Los migrantes que cruzaron la valla de Melilla el día de la tragedia: “No tenemos mafias, venimos juntos”
La justicia de Marruecos procesa a 60 personas que intentaron entrar en España, sin éxito
La indignación se ha instalado este lunes a las puertas del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Medio centenar de residentes sudaneses han celebrado un acto de protesta contra la que entienden fue una cruenta represión por parte de las autoridades marroquíes del intento de entrada a Melilla del viernes, en el que murieron al menos 23 personas, según el recuento oficial. También han protestado contra la respuesta del Gobierno español, al que consideran cómplice de la violencia en la valla. “¿Por qué [el presidente español] Pedro Sánchez dice que somos mafias?”, clamaba Huséin, portavoz de los manifestantes, “los sudaneses no tenemos mafias, venimos juntos”. También este lunes, 60 emigrantes africanos, detenidos durante el salto, han prestado declaración ante los juzgados de primera instancia y de apelación en Nador (Marruecos), según informó a este diario un abogado que solicita el anonimato.
Huséin no da tregua: “No pagamos nada, llegamos aquí gratis; solo utilizamos nuestra cabeza e ideamos un buen plan [para salir de Marruecos] porque sufrimos mucho. El mafioso es Mohamed VI, que ha cogido todo el dinero [que Bruselas otorga a Rabat para controlar y atender a los emigrantes irregulares] y ha desaparecido”. Su discurso carga contra la posición de Madrid de señalar a las redes de tráfico de personas por lo ocurrido en la valla, y no a Rabat.
Este lunes, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, ha insistido tras el Consejo de Ministros: “El problema es que existen mafias internacionales que trafican con seres humanos que provocan estas situaciones trágicas”. El presidente del Ejecutivo alabó el viernes la actuación de las fuerzas marroquíes para reprimir el intento de entrada masiva. La violencia quedó grabada en imágenes difundidas en redes sociales en las que se aprecian decenas de cuerpos en el suelo mientras agentes marroquíes aún los castigan a porrazos. En la tarde de este lunes, el Defensor del Pueblo ha anunciado que investiga la gestión del salto, tras recibir una queja firmada por nueve asociaciones.
Entre las pancartas que se leían al viento predominaban, sobre todo, críticas al silencio sobre la violencia y a la colaboración entre Madrid y Rabat. “España es cómplice de la masacre”, rezaba una; “Recibís a los ucranianos con flores y porque somos negros nos mandáis al infierno”, dominaba en la parte central lo escrito en una sábana. Hasta 133 jóvenes han conseguido quedarse en Melilla de los 1.700 que llegaron a intentarlo el viernes, la mayoría, sudaneses. Todos guardan cuarentena en el CETI, sin poder abandonar las instalaciones. Compatriotas como Huséin, que consiguieron entrar en marzo en el mayor salto a la valla en la historia de la ciudad, les apoyan y reclaman una investigación internacional “urgente” sobre el uso de la violencia contra los migrantes.
El portavoz de los sudaneses leyó en un comunicado: “Dado que pasamos por varias incursiones en la valla, sabemos muy bien lo que están haciendo las autoridades marroquíes en cuanto a abusos y violaciones de los derechos humanos” .
Activistas y colectivos de defensa de los derechos humanos han denunciado un aumento de la violencia contra los migrantes en Marruecos desde que Madrid y Rabat restablecieron las relaciones diplomáticas tras el giro en la postura española sobre el Sáhara. Amín Abidar, presidente en Nador de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), sostiene que en los últimos tres meses se incrementaron las veces en que los gendarmes marroquíes deshicieron los campamentos de los emigrantes escondidos en las montañas próximas a la ciudad marroquí y los alejaron hacia las ciudades del sur de Marruecos.
El activista no solo culpa del aumento de la violencia a Marruecos, sino también a España y a la Unión Europea. “Nosotros tenemos vídeos donde se ve a guardias civiles expulsando en caliente a los emigrantes”, sostiene Abidar. “La emigración irregular”, concluye, “ha sido utilizada políticamente tanto por España como por Marruecos”. Según Helena Maleno, del colectivo Caminando Fronteras, “las redadas violentas han aumentado desde que se firmó el acuerdo entre España y Marruecos”. “El ir a la valla fue desesperación”, ha asegurado en una entrevista en la Cadena SER.
