El fuego abrasa la cuna eólica de Cataluña y quema casi 1.300 hectáreas
Los equipos de emergencia trabajan en la extinción de varios fuegos declarados en Tarragona, en Albacete y en Huelva
El incendio forestal más devastador de los dos últimos años en Cataluña arde descontrolado entre la Conca de Barberà y el Anoia. A mediodía de este domingo, casi 1.300 hectáreas de terreno estaban ya calcinadas y las llamas seguían avanzando a ritmo desaforado. Santa Coloma de Queralt (Tarragona), punto de inicio del fuego, permanece bajo un manto de humo, pero el peligro se cierne sobre el entorno de Sant Martí de Tous, un pueblo de 1.200 vecinos situado a una decena de kilómetros de Igualada, que ha acabado confinado por los bomberos este domingo pasadas las 20.00 junto con Santa Maria de Miralles. El saldo de evacuados asciende por el momento a 168 personas, incluida una casa de colonias de Santa Margarida de Montbui.
Ante la incertidumbre provocada por las rachas de viento, el jefe del operativo, David Borrell, alertó de que la situación es “crítica”. La Generalitat ha pedido la ayuda de payeses para crear cortafuegos y ha hecho un llamamiento ciudadano para reducir la actividad y minimizar riesgos. Mientras, los Agentes Rurales siguen investigando cual fue la causa del incendio. En la carretera que va de Les Piles a Santa Coloma de Queralt se aprecia con claridad cuál fue el punto de inicio de las llamas. En una cuneta junto al asfalto lucen las banderolas rojas y azules usadas para balizar la zona. Muy cerca, una gran fábrica que se dedica a la producción de plásticos y poliuretanos. Se salvó porque las llamas corrieron en dirección contraria, a través de un campo de cereales. A partir de ahí, el fuego se adueñó de todo lo que le salió al paso. Básicamente, espesura boscosa. Lleva arrasadas casi 900 hectáreas forestales.
El fuego empezó el sábado por la tarde y sorprendió por su virulencia. Avanzó con velocidad, “carreras de fuego”, describen los bomberos, y puso al descubierto la falta de previsión y las carencias que sufre una zona diezmada económicamente y con un riesgo crónico de despoblación. En ese escenario, se reclamó ayuda a los agricultores, pidiendo que pusieran los tractores a arar los sembrados para dibujar líneas cortafuegos. A mediodía del domingo, el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, advertía de “horas críticas” por la amenaza del viento. La temida marinada llegó presta a azuzar el fuego. Los bomberos, 400 efectivos apoyados desde el aire por una flota de 18 helicópteros, trataban de hacer tareas de contención. Desde la base de operaciones instalada en la zona deportiva de Santa Coloma de Queralt se divisaba la espesa columna de humo blanco acechando Tous. La Generalitat, que solicitó la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias del Ejército, pedía a la ciudadanía “minimizar al máximo” las actividades en el medio natural.
El president Pere Aragonès, desplazado al lugar, insistía en hacer un llamamiento para “reducir todas las actividades de riesgo”. El argumento era que cualquier otra incidencia en otro punto restaba recursos para el fuego y condicionaba la capacidad operativa de los efectivos de emergencias. “Lo que preocupa es que la cabeza del incendio se descontrole y pueda abrir un nuevo frente”, detallaba Aragonès. Con todos los efectivos desplegados y las alertas vecinales activadas, la evolución del fuego quedaba a expensas del comportamiento del viento. Es un elemento muy conocido en la zona, donde los molinos de los parques eólicos forman en ristra. En el triángulo que dibujan el Anoia, la Segarra y la Conca de Barberà hay más de 200 molinos operando y se están tramitando varios proyectos nuevos. Según datos de la Generalitat, hay solicitudes para plantar 370 aerogeneradores más. Un alud de propuestas que genera no poca controversia entre municipios y entidades vecinales, que critican la sobresaturación de infraestructura que soporta el territorio.
La UME también está trabajando en las tareas de extinción del incendio forestal declarado en la tarde del sábado en Liétor (Albacete), que ya se ha extendido al término municipal de Hellín y afecta sobre todo a la pedanía de Isso, de unos 2.000 vecinos y donde se ha recomendado cerrar las ventanas para evitar que entre el humo en las casas. Hasta el puesto de mando avanzado ubicado en el campo de fútbol de Isso se han desplazado distintas autoridades para seguir de cerca la evolución del incendio, acaecido en medio de unas condiciones de calor extremo y viento.
A petición del Gobierno regional, el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca, solicitó la pasada noche la intervención de efectivos de la UME, para seguir trabajando, junto con los miembros de los distintos cuerpos de intervención y seguridad que desde el comienzo del incendio se ocupan de la extinción. Todos los miembros de la Guardia Civil de Hellín y Almansa se han desplazado a trabajar en la zona afectada, donde se ha declarado el nivel de emergencia 2 por la posibilidad de que el humo afecte a la población.
El incendio originado en Liétor fue detectado por un vigilante a las 14.15 en las inmediaciones del embalse del Talave. El fuego ha afectado a la carretera CM-412, entre Isso y Elche de la Sierra, que ha tenido que ser cortada varios kilómetros, según la Diputación de Albacete. Por otra parte, también el sábado se declaró otro incendio en el término municipal de Tobarra, a unos 10 kilómetros de Hellín.
Mientras, en Villarrasa (Huelva), otro incendio ha quemado más de 600 hectáreas desde el sábado, aunque a las 14.30 de este domingo ha sido estabilizado. El Plan Infoca andaluz lo considera el primer “gran incendio” de la temporada al superar las 500 hectáreas, y ha reincorporado esta mañana dos medios aéreos a la extinción del fuego tras una noche de trabajo en la que han participado más de 250 bomberos y brigadas de refuerzo, además de 16 aeronaves. Durante la noche se ha trabajado activamente en los flancos del incendio, que afecta a un entorno de gran valor ambiental para la comarca del Condado de Huelva, y este domingo se busca estabilizar el fuego. La carretera A-493, que comunica Valverde del Camino con la Palma del Condado, permanece cortada.
En la franja que separa las comarcas de Lleida y Tarragona de la Catalunña Central, el fuego ha cometido ataques recurrentes. Hace cinco veranos, un incendio declarado en el término de Rocallaura quemó más de 700 hectáreas. Un año antes, en julio del 2015, las llamas arrasaron más de 1.200 hectáreas en la Conca d’Òdena. En aquel caso, el dueño de una finca confesó que los trabajos con una trituradora de paja prendieron la chispa que accidentalmente originó el fuego. Fue inculpado judicialmente pero el juzgado de instrucción de Igualada acabó decretando el sobreseimiento provisional y el archivo de las actuaciones. Esta vez, el origen del fuego sigue sin aclararse.
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