PSOE y Podemos se aseguran el control de la comisión Kitchen entre críticas por la ausencia de Villarejo
La mayoría, con capacidad de veto, aprueba que las comparecencias en el Congreso empiecen por responsables policiales y no políticos
La mayoría progresista del PSOE y Unidas Podemos, que gobierna en coalición, tendrá el control total de la comisión de investigación del Congreso sobre la Operación Kitchen ―una causa en la que se indaga sobre el espionaje policial al extesorero del PP Luis Bárcenas durante los ejecutivos de Mariano Rajoy― y, de entrada, no quiere convocar a esas sesiones al polémico comisario jubilado José Manuel Villarejo. La primera reunión de esa esperada comisión, que se aprobó en octubre, se ha celebrado este viernes a puerta cerrada. En ella, PSOE y Unidas Podemos han aprobado su propuesta de plan de trabajo sin problemas aunque tras escuchar fuertes críticas de la mayoría de los partidos por su intención de no citar a Villarejo. Los partidos socios de Gobierno prefieren empezar por llamar a agentes y mandos policiales.
La comisión de investigación de Kitchen en realidad se denomina oficialmente “comisión sobre la utilización ilegal de efectivos, medios y recursos del Ministerio del Interior con la finalidad de favorecer los intereses políticos del PP y de anular pruebas inculpatorias para ese partido en casos de corrupción durante los mandatos de Gobierno”. Esa decisión, impulsada en octubre pasado por PSOE y Podemos, es bastante reveladora de sus intenciones en la comisión y es lo que ya despertó las alarmas del PP, como este viernes ha denunciado a la salida de la cita el portavoz popular, Luis Santamaría.
PSOE y Unidas Podemos tienen mayoría en la mesa y en la comisión y han visto aprobado su plan de trabajo que en principio prevé tres meses de reuniones y que debe concretar las primeras peticiones de comparecencias antes del miércoles de la semana que viene. La siguiente sesión está prevista para el próximo jueves.
Los portavoces del PSOE y Unidas Podemos en la comisión, Felipe Sicilia y Enrique Santiago, han rechazado la acusación del PP de aplicar “un rodillo” con sus intenciones “y las cartas marcadas con ases en la manga” y de perseguir “una causa general inquisitorial” contra esa formación, pero sí han coincidido en destacar que el objetivo de sus trabajos será ahora esclarecer “la utilización partidaria” y la “destrucción de pruebas” por parte de la llamada “policía patriótica del PP”. Sicilia ha denostado la posición del PP como una “excusa” en su pretensión de alargar y evitar los trabajos de una comisión en el Parlamento que cree imprescindible para al margen de los procesos judiciales aclarar cuáles fueron “las responsabilidades políticas fraudulentas” por parte de esos ejecutivos del PP “en el uso partidista de las instituciones y del Ministerio del Interior”. El PSOE no cree oportuno ni útil llamar ahora a Villarejo, ni posiblemente más tarde, porque entiende que solo miente e intoxica, un punto en el tiene discrepancias con Unidas Podemos, que solo ha renunciado a reclamar su presencia en esta primera fase del funcionamiento de esa comisión.
Luis Santamaría, el portavoz popular, ha denunciado que PSOE y Podemos habían aplicado el rodillo y hecho trampas desde la denominación de la comisión, en la designación de la presidenta socialista, Isaura Leal, en la negativa a aceptar otras programaciones de trabajo o en la filtración interesada en estos meses de qué personas pretenden llamar y cuáles no. El PP también ha protestado porque PSOE y Unidas Podemos se puedan beneficiar en la comisión de información privilegiada por estar personados en la causa judicial que se sigue sobre este caso en el juzgado número 6 de la Audiencia Nacional, que dirige Manuel García Castellón. Los populares pidieron enviar escritos al juez y demandar otro de los letrados del Congreso para que se pronunciaran sobre esa particularidad, pero la mayoría lo rechazó.
En lo que sí han coincidido el PP y otras formaciones, como ERC, Ciudadanos o incluso Vox ha sido en criticar que la mayoría formada por el PSOE y Unidas Podemos no quieran que acuda a la comisión, al menos de entrada, Villarejo, en prisión desde noviembre de 2017 e investigado por múltiples delitos. El PSOE justifica esa posición en que por ahora se quieren centrar en pedir explicaciones e información a agentes y mandos policiales que “den luz útil” a lo que sucedía en el Ministerio del Interior durante los gobiernos del PP de Rajoy.
Testimonio vital
El PP denuncia que al PSOE “le tiemblan las piernas” con ese tipo de comparecencias y se declaran ajenos a cualquier preocupación porque Villarejo comparezca o lo hagan incluso el expresidente Rajoy o el actual líder popular, Pablo Casado, como han reclamado algunas formaciones. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, recurrió a su estilo parlamentario caústico para subrayar que espera que Villarejo sí sea llamado porque le considera “el Vito Corleone de la película”. En esa sintonía crítica se expresó el portavoz de Más País, Íñigo Errejón, al comentar que si no acude Villarejo “es como hacer una comisión sobre la mafia sin Al Capone”. El portavoz de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, incidió en que “sería sorprendente” que Villlarejo no expusiera sus posiciones y Macarena Olona, de Vox, concluyó que con ese comportamiento por parte de Podemos “salva al PSOE y al PP” de que se presente un “testimonio vital”.
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