La agencia europea de fronteras refuerza su presencia en Canarias por la “presión migratoria sin precedentes”

La Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex) ha multiplicado rápidamente sus efectivos en las islas Canarias y han pasado de siete agentes a 28 en solo tres semanas, según ha confirmado un portavoz. El motivo es la “presión migratoria sin precedentes” de los dos últimos meses. Los agentes, españoles y de otros siete países, tienen como misión apoyar a la Policía Nacional en sus labores de identificación de los recién llegados y realizar entrevistas e investigar las redes que facilitan la inmigración irregular hacia las islas. El operativo, formado por policías de Noruega, Portugal y Dinamarca, es temporal y se concentra en Gran Canaria y Tenerife, las dos islas con mayor número de llegadas.

En lo que va de año, han llegado en pateras y cayucos a las islas cerca de 20.000 personas, alrededor de la mitad marroquíes. El único precedente con tal presión migratoria se encuentra en 2006, cuando llegaron 31.000 personas, pero la intensidad de llegadas de estos meses ha batido récords históricos. Octubre se cerró con unas 5.300 entradas y noviembre con más 6.700 rescates.

Esta misión de Frontex estaba sobre la mesa desde principios de año a petición de la Policía Nacional, pero solo se concretizó la primera semana de noviembre cuando la agencia envió a siete de sus agentes. Los policías tienen pleno acceso a los puertos de llegada y más allá de tomar huellas o ayudar en la identificación, el objetivo principal es contar con información propia sobre el perfil de los migrantes y cómo, cuándo y por cuánto organizan las redes las partidas en origen.

Sobre la mesa está también una operación más ambiciosa, pero más complicada. España ha entablado conversaciones con la agencia para desplegar una operativo conjunto que actúe en origen, en concreto en Senegal. Se trataría de reproducir el guion seguido en 2006 cuando Frontex se involucró activamente con barcos y aviones de países miembros en el control de los flujos en origen en Mauritania, Senegal y Cabo Verde de la mano de la Guardia Civil. Las negociaciones esta vez, según confirman dos fuentes distintas, no están siendo tan fluidas.