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Dos empleados roban 700 dispensadores de agua de su empresa valorados en 140.000 euros

La Policía Nacional les ha detenido, junto a otras dos personas, después de que hayan sustraído poco a poco las máquinas a lo largo de los últimos cuatro años

Algunas de las máquinas sustraídas, almacenadas en una nave industrial.
Algunas de las máquinas sustraídas, almacenadas en una nave industrial.Policía Nacional

Cuando el propietario de una empresa de distribución de dispensadores de agua acudía a su almacén en Torremolinos (68.661 habitantes, Málaga), tenía la sensación de que le faltaba algo. Quizá no fuera nada, pero su memoria le decía que en las instalaciones había menos máquinas que el viernes anterior. El suceso era extraño porque los fines de semana la firma no servía sus aparatos, destinados a oficinas y hostelería. Hasta que empezó a comprobar los inventarios y entendió que faltaban más dispensadores de los que pensaba. A finales de agosto denunció la desaparición de 700 unidades. Habían sido robadas, poco a poco, casi una a una, por dos empleados de la compañía. El volumen de mercancía era tal que esas mermas pasaban desapercibidas. Pero tras cuatro años de actividad ilícita, han sido detenidos junto a otras dos personas. Gota a gota se habían hecho con un botín valorado en 140.000 euros. Gracias a la investigación policial se han conseguido recuperar cerca de 400 dispensadores.

La investigación comenzó a finales del pasado mes de agosto. Fue entonces cuando, después de mucho tiempo con sospechas, el propietario de la compañía puso una denuncia ante la Guardia Civil en la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache. Aseguraba que había detectado una merma, lenta pero constante, en el inventario. Su principal sospecha es que las habían robado para venderlas en internet. Él mismo había comprobado cómo unas muy similares a las suyas se podían encontrar en diversas páginas de compraventa a un precio muy por debajo del de mercado, apenas el 5% de su valor real. Un extremo que los propios agentes confirmaron rápidamente.

Siguiendo la pista de esos anuncios, los investigadores llegaron hasta un almacén ubicado en el polígono del Guadalhorce, a las afueras de la ciudad de Málaga. El caso pasó entonces a la comisaría del distrito oeste de la Policía Nacional en la capital malagueña. Los agentes visitaron el edificio y localizaron allí medio centenar de las máquinas dispensadoras, cuyos números de serie se correspondían con las desaparecidas y que tenían como destino su venta en España y Marruecos. Tirando del hilo, los policías llegaron hasta Los Chalanes, una zona de viviendas diseminadas al norte del municipio. Encontraron otra nave con otras 50 unidades. Las nuevas pistas les llevaron finalmente hasta la barriada Maqueda, donde consiguieron recuperar 300 dispensadores más.

Todas las intervenciones —realizadas en apenas dos semanas— tenían algo en común: el origen de la compraventa de las máquinas, que se situaba en los almacenes centrales de la empresa que las distribuye en Torremolinos. Allí, según han explicado fuentes policiales, el responsable del almacén y el repartidor realizaban ventas periódicas de entre 40 y 50 de estos aparatos, valorados en 200 euros cada uno, pero que terminaban a la venta en internet a un precio que rondaba los 10 euros. A ambos se les imputa el delito de hurto, mientras que a las otras dos personas arrestadas el de receptación.

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