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Los forenses de Terranova terminan la identificación de los nueve fallecidos en el naufragio del ‘Villa de Pitanxo’

Un avión militar A400 fletado por el Gobierno repatriará a los tres supervivientes y las víctimas del siniestro

El cuerpo de uno de los tripulantes fallecidos del 'Villa de Pitanxo' es desembarcado este sábado en el puerto de San Juan de Terranova (Canadá).Foto: Julio César Rivas (EFE) | Vídeo: EFE
María Antonia Sánchez-Vallejo
San Juan de Terranova (enviada especial) -

El pesquero gallego Playa Menduiña II ha llegado a las siete de la mañana de este sábado (las 11.30 en la Península) al puerto de San Juan de Terranova (Canadá). El barco, de casco blanquiazul como la bandera de Galicia, traslada a los tres supervivientes y siete cuerpos sin vida recuperados tras el naufragio del arrastrero Villa de Pitanxo, que se hundió en la madrugada del martes en aguas internacionales del Gran Banco de Terranova. La víspera, el buque canadiense Nexus había trasladado a tierra a otros dos cadáveres.

Para recibir al Playa Menduiña II se ha trasladado hasta San Juan de Terranova el embajador de España en Canadá, Alfredo Martínez Serrano. En el muelle número 17 del puerto esperaban el cónsul general en Montreal, Luis Calvo, y el cónsul honorario en la ciudad, así como representantes de la empresa propietaria del pesquero siniestrado, que han accedido al barco junto con agentes de la policía local, un equipo de medicina legal dirigido por una forense y funcionarios con numerosas cajas de cartón con documentos.

Tras cumplimentar los trámites de entrada en el país, los supervivientes (el patrón, Juan Enrique Padín Costas; su sobrino Eduardo Rial Padín, y el marinero ghanés Samuel Kwesi Koufie) fueron evacuados a un hotel del puerto, en buen estado aunque pendientes de un reconocimiento médico, mientras los cadáveres eran trasladados a la morgue del principal hospital de la ciudad, el Health Sciences Centre, donde un equipo forense procedió a identificarlos.

Delegación del Gobierno en Galicia ha confirmado poco después que el procedimiento legal ha concluido. Los cuerpos rescatados pertenecen a cinco marineros españoles, tres peruanos y un ghanés. La información ha sido trasladada de inmediato a sus familias, atendidas por un equipo de psicólogos. Pese al mutismo de las autoridades, tanto españolas como canadienses, sobre la identidad de las víctimas, un familiar identificó en Pontevedra al auxiliar de cocina Rogelio Franco, peruano de 55 años, como uno de los llegados a puerto este viernes. Los restos mortales de Franco serán repatriados a Perú. Este sábado se conocía, también a través de fuentes familiares, la identidad de otro de los muertos, el también peruano Miguel Ángel Lumbres, enrolado a última hora en el Villa de Pitanxo para sustituir a otro tripulante que había dado positivo por coronavirus, según contó un primo suyo en Cambados, informa Europa Press. Las autoridades informaron a las familias de Fernando González y Francisco de Pazo, que no estaban entre los cadáveres, informa Manuel Jabois.

La llegada a Terranova, prevista a primera hora de la tarde de este domingo, de un avión A400, un Airbus de transporte militar fletado por el Gobierno para repatriar a los tres supervivientes y los nueve fallecidos, hace prever que la repatriación sea prácticamente inmediata, incluso ese mismo día si se completan todos los requisitos de las autoridades canadienses, coordinadas también con diplomáticos de Perú y Ghana, países de procedencia del resto de la tripulación.

Los familiares de estos 12 tripulantes han manifestado su inquietud por las trabas administrativas que han retrasado la llegada a puerto del Playa Menduiña II. Estaba previsto que el pesquero gallego atracase en la mañana de este viernes, pero al ser un barco extranjero (no como el Nexus, de bandera canadiense), el proceso burocrático ha añadido horas de angustia; pero sobre todo también la necesidad de ser guiado a puerto por un práctico. Los supervivientes anhelan regresar; los deudos, recuperar los cuerpos de los suyos e iniciar el duelo, un rito que para los seres queridos de los 12 desaparecidos pende del hilo de la incertidumbre. Con olas de más de 10 metros y rachas de viento de 120 kilómetros por hora, el tiempo transcurrido desde el accidente, además de la temperatura del agua, permite albergar muy pocas esperanzas de supervivencia.

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Sobre la voluntad del Gobierno canadiense de retomar la búsqueda, no hay nada decidido. “Hay discusiones en distintos niveles del Gobierno federal sobre tal posibilidad, pero no estoy informado al respecto”, explicaba este viernes Brian Owens, responsable de comunicación del Centro de Coordinación de Rescate de Halifax, dependiente de las Fuerzas Armadas. El portavoz remitía a las autoridades consulares españolas o al Ministerio de Exteriores canadiense, que no se ha pronunciado sobre el asunto. El primer ministro, Justin Trudeau, trasladó al presidente Pedro Sánchez su pésame por la pérdida de vidas en el naufragio, según un tuit que publicó este viernes en el que no hacía ninguna alusión a la posibilidad de reanudar la búsqueda de cuerpos.

No está previsto que los supervivientes hagan declaraciones o mantengan contacto alguno con los medios españoles desplazados a Terranova. Tampoco se espera ningún comentario por parte de los diplomáticos, concentrados en acelerar las tareas de evacuación y en informar únicamente a las familias, ni de los representantes de Nores, la empresa propietaria del Villa de Pitanxo. La armadora ha contratado un equipo local especializado para agilizar los trámites de repatriación de sus trabajadores.

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