Ciudadanos apoya al Gobierno mientras el PP guarda silencio
El Govern catalán critica el decreto, lo que abre dudas sobre el apoyo de los partidos independentistas
El Gobierno quiere que el estado de alarma se apruebe esta vez sin la oposición de ningún partido, ayudado porque la petición parte de 10 comunidades autónomas de todos los colores políticos y porque el PP acaba de emprender un giro al centro tras la ruptura de Pablo Casado con Vox. No obstante, el sector del Govern catalán de Junts per Catalunya criticó ayer el decreto, lo que abre dudas sobre el apoyo de los partidos independentistas. Ciudadanos adelantó su voto a favor, mientras que el PP optó por esperar y guardar silencio.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversó ayer con Pablo Casado para pedirle su apoyo al nuevo estado de alarma que el Gobierno quiere que se extienda hasta el próximo mes de mayo. El presidente busca atraer esta vez al consenso al PP para evitar la bronca política que caracterizó el final del estado de alarma durante la primera ola de la pandemia.
Sánchez no desveló qué le respondió el líder de PP en esa conversación privada, pero insistió después en su comparecencia pública en pedir respaldo a “todos los partidos”. Era sobre todo una presión dirigida al PP, al que apeló también poniendo énfasis en que se trata de una “cuestión de Estado”. La dirección del PP prefirió guardar silencio hasta hoy, pero algunos de los presidentes autonómicos populares sí respaldaron la medida. También desde la oposición, la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, se apresuró a darle su apoyo.
El estado de alarma es la primera prueba de fuego del giro de Casado tras romper con Vox. El PP tendrá que elegir entre escenificar que la censura a Santiago Abascal no es un apoyo al Gobierno o reforzar su imagen de partido de Estado. El líder del PP decidió retrasar a hoy su valoración, pero las declaraciones ayer de distintos dirigentes populares evidenciaron que existe debate interno. Barones autonómicos como el presidente de Murcia, Fernando López Miras, y el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, expresaron su acuerdo con el decreto. Por otro lado, el portavoz de la ejecutiva nacional, José Luis Martínez- Almeida, salió inmediatamente después de la comparecencia de Sánchez a criticar al Gobierno.
“Los ciudadanos no merecen este desconcierto. Entre esta rueda de prensa y este estado de alarma inminente, han pasado sólo 10 días”, escribió el alcalde de Madrid en su cuenta de Twitter, adjuntando un vídeo con unas declaraciones de Fernando Simón en las que este decía que su sensación era que España estaba “en una fase de estabilización previa a un posible descenso” de la curva de contagios.
El PP votó en contra de las últimas prórrogas del anterior estado de alarma y Casado reclama desde entonces la modificación de la Ley Orgánica de 1986 de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública para dotar de seguridad jurídica a las medidas de cada Administración sin tener que recurrir al estado de alarma. Los presidentes autonómicos también han defendido esa vía, pero no ven el estado de alarma de la misma manera que Génova. “Espero que entren en razón”, afirma un barón del PP sobre la dirección de su partido. “Casado ha dado un giro, pero ahora tiene que demostrar que es sincero y cerrar el círculo de la moderación diciendo: 'He defendido el no al estado de alarma, pero ante la gravedad de la situación, el PP se abstendrá”, añade. La relación entre las comunidades gobernadas por los populares y el Ejecutivo ha sido distinta de la mantenida entre este y la dirección del PP: solo en Madrid ha habido un enfrentamiento abierto con La Moncloa. Dirigentes regionales del PP creen que Isabel Díaz Ayuso y su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, tienen “demasiada influencia” en Génova.
La portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, compareció ayer casi exclusivamente para reclamar al PP de esta nueva etapa de Casado que se sume a respaldar la convalidación del decreto y que no haga boicot en las autonomías que gobierna a un instrumento que se ha mostrado eficaz. Y recurrió para meter presión al líder de la oposición a su nuevo talante centrado mostrado el jueves pasado en la moción de censura de Vox: “Muchos quisimos ver en las palabras de Casado contra Vox una puerta a la negociación, esperamos que empiecen a convertirse en hechos y no en mera propaganda”.
Críticas de Ayuso
La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, se descolgó con nuevas críticas a la medida, a la que siempre se ha opuesto. “El estado de alarma es un fracaso”, dijo ayer en una entrevista en Telemadrid. “Hemos llegado a una situación que se podía haber evitado. No es bueno para la imagen de España. Ahuyenta el turismo y la iniciativa. Madrid va a poder caminar con mayor seguridad jurídica”, abundó. También Vox anunció que votará en contra.
El problema puede no ser solo el PP, a juzgar por las críticas que el Govern de la Generalitat hizo ayer al decreto. El consejero de Interior, Miquel Sàmper, lo calificó de “insuficiente” y aseguró que no es “un ejemplo de cogobernanza” porque limita mucho la actuación de las comunidades autónomas. En realidad, es lo contrario, pues deja las decisiones importantes en manos de los gobiernos autonómicos, incluido el cierre de la movilidad con comunidades vecinas.
No obstante, falta aún por conocer la valoración de ERC, con cuyos votos (13) bastaría para sacar adelante el estado de alarma junto a los diez de Ciudadanos. El Gobierno también necesita al PNV. Fuentes de este partido, con 6 escaños, rechazaron adelantar el sentido de su voto. El decreto “responde, en principio, a la petición del lehendakari pero tenemos que ver, a lo largo de los próximos días, cómo se sustancia el estado de alarma, sobre todo jurídicamente”, dijeron.
El Gobierno sí puede contar con el apoyo de Ciudadanos. Su presidenta, Inés Arrimadas, lo confirmó ayer en un vídeo que publicó en sus redes sociales. “Lo apoyamos porque es necesario para tomar medidas restrictivas. Nuestro objetivo es evitar un confinamiento total como en marzo”, argumentó. Sin embargo, pidió a Sánchez que el Gobierno “asuma su responsabilidad, tenga el mando y no delegue en que cada comunidad pueda hacer lo que quiera”, y que apruebe un “plan de rescate para los sectores más afectados”. Cs no se ha pronunciado aún sobre la posibilidad de que la prórroga dure seis meses. Fuentes de su dirección dijeron ayer que necesitaban “analizarlo”.
Varios presidentes socialistas reclamaron consenso al resto de partidos. El valenciano, Ximo Puig, hizo una llamada “al conjunto de los Gobiernos y de los grupos en el Congreso para que den apoyo a esta medida estatal”. “No centrifuguemos la responsabilidad: ni Gobiernos ni oposiciones. Unidad”, pidió.
Con información de Javier Casqueiro, José Marcos, Virginia Vadillo, Ferran Bono, Pere Ríos y Lolo Viejo.
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