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Una red insuficiente para atender a los niños que llegan en patera a Canarias

Los servicios de acogida en Canarias alertan del aumento de cayucos con mujeres y bebés a bordo

Pateras Canarias
Desembarco de inmigrantes en el puerto de Arguineguín (Gran Canaria) el día 17.BORJA SUAREZ (Reuters)
Guillermo Vega

“Llevo más de 25 años trabajando aquí y nunca había visto nada parecido”. Así explica Alejandra Torres, la directora gerente del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil, la situación de la inmigración irregular durante la última semana en Canarias, que arrojó un balance trágico: una niña maliense de 24 meses que pereció a causa de un cuadro de deshidratación severa tras pasar cinco días crítica, una adulta todavía en cuidados intensivos con pronóstico reservado y 11 menores y siete adultos hospitalizados con evolución favorable. “No es habitual que lleguen migrantes en tan mal estado de salud, pero, sobre todo, que lleguen embarcaciones con tantos menores y con tantas mujeres”, asegura Torres. “Son números que nos tienen preocupados y consternados”. Otro dato que ilustra la situación: Canarias acogía en octubre a 2.006 niños y jóvenes no acompañados. Esa cifra asciende en la actualidad a 2.658.

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Canary Islands migrant protection system unprepared for surge in underage arrivals

La presión migratoria procedente de África que vive Canarias desde finales de 2019 presenta un cambio de perfil en las últimas semanas. “Estamos observando cómo se está produciendo un número mayor de mujeres y niños entre las personas que están llegando a Canarias”, explica la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en España, María Jesús Vega. “Es verdad que nos ha sorprendido el porcentaje de llegadas de mujeres y menores”, matiza Íñigo Vila, director de la Unidad de Emergencias de la Cruz Roja; “pero hay que esperar para observar si existe un cambio de tendencia”.

La presencia de mujeres ha pasado de un 5% a un 12% en los cayucos en este primer trimestre, según cálculos oficiales citados por fuentes de la asistencia a refugiados. El porcentaje de menores llegados se ha incrementado a su vez en un 4% en el trimestre. “Hay una inestabilidad muy grande en la región: guerra en el caso de Malí o altos niveles de violencia en países como Guinea Conakri. A esto hay que sumarle violaciones de derechos humanos vinculados a cuestiones de género, mutilación genital, matrimonios forzosos o los casos de trata”, resume Vega.

Esta creciente llegada de mujeres y niños supone un nuevo reto a un sistema de acogida pensado, fundamentalmente, para hombres sanos en situación irregular, en el cual faltan protocolos para identificar más necesidades de mujeres y niños, tal y como ha denunciado en repetidas ocasiones el Defensor del Pueblo. Sin estos protocolos se aplica el mismo procedimiento policial que para cualquier otra llegada. Traslado a un Centro de Acogida Temporal de Extranjeros (CATE) o a dependencias policiales, donde están formalmente detenidos las primeras 72 horas para que la Policía pueda tomarles la filiación y realizar los primeros interrogatorios.

Mujeres esperan a ser desembarcadas en el muelle de Arguineguín el pasado 16 de marzo.
Mujeres esperan a ser desembarcadas en el muelle de Arguineguín el pasado 16 de marzo.Borja Suárez (REUTERS)

Así sucedió la semana pasada, según explican fuentes médicas del Servicio Canario de Salud. La madre de la niña maliense que falleció este domingo en un hospital de la isla pasó algunas noches tras su viaje en el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) de Barranco Seco, hasta que se pudo demostrar su filiación y se le permitió acompañar a su hija en sus últimos momentos. Y eso, a pesar de que el protocolo de atención a los niños migrantes establece que la separación del menor de los que alegan ser sus familiares directos solo debe hacerse en caso de “riesgo inminente”. Además, varios de los niños internados en el centro materno-infantil, relatan fuentes hospitalarias, han pasado días ingresados sin compañía alguna. La Delegación del Gobierno en Canarias y fuentes policiales no han facilitado explicaciones respecto a lo sucedido.

