El PP sigue en Génova 13 ocho meses después
La dirección popular guarda silencio sobre el fallo judicial
La sentencia sobre la reforma en negro de Génova 13 ha llegado antes que el abandono de la sede. Más de ocho meses han transcurrido desde que Pablo Casado anunció el pasado 16 de febrero que el PP se marchaba de su histórica casa precisamente para tratar de romper con ese pasado corrupto. Pero el proceso inmobiliario se ha alargado más de lo previsto —el partido sacó a concurso la gestión de la operación, que ganó la consultora Colliers— y a los populares les ha pillado el fallo judicial todavía en Génova 13. La dirección nacional ha guardado silencio sobre una sentencia que condena al PP como responsable civil subsidiario. “Ya hemos dicho todo lo que teníamos que decir sobre ese tema”, zanjan fuentes de la cúpula.
El PP argumenta que la mudanza de la sede se ha alargado tantos meses porque “el proceso es complejo”. “Hacer los pliegos del concurso fue una ardua labor. Priorizamos transparencia y trabajo impecable sobre plazos”, defienden fuentes de Génova. Vistos los precedentes, el partido ha decidido poner “en manos de terceros” la operación inmobiliaria, “lo que la hace impecable”, arguyen en la dirección. El PP no ha decidido aún si venderá o alquilará la sede, cuya reforma se pagó con más de un millón de euros en dinero negro, según la sentencia de la Audiencia Nacional. Se hará lo que más interese económicamente: el inmueble ocupa 10.243 metros cuadrados distribuidos en siete plantas de oficinas y cuatro de aparcamientos, y según el portal inmobiliario Idealista su precio de venta podría ascender a los 36 millones de euros.
Aunque los argumentos logísticos son los que se ponen encima de la mesa, el PP ha ido dejando en segundo plano la mudanza a medida que mejoraba su situación política. Cuando Casado anunció el abandono de la sede, el PP atravesaba su peor momento. Acababa de sufrir un batacazo en las elecciones catalanas ―donde fue octava fuerza, con tres escaños en el Parlament―, que los populares atribuyeron sobre todo a que su extesorero Luis Bárcenas tiró de la manta en plena campaña electoral. El escenario ha cambiado mucho para el PP desde ese fatídico mes de febrero. Ahora, Casado se ve fuerte liderando la mayoría de las encuestas privadas (no así el CIS) y el traspaso de Génova 13 ha dejado de ser una urgencia. Al contrario, podría ser contraproducente revivir, ahora que los sondeos le sonríen, el pasado turbio del PP.
Ahora bien, la coincidencia del fallo sin haber abandonado la sede compromete al líder popular, que defendió en febrero la mudanza por razones de ética política. “No debemos seguir en un edificio cuya reforma se está investigando esta misma semana en los tribunales”, dijo Casado. Pero la investigación ya ha terminado y la justicia ha dado por probado que la corrupción pagó el remozado de Génova 13. El PP ha sido además condenado como responsable subsidiario y debe pagar 123.669 euros al Estado. “El proceso tiene sus tiempos”, arguyen en la cúpula.
En la dirección actual del PP rechazan dar explicaciones por un escándalo del que consideran que no son responsables y se ciñen a la estrategia definida por Casado el pasado febrero, cuando tras el varapalo en las elecciones catalanas anunció que a partir de entonces dejaría de hablar de los casos de corrupción del partido. “Desde hoy, esta dirección nacional no va a volver a dar explicaciones sobre ninguna cuestión pasada que corresponda a una acción personal que no haya sido en beneficio del partido o incluso haya podido perjudicarle”, anunció el líder del PP ante la plana mayor del partido. “Sencillamente, no nos lo podemos permitir”, justificó.
La cúpula del PP ha seguido esa línea y no ha vuelto a decir palabra de los escándalos de corrupción que aún persiguen a la formación en los tribunales. En el tiempo transcurrido desde que Casado anunció el abandono de la sede, los populares han vuelto a dar normalidad a Génova 13. El PP celebró en el balcón el triunfo de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones de Madrid del pasado mes de mayo, con la presidenta madrileña y Pablo Casado compartiendo sonrientes en ese escenario las mieles de la victoria en las urnas. La sentencia ha vuelto a cubrir con un manto oscuro el inmueble, pero de momento no hay fecha en el horizonte para que el PP abandone un lugar que la justicia ha declarado probado que está manchado por el dinero negro.
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