Ayuso implica a Casado en su idea sobre los indultos y lleva al Rey al centro del debate

El malestar con Isabel Díaz Ayuso sobre su polémica interpretación del papel del Rey en la firma de los indultos a los líderes separatistas catalanes se extiende por casi toda la clase política representada en el Congreso, el Gobierno y hasta la Casa Real. También hay divergencias claras con las “opiniones” de Ayuso dentro del PP, aunque por ahora el líder, Pablo Casado, ha evitado volver a desautorizarla en público, si bien fuentes de la dirección del PP afirman que la posición del partido es la que marcó el líder el lunes, cuando la desautorizó.

Socios clave y habituales del Ejecutivo socialista, como Unidas Podemos, ERC, Más País o Compromís, aprovecharon la disputa para reabrir el debate sobre la Monarquía.

La controversia sobre la función atribuida en el artículo 62 de la Constitución al Rey sobre la firma de los indultos aprobados por el Consejo de Ministros parecía cerrada tras enfatizar el lunes Casado que el monarca no tenía otra posilidad legal que suscribirlos, tras el ruido provocado por Ayuso antes de la manifestación del domingo en Colón sobre que el Gobierno le iba a convertir en “cómplice” de sus intereses políticos. Pero no era así. Las declaraciones de Ayuso fueron rápidamente corregidas desde la dirección del PP, que se tomó con malestar lo que pensaban que era una salida de tono. Ayuso, este martes, antes de entrar a un desayuno informativo en el que también estaba invitado Casado, no clausuró la polémica. La reavivó. La presidenta madrileña consideró los indultos una “humillación” para el Rey y “una trampa” del Gobierno. Y acto seguido implicó en sus posiciones al líder popular: “Casado piensa exactamente lo mismo que yo. Pensamos que es una humillación y una vergüenza que el Gobierno y los independentistas que se ríen de todos los españoles (...) celebran haberle puesto al rey de España en una trampa, si firma o no firma, haga lo que haga, está en tela de juicio. (...) No ha habido rectificaciones, ni imposiciones, ni correcciones”.

Fuentes próximas a Casado se reafirmaron después en que “la posición del PP es la que dijo Casado el lunes”. “Todo el PP piensa lo mismo, que es lo trasladado por el presidente Casado en la presentación de la convención nacional. El único responsable de los indultos es Sánchez. El papel del Rey está tasado en la Constitución y es ejemplar”, zanjan fuentes de la dirección del PP. En el partido admiten que la presidenta madrileña se equivocó, pero sostienen que solo en la forma de expresarse.

La secuencia fue la siguiente: primero, la presidenta se salió del guion el domingo, con unas declaraciones ante Casado en la manifestación de la plaza de Colón: “Queremos reivindicar el papel del Rey. ¿Qué va a hacer el Rey de España, va a firmar esos indultos? ¿Le van a hacer cómplice de esto?”. El líder no aplaudió esas palabras en su presencia, y el día siguiente, lunes, la desautorizó en un discurso para presentar la convención nacional del PP: “Nada permite conectar esos indultos con el menor rastro de servicio al interés general, y su responsabilidad corresponde en exclusiva a Pedro Sánchez y a su Gobierno, como establece nuestro sistema político, una Monarquía parlamentaria ejercida de forma impecable por Su Majestad el Rey Felipe VI, como Jefe del Estado”. “Nadie, salvo quienes los promueven y los aplauden son responsables de ese acto profundamente inmoral y trágicamente equivocado. No hay más cómplices que ellos”. Y 24 horas después, el martes, Ayuso volvió a la carga e implicó a Casado en sus declaraciones. La presidenta y el líder del PP hablaron después del domingo, aunque Casado no le pidió que rebajara el tono con el Rey, según fuentes próximas a la presidenta.

La dirección del PP ya lanzó en conversaciones off the record el 26 de mayo que le parecía “irresponsable” esa determinación del Ejecutivo a favor de los separatistas condenados. Algunos dirigentes lanzaron un mensaje parecido, como Antonio González Terol, vicesecretario Territorial del PP, que dijo el 4 de junio: “Son indultos que tendrían que ser firmados por su majestad el Rey, sin tener la posibilidad de oponerse, ponerse a favor o ponerse en contra. Y encima en un delito tan grave como la sedición y un golpe de Estado contra el Estado de Derecho y la Constitución en esta monarquía parlamentaria que parece que al presidente del Gobierno se le olvida el sistema político en el que estamos”.

“Despropósito”

Desde el Gobierno, su portavoz, la ministra María Jesús Montero, exigió a Casado una aclaración sobre el respeto de ese partido a la Constitución, un desmentido a las posiciones de Ayuso que tachó de “despropósito” y le reclamó que deje a la corona al margen de las disputas políticas. “No sé si es por desconocimiento o intenta involucrar a la corona, una cosa absolutamente descartable, por el papel que juega el jefe del Estado”, enfatizó Montero.

La incomodidad ante el patinazo de Ayuso llegó a la propia Casa del Rey, sobre todo porque fue aprovechada inmediatamente en el Congreso para reabrir la refriega política sobre la función de la Monarquía.

Unidas Podemos, ERC y otras formaciones socias habituales del Ejecutivo socialista, como Más País y Compromís, recogieron las ideas de Ayuso para plantear que si Felipe VI no quisiese suscribir esas medidas de gracia a los condenados independentistas tendría que “abdicar”. Representantes de Unidas Podemos como Jaume Asens, presidente del grupo parlamentario, o Gerardo Pisarello, secretario primero de la Mesa del Congreso, recogieron el debate ya abierto para relacionarlo con la toma en consideración justo ayer en la Cámara de una proposición de ley de esa formación para despenalizar delitos de opinión, como las injurias a la Corona. Asens llegó a afirmar que con esa reforma legal se permitirá que “no se tenga miedo de decir que los borbones son unos ladrones”. Los dirigentes de Podemos agradecieron a Ayuso “hacerle un favor a la causa republicana” con su intervención y concluyeron que “el principal enemigo de la Monarquía es la derecha”.