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Ciudadanos expulsa del partido al presidente de Melilla por ocultar su imputación en un caso de prevaricación

La formación prescinde de Eduardo de Castro y considera que los principios e ideario del partido son “un marco inquebrantable”

Eduardo de Castro, en su toma posesión en el salón dorado del Ayuntamiento de Melilla como presidente de la Ciudad Autónoma.
Eduardo de Castro, en su toma posesión en el salón dorado del Ayuntamiento de Melilla como presidente de la Ciudad Autónoma.Antonio Ruiz

La Comisión de Régimen Disciplinario de Ciudadanos ha decidido expulsar del partido a Eduardo de Castro, actual presidente de Melilla, que consiguió desbancar al PP del poder tras casi 20 años en el poder en las elecciones de mayo de 2019. La formación abrió un expediente disciplinario a De Castro el pasado 12 de marzo tras conocer que este había ocultado su condición de imputado en un caso de supuesta prevaricación. La Comisión resolvió expulsarle, finalmente, el pasado martes por “incumplir las directrices del partido”. Se trata, según fuentes de la formación, de un “procedimiento penal de extraordinaria gravedad que afecta a su condición de representante institucional y al ejercicio de su cargo”.

La decisión de la formación naranja abre importantes incógnitas sobre el futuro y la estabilidad del Gobierno local. De Castro entró como único diputado de Ciudadanos, dentro del Grupo Mixto, en la Asamblea de Melilla tras unas ajustadísimas elecciones en mayo de 2019. Su negativa a investir como presidente al candidato del Partido Popular, que obtuvo la mayoría en la cámara con diez diputados (con el apoyo de los dos de Vox), le llevó a asumir la presidencia de un Gobierno local compuesto por PSOE (que obtuvo cuatro diputados) y Coalición por Melilla (con ocho). En el actual panorama, la dimisión de De Castro, tal y como pide la oposición, dejaría de nuevo en tablas la formación de Gobierno, con 12 diputados en cada bancada.

Según Antonio Zapata, abogado conocedor del régimen estatutario en Melilla, solo si Ciudadanos exigiese a De Castro su acta como diputado podría plantearse un escenario que precipitaría la caída del Gobierno. “Otra cosa es el uso político que se haga [de su expulsión de Ciudadanos] por parte de la oposición [del PP y Vox]”, comenta en referencia a las voces que piden ya su dimisión.

La formación de Inés Arrimadas, en plena implosión interna tras la fallida moción de censura en Murcia que ha provocado 19 deserciones de peso en las últimas semanas, pierde con De Castro su único presidente autonómico. “Los principios e ideario del partido son un marco inquebrantable”, mantiene la formación en un comunicado. De Castro es el único presidente autonómico que mantenía la formación naranja. Su ascensión a la Presidencia ya provocó cierto reparo en la órbita del partido bajo la dirección, entonces, de Albert Rivera y que tras las municipales de 2019 pidió a sus diputados favorecer coaliciones de Gobierno con PP y Vox allí donde los populares hubiesen obtenido mayoría. De Castro rompió la disciplina de partido y propició la expulsión, tras 20 años de Gobierno ininterrumpido, del líder del PP local, Juan José Imbroda.

La decisión de Ciudadanos llega después de que la fiscal jefe de Melilla, Laura Santa Pau, denunciase a De Castro por un presunto delito de “prevaricación administrativa” por supuestas irregularidades cometidas en la concesión del servicio de grúa de Melilla, según divulgó Europa Press. En la causa también están llamados a declarar como investigados el exconsejero de Hacienda, Julio Liarte, y de Presidencia, Paula Villalobos, número dos de Ciudadanos en las listas de 2019. La fiscal abrió la investigación tras recibir una denuncia ciudadana en la que se exponían las presuntas irregularidades cometidas por estas tres autoridades cuando acabó la concesión del servicio de grúa en la ciudad. Melilla llegó a quedarse un tiempo sin el servicio hasta que, finalmente, el contrato acabó adjudicado a un familiar del presidente de la ciudad. El perjuicio a las arcas públicas sería supuestamente de cinco millones de euros.

Ciudadanos aplica a De Castro el artículo 116.1 de sus estatutos, cuyo apartado “k” reza: “Actuar en el ejercicio del cargo público de forma contraria a los principios y normas aprobadas por el partido, con deslealtad al partido, así como hacia sus órganos de gobierno, cuando perjudiquen gravemente su consideración ante la opinión pública”.

Tras De Castro y Villalobos, dos militantes y candidatos de Ciudadanos en las últimas elecciones abandonaron la formación a comienzos de este año.

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