía que Marruecos gasta cada año 500 millones de euros en luchar contra la emigración clandestina a Europa y que la ayuda de la UE para combatir esa lacra no sobrepasa los 270 millones en los últimos 15 años.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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