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Las izquierdas andaluzas trabajan divididas sin esperar a que cuaje el proyecto de Yolanda Díaz

“Sería deseable acordar un pacto de no agresión”, asegura Teresa Rodríguez, líder de Adelante Andalucía

La líder de Adelante Andalucía y diputada no adscrita del Parlamento de Andalucía, Teresa Rodríguez, el pasado 27 de octubre.
La líder de Adelante Andalucía y diputada no adscrita del Parlamento de Andalucía, Teresa Rodríguez, el pasado 27 de octubre.Europa press
Lourdes Lucio

La izquierda andaluza, la que está a la izquierda del PSOE, busca su espacio. Esta palabra, espacio, tiene 14 acepciones en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), pero en boca de los dirigentes de los grupos políticos se usa como eufemismo para no llamar a los partidos, partidos, y a las coaliciones, coaliciones. Todos quieren “ampliar el espacio”, “superar el espacio identitario partidario”, “consolidar el espacio”. Con unas elecciones autonómicas sin fecha, pero próximas, una decena de formaciones de izquierdas intentan otra vez lo que ya ejecutaron y fracasaron en 2018, crear una alianza electoral para reagrupar el voto de la izquierda y evitar que la fragmentación consolide al PP de Juan Manuel Moreno.

Ese proceso se está ensayando de nuevo sin que en Andalucía haya noticias del proyecto político que abandera la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien apenas ha tenido actos institucionales en esta comunidad. Fuentes próximas a Díaz admiten que no hay conversaciones con las organizaciones andaluzas y asegura que esa decisión debe partir desde Andalucía, informa Paula Chouza. Ese movimiento no tiene contornos definidos, ni nombre, ni está maduro. Sus tiempos de crecimiento son más largos, pero las elecciones andaluzas son las primeras de nuevo ciclo electoral y los partidos en liza lo que menos necesitan es incorporeidad.

No pueden esperar a que cuaje algo que, según promete Díaz, “será maravilloso”. Sobre todo, porque en Andalucía ya intentaron construir una alternativa política para rescatar a los desencantados para las elecciones de diciembre de 2018 bajo la marca de Adelante Andalucía. Se unieron Podemos, Izquierda Unida, Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista y sacaron juntos 300.000 votos menos que los que lograron Podemos e IU por separado en 2015. Por el camino se desgajó Más País. El invento implosionó a mediados de la legislatura con la expulsión de Teresa Rodríguez, líder de Adelante Andalucía, y otros 10 diputados de grupo parlamentario.

En estos momentos, la izquierda a la izquierda del PSOE se divide en tres coaliciones: Unidas Podemos por Andalucía, Adelante Andalucía de Teresa Rodríguez y un tercer grupo en el que está Más País, Andalucía por Sí e Iniciativa del Pueblo Andaluz. Ninguna de las tres tiene elegido candidato a la Junta y todas se muestran dispuestas a sentarse a hablar para “ampliar el espacio”. En Unidas Podemos, en línea con el proyecto de Yolanda Díaz, trabajan por atraerse a Más País Andalucía que pilota Esperanza Gómez, aunque esta anuncia para el 2 de diciembre una nueva marca electoral pactada con dos formaciones andalucistas. “El proyecto de Yolanda Díaz no va a tener mucha incidencia en las andaluzas, aunque hubiera estado bien que hubiera venido por aquí con la situación de paro que hay”, dice Gómez. “No nos cerramos a hablar con nadie”, añade.

Toni Valero, coordinador regional de IU, asegura que su grupo trabaja en coordinación con Madrid, pero que el calendario andaluz aprieta y la plataforma de Díaz “aún no tiene madurez”. Confía en poder presentar el próximo 4 diciembre un proyecto ampliado de Unidas Podemos, una marca electoral que usarán por primera vez en las próximas elecciones autonómicas, la tercera de IU en tres elecciones. En este grupo candidato a la Junta no hay y, sorprendentemente, tampoco codazos para figurar en el cartel principal, pero no hay acuerdo aún con Podemos. Las bolas con los nombres de Valero y de la portavoz parlamentaria, Inma Nieto, están en el cubilete.

El acuerdo con los de Teresa Rodríguez se antoja ahora mismo imposible. Las heridas de las batallas internas están muy frescas. Asegura la dirigente gaditana: “A pesar de todas las faenas que nos hemos hecho, compartimos un programa y un espacio. Sería deseable poder sentarnos y hablar, aunque solo sea para firmar un pacto de no agresión”. Las izquierdas, incluido el PSOE, perdieron 700.000 votos en las autonómicas de 2018. Esa incomparecencia permitió que por primera vez en 37 años las derechas sumaran más. La última encuesta del Centro de Estudios Andaluces dibuja un panorama similar, pero con un PP y Vox al alza. Las derechas reunidas rozan el 60% de apoyo.

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