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Marruecos cierra el paso a una de las fronteras con Ceuta

La policía marroquí ha acordonado este jueves las inmediaciones del paso fronterizo de Castillejos con España tras dispersar a la fuerza la noche del miércoles a cientos de personas que se encontraban en las inmediaciones

La policía marroquí dispersa a cientos de personas que se encontraban en la plaza próxima al puesto fronterizo con Ceuta, en la ciudad de Fnideq, el pasado miércoles.Vídeo: FADEL SENNA / AFP / REUTERS
Francisco Peregil

La policía marroquí ha acordonado la zona que da acceso al paso fronterizo con Ceuta desde Fnideq, antigua Castillejos, a primera hora de la tarde de este jueves. Los agentes impiden el paso entre las dos glorietas más cercanas a la frontera, separadas por un kilómetro y medio de carretera. En la segunda de ellas, a las cuatro de la tarde, decenas de jóvenes y menores continuaban apostados frente a la playa mientras agentes vestidos de paisano les conminaban a alejarse cada vez más de la glorieta más cercana a la frontera. Finalmente, a las cuatro y media, los antidisturbios han desalojado a todas las personas congregadas sin recurrir a la violencia. El acordonamiento de la zona llega después de que la policía marroquí dispersase en la noche del miércoles a cientos de personas que se encontraban en la plaza próxima al puesto fronterizo con Ceuta, en Fnideq.

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En las redes sociales circulan las imágenes de la policía alejando a la multitud de la zona más próxima a la frontera. Se trata de un mensaje claro hacia los emigrantes que no todos se resignan a aceptar. Este jueves por la mañana, decenas de emigrantes, tanto subsaharianos como marroquíes, seguían caminando por la carretera que conduce a Fnideq entre montañas.

Testigos presenciales indicaron que el miércoles por la tarde, cuando aún había luz, el ambiente era muy tranquilo cerca de la frontera. Pero al caer la noche, los concentrados comenzaron a apedrearse entre ellos y también a las fuerzas policiales. Quemaron una moto y arrancaron señales de tráfico. En ese momento llegaron varias furgonetas antidisturbios y los agentes que se encontraban vigilando los montes próximos a la frontera bajaron hacia la glorieta más próxima al último puesto de control. Entonces comenzó una persecución de la policía a estas personas que se extendió por la ciudad.

Este jueves ha amanecido con viento y niebla. Y la glorieta se encontraba ya despejada, como si el día anterior no se hubieran congregado ahí cientos de hombres y mujeres que soñaban aún con llegar a Ceuta. En la carretera que conduce hacia Fnideq se podían ver hasta 30 personas caminando en diferentes grupos. A 260 kilómetros de la antigua Castillejos, avanzaban tres subsaharianos con mochilas a la espalda, por la autopista desde Rabat a Fnideq. Pero, en caso de que lograsen superar los diversos controles de gendarmería que hay 50 kilómetros antes de llegar a Fnideq, tendrán serias dificultades para llegar a la glorieta próxima a la frontera.

Por la mañana se podían ver una decena de autobuses en la frontera con Ceuta, probablemente a la espera de cargar emigrantes procedentes de la ciudad española. A la una de la tarde, un par de autobuses con menores migrantes partían de Castillejos para sacarlos de la ciudad.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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