🔴 𝗩𝗜𝗗𝗘𝗢 | Drame de Nador: les premières images de l'assaut de migrants, à Nador le 24.06.2022 pic.twitter.com/NjxG7lauYK
— Le360 (@Le360fr) June 27, 2022
Un observador internacional destacado en Nador asegura que desde hace dos semanas la policía marroquí ha venido practicando a diario detenciones de emigrantes en los bosques próximos a la localidad. El 18 de junio, por ejemplo, hubo ya enfrentamientos entre la policía y los emigrantes en el monte de Afra, a cinco kilómetros de la ciudad. Los emigrantes estaban desquiciados, porque los estaban echando de todas partes”.
Adam, un sudanés de 21 años que logró entrar en Melilla, relataba este lunes: “Cuando nos atacaron en el campamento [la noche antes de alcanzar la valla] usaron demasiada violencia”, relata “[En el salto] utilizaron armas reales, gas… solo del gas muchos ya iban cayendo; si te pillaban en el suelo, no se les ocurría pensar si estabas muerto o no, solo te pegaban”, se lamentaba. “Nos trataron como si fuéramos terroristas, pero los verdaderos terroristas son ellos, porque nosotros solo teníamos piedras”.
Para Adam, que habla con la cabeza asomando desde las rejas del recinto donde está confinado, la supuesta victoria es amarga y triste. “Sé que he llegado aquí y que eso es lo que quería, pero en mi corazón solo siento pena”, se lamentaba, “perdí a muchos amigos”. “Lo único que espero es que las organizaciones de todo el mundo, cualquiera a quien le importen los migrantes, no dejen esto pasar”, continúa. “Todos estos jóvenes que han muerto aquí tenían grandes sueños, querían salir adelante, que no dejen que algo así vuelva a pasar”.
La justicia de Marruecos procesa a 60 personas
Sesenta emigrantes africanos detenidos durante el intento de entrada del viernes a Melilla han comparecido este lunes ante los juzgados de primera instancia y de apelación en Nador. En el de primera instancia había una treintena de emigrantes, mientras en el de apelaciones se contaban 29, uno de ellos menor de edad. Estos 29 fueron acusados por el fiscal general de usar la violencia contra las fuerzas del orden, de incendiar el bosque, de secuestrar a un agente y de manifestarse portando armas, y serán juzgados el 13 de julio.
El menor de los detenidos, un sudanés de 17 años, comentó a una persona que tuvo acceso directo a él su versión sobre los hechos que terminaron el viernes con la muerte de 23 migrantes: “Nos levantamos en el bosque a las seis de la mañana. Yo creo que éramos unos mil. Comenzamos a caminar muy rápido y a correr hacia la frontera. Tardamos como dos horas en llegar. Es cierto que muchos llevaban palos. Pero era solo para asustar a los gendarmes, no para golpearles. Cuando llegamos cerca de la valla, los gendarmes nos lanzaron botes de humo y apenas se veía nada. Perdí el conocimiento”. El adolescente partió de Sudán hace justo un año y llegó a Marruecos hace siete meses a través de Libia y de Argelia.
Las críticas a Marruecos por la actuación de sus fuerzas policiales han llegado al seno de la Unión Africana, organismo continental donde Rabat y Argel libran un gran pulso diplomático con el Sáhara Occidental como telón de fondo. El presidente de la comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, denunció a través de su cuenta de Twitter el trato “violento y degradante” que sufrieron los migrantes africanos, informa José Naranjo. En uno de sus tuits reclamaba: “Pido una investigación inmediata sobre este tema y recuerdo a todos los países sus obligaciones, según la ley internacional, de tratar a los migrantes con dignidad y de dar prioridad a su seguridad y sus derechos humanos, limitando al mismo tiempo todo uso excesivo de la fuerza”.
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