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La sombra más fiel de Rajoy durante 30 años

Fernández Díaz ha tenido una lealtad extrema al anterior líder del PP desde que gracias a él aterrizó en Madrid en 1991. “El presidente lo sabe”, dijo en la grabación sobre uno de los montajes de la ‘policía patriótica’, que luego negó

Mariano Rajoy (en primer término), con la cartera de presidente, en la sesión plenaria de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, y Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, en 2015.
Mariano Rajoy (en primer término), con la cartera de presidente, en la sesión plenaria de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, y Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, en 2015.Claudio Álvarez
Íñigo Domínguez

El exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha sido uña y carne con Mariano Rajoy desde hace 30 años. Explicó su relación con el expresidente en la conversación de octubre de 2014 que se grabó él mismo en su despacho —aunque lo negó durante tres años— y fue filtrada al diario Público en 2016: “Él estaba en el partido en Pontevedra, yo en Barcelona. Estuvimos en las elecciones con Hernández Mancha y ganamos, cuatro desgraciados, en las elecciones a Miguel Herrero de Miñón y a todos, en fin, y a Rato y estábamos todos juntos en esa aventura política, ¿no? Pero, vamos, ya de empezar junto con él siendo el secretario general del partido, secretario de política autonómica y tal y luego en cada ministerio que él ha ido, él es presidente del Gobierno, yo ministro del Interior, en febrero hará 24 años… y te puedo asegurar que es un hombre, la discreción personificada”.

En esa charla con Daniel de Alfonso, el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña, Fernández Díaz planeó con él cómo montar una operación contra líderes independentistas catalanes, con ayuda de la Fiscalía y de algunos medios de comunicación. Fue una de las acciones de la llamada policía patriótica, cuyo espionaje a Luis Bárcenas ha acabado por costarle la imputación. Hubo una primera conversación, y la historia de su relación con Rajoy aparece en la segunda, dos semanas después. Fernández Díaz le dijo: “El presidente del Gobierno lo sabe”. Y siguió: “Yo se lo dije a él, es un hombre discreto donde los haya. Por supuesto, su mano derecha no sabe lo que hace su mano izquierda. Yo le conozco muy bien, de muchos años. Llevo trabajando y colaborando con él desde febrero del 91 ininterrumpidamente, en la oposición, en el Gobierno, en la oposición”. Cuando luego tuvo que dar explicaciones en el Congreso, Fernández Díaz se desdijo: aseguró que hizo esos comentarios para que su interlocutor confiara en él, pero que nunca informó al presidente.

Este relato sincero de la relación con Rajoy, cuando Fernández Díaz olvidó que le grababan, según ha explicado en sus memorias, no aparece en su autobiografía, Cada día tiene su afán, publicada en 2019. Pese a su amistad y lealtad profunda a Rajoy, el exministro no da muchos detalles en el libro de cómo se conocieron y cuáles son sus vínculos. Ya habían aparecido muchos nubarrones de la policía patriótica en el horizonte y estaba de retirada. En realidad basta repasar su carrera política para comprobar su estrecha relación. En 1990 Fernández Díaz, un peso pesado de UCD y luego del PP en Cataluña, estaba fuera de juego con la llegada de la nueva guardia de José María Aznar. Él, que había llegado incluso a aspirar a la secretaría general del partido, quedó relegado. Pero en enero de 1991 fue Rajoy quien le rescató y se lo llevó a Madrid. Fue así como entró en el nuevo aparato del partido, en la secretaría de política autonómica, y se instaló en la cuarta planta de la sede en la calle Génova, en un despacho adjunto al de Rajoy. Desde entonces le siguió allá donde fue como uno de sus principales hombres de confianza. Tras la victoria del PP en las elecciones en 1996 fue su secretario de Estado en el Ministerio de Administraciones Territoriales hasta 1999. Ser su ‘número dos’, hacer de su sombra, fue su labor en dos ministerios más: en el de Educación y Universidades, y luego en el de Relaciones con las Cortes, de 2000 a 2004. Ocho años codo con codo.

Cuando en 2011 Rajoy llegó a presidente del Gobierno, Fernández Díaz seguía allí, como uno de sus hombres de máxima confianza. Le encargó uno de los ministerios de más peso, el de Interior. “En su vida solo había un objetivo, que todo le fuera bien a Mariano Rajoy, protegerlo, tenerlo contento”, recuerda un ministro de aquel primer Gabinete. Un alto dirigente del PP de la época opina que cuando la amenaza de Gürtel y las revelaciones de Luis Bárcenas se acercaban a Rajoy, “Jorge Fernández Díaz, que le debía todo lo que era en política, sintió que su principal cometido al frente de Interior era arreglarle los problemas a su amigo el presidente”. “Yo no creo que él fuera el autor intelectual de la Operación Kitchen, pero sí que alguno de aquellos policías se la propusiera y él aceptara”, afirma.

La fidelidad de Fernández Díaz por Rajoy es directamente proporcional al tremendo disgusto que se llevó cuando le relevó de la cartera de Interior en 2016, meses después de que salieran a la luz las grabaciones de su despacho. “Estaba francamente hundido”, ha contado José Manuel García-Margallo, exministro de Asuntos Exteriores, que salió con él de La Moncloa aquel día, también cesado. “Rajoy era alguien de su confianza desde hacía muchos años, nunca creyó que le podría cesar”. Ese fue el fin de una larga historia de devoción a Rajoy. Empezaba una segunda etapa de su vida, mucho más incierta.

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Sobre la firma

Íñigo Domínguez
Es periodista en EL PAÍS desde 2015. Antes fue corresponsal en Roma para El Correo y Vocento durante casi 15 años. Es autor de Crónicas de la Mafia; su segunda parte, Paletos Salvajes; y otros dos libros de viajes y reportajes.

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