González Pons tendrá un puesto a su medida en la dirección y la portavocía europea

Alberto Núñez Feijóo ultima la composición de su nueva dirección con ayuda de los barones y con algunas incógnitas encima de la mesa todavía sin resolver. El líder del PP tiene muchos frentes abiertos, desde el cierre de su sucesión en Galicia a su acomodo institucional en Madrid, donde no es diputado —aún no ha decidido si irá al Senado— y de algunos de ellos depende el encaje de todos los perfiles. El barón gallego sí tiene decidido que convertirá a Esteban González Pons en otro de sus hombres fuertes en la cúpula, donde tendrá un puesto a su medida centrado en la política exterior, así como la portavocía europea del partido. El PP de Madrid, que ha quedado de momento fuera del primer anillo de poder, espera hacerse con una secretaría de peso, como la de Organización o Economía, según fuentes próximas a Isabel Díaz Ayuso.

El PP madrileño ha quedado algo descolocado en el primer reparto de puestos, en el que Andalucía le ha pasado por delante. El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha situado a su mano derecha, el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, como coordinador general del partido, solo por debajo de la secretaría general, así que Ayuso estará en todo caso por detrás de Moreno Bonilla en influencia. No obstante, fuentes del entorno de Feijóo aseguran que Madrid tendrá un puesto “muy importante” en la dirección. La opinión mayoritaria en el partido es que no podrá ser la secretaría de Organización, que se da por hecho que ocupará un dirigente gallego de la máxima confianza de Feijóo, como Miguel Tellado, secretario general del PP de Galicia.

Feijóo ha buscado equilibrios con todas las familias y sobre todo con las baronías. El comité ejecutivo, la dirección ampliada, está conformado respetando de manera rigurosa las cuotas territoriales con los perfiles que propusieron los barones, pero los primeros cargos del comité de dirección sí reflejan que algunos líderes autonómicos han sido premiados frente a otros. En la delegación del PP de Castilla y León se interpreta el poco peso de la comunidad en el primer anillo de poder como un “castigo de Feijóo a Alfonso Fernández Mañueco” por su acuerdo de Gobierno con Vox. “Madrid pierde, pero Castilla y León todavía más”, opinan fuentes de este territorio de peso histórico para el PP. Las mismas fuentes aseguran que Feijóo ha dado varios toques de atención a Mañueco en privado reprochándole que podía haber negociado mejor con la extrema derecha, porque cedió demasiado, como la presidencia de las Cortes.