“Lo sucedido con las últimas llegadas nos ha permitido comprobar muchas lagunas que tenemos en lo que respecta a la acogida de mujeres y menores”, aseguran fuentes del Servicio Canario de Salud que reclaman no ser identificadas. “En este caso concreto nos centramos en la intervención”, recalca Íñigo Vila, “que era especialmente delicada y en la que había que atender a muchas personas. Por eso se pueden escapar detalles. Desconozco cuál fue el destino de la madre, nuestra prioridad era su salud”. Un miembro de los equipos de emergencia que actuaron esa noche en Arguineguín ha confirmado a Efe que se ha abierto una investigación interna para saber qué pasó.

Interés superior

El Defensor del Pueblo recalcó en un escrito de 2015 “el interés superior del niño”. Por eso, antes de la detención de la familia hay que preponderar el mantenimiento de la unidad familiar “sin recurrir a una medida privativa de libertad”. En el mismo escrito, el organismo recalcó que “tampoco deberían ser detenidas, salvo excepciones adecuadamente justificadas, las mujeres gestantes o mujeres con niños”. Esta, sin embargo, no ha sido la primera ocasión en la que se ha constatado la separación de madres e hijos por un espacio de tiempo demasiado prolongado y sin cumplir la normativa. En octubre pasado, se conoció que al menos 12 menores habían sido separados de sus madres o familiares durante meses tras llegar en patera a las islas Canarias por decisión de la Fiscalía Provincial de Las Palmas.

“En cuanto se localizan a los progenitores de los niños se desplazan al hospital para que puedan acompañarlos”, ha explicado este miércoles Alejandra Torres, directora gerente del insular Materno Infantil. “Este Hospital permite el acompañamiento pediátrico. Pero ha habido casos en los que la madre ha estado hospitalizada en otro centro y hasta que no se le ha dado el alta, no se ha podido unir a su hijo”.

Registro de peticiones

La portavoz de ACNUR recalca a su vez la necesidad de mejorar los sistemas de petición de asilo para colectivos vulnerables como las mujeres y los niños. “Son personas que huyen de situaciones de violencia y que realizan trayectos muy complicados y arriesgados: por ejemplo, de Costa de Marfil a Burkina Faso, a Malí, Mauritania hasta Dajla [antigua Villa Cisneros, en el Sáhara], desde donde suelen viajar a Canarias”, relata María Jesús Vega. “Ha habido mejoras desde el año pasado en lo que respecta al registro de las peticiones, se necesitan más recursos y hay que agilizar el procedimiento”.

A principios de mes, el Defensor del Pueblo llamó la atención sobre las trabas que impone el sistema para que los migrantes que han llegado a Canarias tengan garantizado su derecho al asilo. Como adelantó EL PAÍS, a pesar del desembarco de más de 23.000 personas en las islas el año pasado, casi no hay africanos entre las 4.000 solicitudes de protección internacional que se formalizaron. Son solo un 8,6%, frente al 90% de latinoamericanos llegados en avión. Según el análisis del Defensor, los números no reflejan que no haya migrantes que huyen de la persecución, conflictos u otros tipos de violencia, sino que revelan las barreras que encuentran para pedir protección.

Investigación del traumático trayecto

Las fuerzas de seguridad investigan el viaje de la patera llegada el pasado martes que transportó a la niña de 24 meses fallecida el domingo pasado. En esa embarcación viajaban 52 personas: 29 mujeres, 14 hombres y nueve niños. Todos los niños requirieron hospitalización, además de una mujer que continúa en estado crítico.

“No es normal que en un trayecto tan corto, de dos a cuatro días, los ocupantes hayan llegado en unas condiciones tan malas”, aseguran fuentes del Servicio Canario de Salud. Fuentes policiales han informado de que han abierto una investigación para conocer las causas. Una de las hipótesis que se barajan pasa por que algunos adultos acaparasen la comida y la bebida a bordo. “Los pasajeros vienen amenazados, por lo que resulta difícil que expliquen las circunstancias del viaje”, explican fuentes policiales. “Esto dificulta mucho la investigación”.

 

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Sobre la firma

Guillermo Vega
Corresponsal en Canarias y miembro del equipo de edición del diario. Trabajó en la Cadena Ser, Cinco Días y fue jefe de EL PAÍS Retina y de la sección de Tecnología. Licenciado en Ciencias de la Información, diplomado en Traducción e Interpretación y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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