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El PP orilla la ‘vía Ayuso’ tras la victoria en Andalucía

Moreno Bonilla marca el camino del centro a Alberto Núñez Feijóo

Elías Bendodo, el lunes tras la reunión del Comité de Dirección del PP, en Madrid. Foto: CRISTINA QUICLER (AFP) | Vídeo: EPV

La contundente victoria en Andalucía marca el camino al PP. El rumbo está claro, según coinciden en el triunfal PP andaluz y en la sede nacional de la calle Génova en Madrid, donde la influencia de los populares del sur es ahora mucho más importante. La estrategia más exitosa para ganar a la izquierda es por el centro, como ha quedado acreditado en la mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno Bonilla. Así lo entienden en el eje de poder gallego-andaluz que pilota el nuevo PP. El vencedor en las urnas se encargó de reivindicarlo en la resaca de su triunfo. “El camino por el centro es el camino de referencia. Es la única estrategia que está frenando a Vox”, enfatizó el presidente andaluz, a quien Alberto Núñez Feijóo ha bautizado ya como El Califa, entregándole el trono de los barones populares. La lectura que la dirección nacional extrae de las elecciones en Andalucía implica orillar la vía Ayuso, y a los halcones frente a los moderados. Aunque las dos almas del PP siguen ahí y la presidenta madrileña avisó al tiempo de que ella mantendrá su apuesta intacta.

La noche del 19 de junio, mientras se descorchaban las botellas de champán por primera vez en la historia en el PP andaluz, el análisis en el entorno del vencedor en las urnas miraba más allá de Andalucía. Acababa de hablar por teléfono con Feijóo. “Es muy importante este resultado porque el partido va a girar hacia el centro. Los barones van a visualizar que hay otro camino posible frente al de Ayuso”, decían fuentes próximas a Moreno Bonilla, convencidas de la trascendencia nacional de una victoria inimaginable hasta entonces en el PP. “Esto es como si el Cádiz gana la Champions”, ejemplificaban con ironía en el equipo del presidente andaluz sobre la dimensión de los resultados, todavía sin terminar de creerse lo que acababa de pasar.

Con la legitimidad que le da la mayoría absoluta en el histórico granero de votos socialistas, Moreno Bonilla reivindicó el día después su apuesta por un PP más moderado y templado frente a la vía de los halcones del PP y a la última etapa titubeante de la dirección de los conservadores. “Fue un error copiar el discurso de Vox”, subrayó el presidente andaluz sobre Pablo Casado en una entrevista en la Cadena SER. Aunque el barón del sur no quiso señalar a Ayuso, y le reconoció que la sociología de Madrid es distinta, su mensaje iba destinado también a su colega madrileña, máxima representante del PP más ideológico y confrontativo, el PP de la batalla cultural sin cuartel contra la izquierda, que también triunfó en las elecciones madrileñas de mayo de 2021.

Hasta ahora, salvando la de Feijóo en Galicia, Ayuso ostentaba la victoria más importante de la derecha en unas autonómicas. Eso ha cambiado con la mayoría absoluta de Moreno Bonilla. El andaluz tiene como principal ventaja frente a la madrileña que podrá gobernar sin depender de acuerdos, porque Ayuso logró unas marcas algo mejores, con casi un 45% de voto (por el 43% Moreno Bonilla) y Vox en el 9% y 13 escaños, mientras en Andalucía la extrema derecha logró algo más, un 13% y 14 escaños. Pero no es lo mismo ese resultado de Vox con el PP superando ampliamente la mayoría absoluta, como en Andalucía, que ha sido además un feudo histórico de la izquierda, que sin alcanzarla en un bastión de la derecha como es Madrid. Por eso, en el PP andaluz y en el gallego creen que el 19-J demuestra que la estrategia templada es más efectiva y es la adecuada para España.

Se encargó de dejarlo claro también desde Génova el coordinador general de los populares, Elías Bendodo, a la sazón hombre fuerte de Moreno Bonilla y ejemplo de la influencia del PP del sur en la cúpula de Feijóo. “El PP siempre ganó centrado y moderado”, enfatizó el número tres del PP.

El interés del PP andaluz en dejar la vía de Ayuso en un segundo plano ya se había percibido durante la campaña electoral. La líder madrileña fue relegada a un papel secundario, el mismo que el resto de presidentes autonómicos, invitada solo a la precampaña, como los demás. Este lunes, Bendodo deslizó que fue una decisión pensada. “Nosotros en la campaña no nos andamos con miramientos. El que sumaba venía y el que no sumaba no venía. Así de claro”. El coordinador general precisó después que todos los presidentes autonómicos “sumaban”, pero estrictamente a la campaña no se les invitó. Tampoco a los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy; a estos, ni a la precampaña.

Construir un liderazgo mesurado

El triunfo andaluz ha insuflado de ánimo al PP, que ve en Andalucía el inicio del fin de Pedro Sánchez. “Ayer [por el domingo] se puso el reloj en marcha con una cuenta atrás para que Sánchez salga de La Moncloa”, proclamó en Génova Bendodo. Los conservadores, no obstante, no llegan a pedir un anticipo electoral, como reclaman los sectores más duros de la derecha. En cambio, Feijóo cree que es preferible avanzar sin ansiedad por ese carril central que ha abierto Moreno Bonilla. Paso a paso y presentándose como un líder mesurado, lo mismo que el andaluz. Por eso seguirá tendiendo la mano al Gobierno para llegar a acuerdos de Estado. En el próximo mes remitirá una propuesta de acuerdo al Ejecutivo para renovar el Poder Judicial. En el PP creen que ahora “no tienen techo”, esto es, que pueden aspirar a una mayoría amplia en España.

Ahora bien, aunque Feijóo y Moreno Bonilla coinciden en que la estrategia moderada es el camino, eso no significa que todo el partido vaya a seguirles por esa senda sin tensiones. Primero, porque Ayuso dejó claro que no piensa cambiar “ni un milímetro” su estrategia. Pero, también, porque muchos barones populares, sobre todo los que están en la oposición y aspiran a arrebatar el Gobierno a la izquierda, no tienen tan sencillo construir un perfil presidenciable y templado como el de Moreno Bonilla, que ha gobernado durante toda la pandemia. Vox, además, está fuerte en los territorios de la España interior, donde no tiene por qué repetir a futuro los errores de la candidatura de Olona en Andalucía. En esos casos la moderación no es tan fácil.

De hecho, el presidente andaluz no ocupó solo el centro político. Contó con la ayuda indirecta tanto de Vox como del PSOE. La ultraderecha lo situaba próximo a la izquierda ― “Usted sueña en socialista”, era el reproche más repetido― y la bancada del PSOE, en el extremo opuesto. Moreno sacó su investidura gracias a Vox, con el que pactó tres presupuestos autonómicos, hasta que Santiago Abacal ordenó poner fin a la alianza. A partir de entonces pactó con los dos bloques políticos leyes y decretos. Ahora, el presidente de la Junta en funciones promete pactar con la oposición los proyectos de ley, pese a tener una holgada mayoría absoluta, con “humildad”.

Quiere mantener la centralidad del tablero sin escorarse hacia el extremo: “Los grandes espacios los tiene que ocupar un centroizquierda y un centroderecha. El acuerdo con Podemos ha arrastrado al PSOE”, aseguró este lunes en la Cadena SER. El nuevo barón más importante del PP marca el paso al partido. Pero Ayuso seguirá en el mismo sitio.

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