Espadas critica la gestión de Díaz, que elude entrar en el cuerpo a cuerpo
Los tres candidatos del PSOE andaluz a encabezar las listas para la Junta protagonizan un debate sin ataques y centran sus reproches en el Gobierno de coalición de PP y Ciudadanos
Desde el primer minuto del debate que enfrentó a los tres candidatos de las primarias del PSOE andaluz para encabezar las listas a la presidencia de la Junta quedaron muy claras las posiciones. Susana Díaz apeló a la necesidad de un partido dirigido “desde Andalucía y no desde Madrid”, mientas que Juan Espadas criticó la gestión de la expresidenta en su último mandato y apeló a la necesidad de un cambio.
El alcalde de Sevilla buscó desde el comienzo y a lo largo del debate el cuerpo a cuerpo con Díaz e intentó provocarla con un gráfico en el que mostró la caída de voto del PSOE desde que la también secretaria general llegó a la Junta en 2013. Aseguró que una de las razones por las que el PSOE perdió la Junta en 2018 es porque “no escuchó” ni a los sanitarios ni a los docentes.
Si Espadas buscaba la reacción de Díaz no lo logró. “No es momento de reproches, sino de debatir en positivo”, aseguró la expresidenta, que se contuvo ante todos los pellizcos dialécticos que intentó propinarle Espadas. El profesor de Economía Luis Ángel Hierro se mantuvo equidistante —según los temas— como sus compañeros y fue el único que defendió una subida de impuestos para mantener la calidad de los servicios públicos. Hierro se encargó de destacar que él no era el candidato ni del aparato regional ni federal, sino “de las bases”. “No he comido con nadie en Ferraz”, dijo.
No hubo diferencias en las cuestiones programáticas entre los tres aspirantes. Díaz (con camiseta verde), Espadas (con camisa blanca) y Luis Ángel Hierro (con americana oscura, camisa clara y corbata roja) coincidieron en las propuestas: romper la brecha digital, afrontar la despoblación, blindar la sanidad y la educación públicas, potenciar a los ayuntamientos, un partido más feminista y ecologista, combatir el desempleo juvenil. El problema para el PSOE andaluz en general es que ha tenido casi 37 años para afrontar estos retos y que cuando formula estas propuestas desde el Gobierno de PP y Ciudadanos contestan con una simple pregunta: ¿Y por qué no lo han hecho antes?
Espadas insistió en la necesidad de “escuchar” a los colectivos y se quejó de que la dirección regional del partido no hubiera contado con la opinión de los alcaldes socialistas. Díaz no se dio por aludida en ningún momento y aseguró que ha “reconocido errores” y “hecho autocrítica”.
Los candidatos se ciñeron al reparto de tiempo estipulado en un debate que moderó la periodista de EL PAÍS Eva Saiz. No hubo interrupciones, porque así se pactó previamente. Únicamente Hierro saltó cuando Espadas se atribuyó la iniciativa de que hubiera un bloque con preguntas de los militantes que se eligieron por sorteo. “No mintamos”, dijo.
Fue la parte menos encorsetada del debate a tres, aunque los aspirantes eludieron dan respuestas directas. “¿Apoyarían un proyecto autónomo para el Sáhara?”, fue una de las preguntas formuladas. Los tres se escudaron en que la solución está en la diplomacia y en una mayor implicación de la Unión Europea. Cuando se les pidió que resaltaran sus diferencias, Díaz se aferró a su nuevo perfil de mujer “en escucha activa”, algo que el alcalde de Sevilla indicó que de haber sido así “mejor” le hubiera ido al PSOE.
Díaz y Espadas tenían muy claro sus mensajes desde el inicio. La expresidenta insistió en el perfil autónomo del PSOE andaluz respecto a la dirección federal —”de Madrid”, según sus palabras— e insistió en que los militantes votarán “en libertad”. A lo largo de sus 44 años de historia, la federación andaluza ha sido la columna vertebral del partido socialista; tanto por su número de militantes, sus casi siempre exitosos resultados electorales (Andalucía elige 61 diputados al Congreso) como por el liderazgo que desde el congreso de Suresnes en 1974 ejercieron los sevillanos Felipe González y Alfonso Guerra. Es la única federación que desde su origen descartó añadir apellidos a su denominación, aunque hubo quien en su momento defendió el nombre de PSOA, en lugar de PSOE de Andalucía.
A esa historia apeló Espadas cuando afirmó: “Debemos dejar claro que ningún secretario general permitirá que esta tierra sea sucursal de nadie, pero sí debemos jugar un papel más activo y de menos interés personal en la confrontación con el PSOE federal”. Hierro reprochó a Díaz el haber “abandonado el patio español” y reclamó ejercer el “andalucismo en España”.
Espadas utilizó los datos que proyectan las encuestas para reclamar un cambio de caras y proyecto. La mayoría de los sondeos conocidos hasta ahora sitúa al PP como primera fuerza, al tiempo que la figura del presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, se afianza como el más valorado entre los líderes andaluces. Moreno, pese a gobernar gracias a Vox, pasa por ser un dirigente moderado y con un perfil conciliador.
Las votaciones se celebrarán el próximo domingo. Aunque el profesor de Economía de la Universidad de Sevilla logró reunir los avales requeridos —se exigía un mínimo del 2% del censo (932) y un máximo del 4% (1.863)—, solo Díaz o Espadas tienen posibilidades de salir elegidos. Será proclamado candidato a la presidencia de la Junta el que supere el 50% de los votos el día 13, pero si ninguno logra alcanzar ese tope se celebrará una segunda votación el próximo día 20 entre los aspirantes que hayan reunido mayor número de votos. La secretaria general del PSOE andaluz y el alcalde de Sevilla dicen estar convencidos de su victoria. Dirigentes socialistas de ambas candidaturas creen que el resultado será muy ajustado.
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