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Bastión Frontal, la extrema derecha nacida con la pandemia

Así es la “organización juvenil” denunciada por Fiscalía por un presunto delito de odio contra menores inmigrantes

Patricia Ortega Dolz
Rodrigo, izquierda, junto a otro miembro del grupo Bastión Frontal, de espaldas, en la plaza de Colón de Madrid.
Rodrigo, izquierda, junto a otro miembro del grupo Bastión Frontal, de espaldas, en la plaza de Colón de Madrid.Julián Rojas

Se definen a sí mismos como “una organización juvenil” que surge ante la ausencia de “movimientos de vanguardia” dentro de la llamada extrema derecha. Bastión Frontal, como se bautizaron, nace en un barrio obrero, el de San Blas en Madrid, durante el confinamiento por el coronavirus. Aseguran contar con un centenar de miembros activos “de entre 15 y 25 años, gente de barrio, humilde, jóvenes de clase trabajadora”, describe Rodrigo, estudiante de bachillerato de 19 años que ejerce de portavoz.

La policía les sigue la pista desde que en mayo crearon su cuenta de Twitter y en junio colgaron su primer vídeo, en el que dicen recordar a un joven sueco presuntamente fallecido “al tratar de evitar la violación de una niña de 14 años por parte de un refugiado”. Desde entonces han librado su cruzada contra los menas (acrónimo con el que se refieren a los “menores extranjeros no acompañados”), que es lo que más les ha dado a conocer. Y son precisamente las manifestaciones que han promovido en contra de esos menores inmigrantes y de los centros que les acogen las que han llevado ahora a la Fiscalía a denunciarles por un presunto delito de odio.

Aunque aseguran que tienen sede física “en el barrio”, son las redes sociales su principal frente de acción. En Twitter cuentan con 4.000 seguidores. “Somos gente joven con un presupuesto muy limitado”, dicen. No obstante, han protagonizado actos de rechazo a los menores inmigrantes frente a centros de acogida y enfrentamientos con la policía.

Ellos explican su surgimiento como una consecuencia de la desestructuración del colectivo (y después partido político de extrema derecha) Hogar Social y el auge de Vox. “A nosotros Vox no nos representa, aunque podamos compartir algunos de los puntos de su programa; ellos son constitucionalistas y el constitucionalismo promueve la “partidocracia” y no defiende los intereses del pueblo sino los de los partidos”, resume Rodrigo.

Bastión Frontal, aunque aún no ha publicado su manifiesto constitucional (“tenemos un borrador, pronto lo colgaremos”), se define como una organización “nacionalista” en el sentido “del nacionalismo romántico alemán del siglo XIX”, previo al nazismo. Defienden la nacionalidad “ius sanguinis” (la que aportan los padres, independientemente del lugar de nacimiento de los hijos). Consideran que se debe abolir la Constitución de 1978 porque es un lastre: “La España de las autonomías ha promovido los separatismos y, la gestión de esta pandemia ha demostrado que es un desastre”, aseguran. Dicen no ser negacionistas, pero entienden que el Gobierno está instrumentalizando políticamente la pandemia y eso les ha llevado a participar en manifestaciones como la del pasado mes de enero en la plaza de Colón de Madrid.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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