Teresa Rodríguez recibe como “buena noticia” el proyecto de una coalición andaluza de izquierdas, pero se desmarca de la iniciativa
La líder de Adelante Andalucía no formará parte de la posible marca electoral conjunta que barajan las coaliciones Unidas Podemos y Andaluces Levantaos
Todo se mueve en la dividida izquierda andaluza, aunque aún no se sabe bien cómo quedara el puzle. Hay certeza a día de hoy de que la líder de Anticapitalistas y de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, no estará en la nueva marca electoral que varios grupos de izquierda pretenden presentar en las próximas elecciones autonómicas previstas por el presidente de la Junta, el popular Juan Manuel Moreno, para el próximo otoño, aunque Rodríguez la ha recibido como una “buena noticia”.
La líder de izquierdas ha felicitado a sus antiguos colegas, a los que capitaneó como candidata a la Junta en los pasados comicios, pero ha destacado que ella y su formación trabajan en otra clave, “la construcción de un espacio andalucista”. También se ha apresurado a dar su “enhorabuena” al proyecto electoral aún inconcluso el secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, cuyas esperanzas fía a que la izquierda sume más que las derechas en las urnas para regresar al Gobierno andaluz.
En realidad, todavía no se puede dar por hecho de que, descontando al partido de Rodríguez, las izquierdas andaluzas concurran juntas a las elecciones. Hay en marcha conversaciones auspiciadas por mediadores sin carné de partido, pero cerrado no hay acuerdo alguno. En la mesa se sientan dos coaliciones: Unidas Podemos y Andaluces Levantaos, además del movimiento Verdes Equo Andalucía. Y cada uno de sus integrantes ve más cercano o lejano la posibilidad de un acuerdo en función de sus prisas e intereses.
Izquierda Unida distribuyó el pasado lunes un comunicado sin firma ni membrete en que anunciaba avances de las “fuerzas progresistas para abordar las próximas elecciones”. Pero minutos después desde Más País Andalucía (miembro de Andaluces Levantaos) aseguraba que no “había cerrado ningún acuerdo” y señalaba claramente dónde reside la principal dificultad: consensuar una “candidatura independiente al frente”. Es decir, una especie de mirlo blanco.
En cada coalición cuecen habas. Podemos lanzó la pasada semana un vídeo de su diputado en el Congreso por Cádiz, Juan Antonio Delgado, en el que se promocionaba como “guardia civil, andaluz y de izquierdas”, lo que desde Izquierda Unida se interpretó como un intento de ganar metros para alzarse con la candidatura. IU apuesta por su coordinador andaluz, Toni Valero, aunque también algunos abanderan a la portavoz parlamentaria, Inma Nieto. En la coalición Andaluces Levantaos, integrada por Más País, Andalucía por Sí e Iniciativa del Pueblo andaluz, no hay unanimidad sobre si estarán en la nueva coalición de izquierdas y desconfían de la “pugna brutal” entre Podemos e IU.
Dirigentes que conocen bien los entresijos de estas formaciones reducen las dificultades para cerrar un acuerdo en la posición que cada partido ocupará en las listas electorales. En las pasadas elecciones, IU y Podemos y dos minúsculas fuerzas andalucistas concurrieron con la marca Adelante Andalucía, que por ahora controla Teresa Rodríguez. Sacaron 17 escaños, tres menos de los que obtuvieron en 2015 por separado. También se dejaron entonces 300.000 votos. Los 17 escaños del grupo son ahora solo seis, todos de IU, después de la expulsión por tránsfugas de Rodríguez y de otros 10 diputados.
Pese al evidente fracaso de esta experiencia, las izquierdas andaluzas lo vuelven a intentar, y no por tozudez ni por romanticismo, sino porque la división en la izquierda generaría una pérdida de hasta siete escaños, según los informes electorales que manejan.
Ante este panorama, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se mantiene al margen, aunque sí bien informada de las negociaciones. Díaz ya dejó dicho en su primera visita oficial a Andalucía el pasado 3 de marzo que el “proyecto de país” que pretende liderar “no va a llegar a tiempo” para las elecciones autonómicas —aún sin fecha—, lo que desde algunos sectores de la izquierda se interpretó como una manera de desentenderse de las cuitas andaluzas.
Las formaciones que pretenden forjar una nueva alianza electoral de izquierdas en Andalucía, que aún no tiene ni nombre ni candidato, se han emplazado a una reunión la próxima semana. Según dicen en el comunicado, “para poner en marcha un proceso programático conjunto, crear equipos técnicos para seguir avanzando en el proceso de colaboración y trabajar por candidaturas con liderazgos sociales fruto del consenso”. También dicen estar de acuerdo en que la “unidad de acción o proceso de confluencia debe ser abierto, amplio y democrático, netamente andaluz, para establecer un horizonte de esperanza y una propuesta política ilusionante y de Gobierno para la sociedad andaluza”.
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