El hijo de una víctima de ETA exige a los militares que escribieron al Rey que no usen a su padre
“Estoy seguro de que él [el teniente coronel Juan Romero] jamás habría firmado nada de eso”, afirma el hijo del asesinado
Pablo Romero, hijo del teniente coronel Juan Romero Álvarez, asesinado por ETA el 21 de junio de 1993, ha exigido públicamente a los militares retirados de la XIX promoción de la Academia General del Aire (AGA) que se respete la memoria de su padre y “no se use su dramático asesinato para finalidades claramente antidemocráticas”.
En la misiva que dirigieron al Rey y al presidente del Parlamento Europeo, los 39 exmandos de la Fuerza Aérea citan expresamente el asesinato de su compañero de promoción para criticar al Gobierno. “Quiero expresar mi dolor y enfado porque se utilice la memoria de mi padre para realizar semejantes pronunciamientos”, afirma Pablo Romero. “Eso no es un homenaje, sino la utilización política de su asesinato. Eso no lo consentiré jamás. Su legado es otro”, enfatiza.
El hijo del teniente coronel subraya que todos los firmantes de la misiva están retirados: “No parece que exista valentía alguna en sus acciones: dan la cara porque nada tienen que perder. Patriotismo de sofá, café y puro, si me permiten”. Y añade que “varios de ellos colgaron el uniforme hace décadas para ser pilotos de Iberia” y “15 firman con sus cargos militares cuando hace años que los abandonaron por sueldos y condiciones infinitamente mejores” que los que tenían en el Ejército del Aire. “Allá cada cual con sus lealtades. ¿Todo por la pasta?”, se pregunta.
Tras felicitarse de que en aquella misma promoción hubiera “muchos hombres que no apoyan lo que dice el grupo de exaltados”, agradece al teniente coronel José Ignacio Domínguez, vicepresidente del Foro Milicia y Democracia (FMD), por haberse desmarcado públicamente de las cartas y del “chat infame” de algunos excompañeros. “Estoy seguro de que él no hubiese firmado nada de eso”, afirma aludiendo a su padre. Y concluye la misiva: “Va por ti, papá”.
El teniente coronel Romero murió en el atentado perpetrado por ETA en la Glorieta López de Hoyos de Madrid contra un minibús del Ejército del Aire. Seis militares y el conductor civil perdieron la vida. Pablo Romero, periodista, investigó la muerte de su padre para evitar que prescribiera el crimen.
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