Núñez Feijóo: “La vacuna es el principio del fin. Pero no cometamos el error de pensar que ya acabó todo”

Desde el mismo escenario que este año se hizo presente en las casas por ser el lugar en el que compareció repetidas veces para dar cuenta de las decisiones contra la pandemia, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha pronunciado su discurso de fin del año 2020, vertebrado precisamente por el virus que lo ha cambiado todo. A lo largo de unos nueve minutos, Feijóo ha recordado a las víctimas del virus. También a esos seres queridos que murieron por otras causas en un año en el que aumentaron los fallecimientos debido, en muchas ocasiones, a la detección y el tratamiento tardío cuando la sanidad se hallaba desbordada. El presidente del Gobierno gallego ha hecho mención al sufrimiento de las familias que no pudieron despedir, como merecían, a las personas amadas. Y ha valorado la capacidad para adaptarse ante una situación inédita y fatídica en la que la incertidumbre por el futuro planea sobre la mayoría. Pero aunque ha asegurado que “la mayoría de nuestra gente mostró lo mejor de sí”, ha acabado alertando ante un posible exceso de optimismo en el día en que se celebra el entierro del año 2020: “Les pido, porque no puedo dejar aún de hacerlo, que sigan siendo responsables”.

“La vacuna que los gallegos ya están recibiendo, y que se va a extender poco a poco, es el principio del fin”, ha afirmado Núñez Feijóo en su discurso grabado. “Pero no cometamos el error de pensar que en este momento ya todo acabó, porque no es así”. “Es necesario que sigamos siendo escrupulosos en las medidas de prevención. Sigámoslo haciendo por cada uno de nosotros, por los que queremos y por todos”, ha abundado el mismo mandatario gallego que hace una semana pedía públicamente disculpas tras difundir la prensa fotos en las que aparecía con Pablo Casado, líder del PP, abrazándose y paseando juntos sin mascarilla. En aquel acto resultó que había una conselleira de la Xunta infectada por coronavirus y el Sergas telefoneó al centenar de asistentes para hacerles la PCR.

“Este fue un año para olvidar. Pero también para recordar”, ha dicho Feijóo. “Fue el año en el que estuvimos confinados”, el de las “medidas de prevención a las que no estábamos acostumbrados”. “Muchas familias sufrieron dificultades de todo tipo que nadie aguardaba”, pero estos meses “tienen también otra cara que nos permite sentir un legítimo orgullo”, ha reivindicado antes de citar a los “profesionales sanitarios”, los docentes, los empleados de servicios y los “trabajadores de las residencias” en las que se cebó el virus. En estas, llegaron a morir, sin opción a ser hospitalizados, cientos de ancianos en Galicia y toda España.

“Galicia afrontó esta prueba inédita con resolución y sin miedo”, ha valorado, “la distancia social se combinó con una proximidad cívica”. “Formamos un pueblo en el que todos dependemos de todos. Un pueblo en el que juntos somos más fuertes”, ha apostillado con reminiscencias de la célebre canción de Juan Pardo. “Galicia dio la talla como comunidad y también como un conjunto de instituciones capaces de trabajar armónicamente”, ha defendido además el presidente de la Xunta y del PP gallego. “Se volvió a evidenciar esa Galicia entendida como hogar común, como familia”.

Y a renglón seguido, Feijóo se ha referido a las dificultades económicas que se extienden por la sociedad más rápido que el virus. Ha citado a “autónomos, profesionales de la hostelería, empresas que viven esta Navidad con incertidumbre de cómo afrontar todo esto”. “Lo sé y lo siento de todo corazón”, ha admitido para, a continuación, justificar las restricciones aprobadas de forma sucesiva: “Sé que comprenden que cada medida adoptada en Galicia tuvo como objetivo protegerlos a todos, a todos ustedes, y poder continuar como una de las comunidades con mejor comportamiento en esta pandemia”.