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Vélez-Málaga registra la temperatura más alta de España en 2020: “El calor era criminal”

El viento de terral hizo que la provincia malagueña se anotara un pleno con las 10 máximas de todo el país y ocho municipios por encima de 42 grados, llegando a 45,7 en la localidad veleña

Nacho Sánchez
Bañistas en la playa de El Palo, en Málaga, donde la temperatura alcanzó los 43,7 grados este domingo.
Bañistas en la playa de El Palo, en Málaga, donde la temperatura alcanzó los 43,7 grados este domingo.Nacho Sanchez

El interior de un invernadero puede tener hasta 20 grados más que la temperatura exterior. Por eso, en los cultivos bajo plástico de Málaga las jornadas veraniegas suelen arrancar a las seis o siete de la mañana y acabar sobre el mediodía. “Más allá, no se puede”, dice Javier Santana, gerente de Viveros Santana, una empresa especializada en plantas de boniatos. El empresario se alegra de que su temporada bajo los plásticos haya acabado y que, además, ayer fuese domingo y prácticamente nadie tuviera que trabajar en ningún invernadero cercano. “Nos hubiéramos tenido que ir, era imposible aguantar en esas condiciones”, asegura. Sus instalaciones están en Vélez-Málaga (Málaga, 81.643 habitantes), municipio que el domingo a las 15.10 registró 45,7 grados, la temperatura más alta de España en lo que va de 2020, según los datos de la Agencia Española de Meteorología (Aemet). La provincia de Málaga hizo este domingo un pleno histórico anotándose las 10 temperaturas máximas de todo el país: ocho localidades ―la capital tiene tres estaciones meteorológicas― registraron más de 42 grados.

“Era un calor anormal: no recuerdo haber vivido algo parecido”, dice Beatriz Marín, de 40 años. Con una humedad del 60%, refugiarse en la sombra no servía para mucho y bajo el sol se sentía “fuego en la piel”, afirma. “La sensación era agobiante, costaba respirar y mucho más con la mascarilla”, dice esta vecina de Vélez-Málaga, que prefirió evitar las playas por cuestiones de aforo ―casi una treintena de toda la provincia superaron su máxima capacidad el primer domingo de agosto― y optó por la piscina, de la que apenas salió.

Quienes no tenían esa opción abarrotaron los arenales de las pedanías de Almayate, Benajarafe o Torre del Mar. En esta última localidad se encuentra el chiringuito El Boquerón, donde trabaja Ana López. “En la arena había muchísima gente, más que otros días. El calor era criminal”, afirma y dice que bebió muchísima agua y que, aunque fue un buen domingo porque el restaurante se llenó, fue un día complicado. “Imagina el espetero, asando sardinas junto a la lumbre y a más de 45 grados”, sentencia.

Vélez-Málaga estaba en aviso naranja durante toda la jornada, pero Aemet había alertado ya el día anterior de que las comarcas de Málaga capital, Costa del Sol y Guadalhorce tendrían activado el aviso rojo desde las 12.00 hasta las 21.00 del domingo, una situación casi sin precedentes en la provincia, donde el Mediterráneo suaviza el calor en todo el litoral. Los propios responsables de la agencia de meteorología se han sorprendido de los valores alcanzados. “No esperábamos tanta temperatura”, dice José María Sánchez-Laulhé, director del Centro Meteorológico de Málaga. El culpable de la situación excepcional fue el terral, un viento muy conocido en tierras malagueñas. Cada vez que se anuncia su llegada, la población se pone en guardia y, de hecho, las playas de la capital tenían este domingo una gran afluencia antes de las diez de la mañana.

El temido viento de terral

Este viento llega todos los veranos varias veces, pero de manera tan extrema, no” añade Sánchez-Laulhé. El terral procede del norte, de la meseta. En su descenso hacia el sur va superando montañas, las últimas en zonas muy calientes como el valle del Guadalquivir ―donde el sábado se registraron hasta 44 grados― y el valle del Guadalhorce. Ahí va adquiriendo calor, que aumenta por la mayor presión cuando esta masa de aire desciende bruscamente hasta el nivel del mar. Su fuerza impide a la brisa marina llegar a tierra. El resultado del cóctel es una jornada, como la de este domingo, con valores excepcionales.

“En los registros no hay dos días seguidos en los que Málaga capital supere los 42 grados en agosto”, explica el responsable. En zonas más expuestas al viento de poniente del Estrecho, como Marbella, la máxima llegó a 33 grados. Apenas a unos kilómetros, Estepona llegó a 43,9 de máxima. Los 43,7 de Málaga en el centro y en el aeropuerto quedaron a 0,5 grados de su máximo histórico ―44,2 grados el 18 de julio de 1978―. Donde sí superaron su récord fue en Coín con 44 grados y los 45,7 de Vélez-Málaga también suponen la mayor temperatura jamás registrada en la estación meteorológica del municipio, instalada en 2001 y ubicada en el parque de bomberos. “Al ser niveles tan extremos, revisaremos la estación por si acaso, pero no hay motivos para sospechar que sea un error”, dicen en la Aemet. “En el fondo da casi igual: era achicharrante”, destaca Juan Ramón López, coordinador de Protección Civil de Vélez-Málaga, que subraya que las temperaturas medias de la localidad en verano rondan los 30 grados. Este lunes, de hecho, la máxima prevista es de 35 grados, 10 menos que el domingo.

La ola de calor sufrida por España estos días ha dejado temperaturas excepcionales en otros puntos, como los 43 grados del jueves en San Sebastián, los 44,4 de la pedanía de Zarcillo de Ramos en Lorca (Murcia) y los 39,9 de Melilla del sábado. La ciudad autónoma también batió este domingo un récord: sus 31,8 grados es la temperatura mínima más alta registrada desde 1971 y la cuarta en el índice histórico de toda España tras las registradas en Almería, Lanzarote y Tenerife, siempre en el siglo XXI, explica Rubén del Campo, portavoz de Aemet.

El especialista destaca que este lunes las temperaturas darán una tregua en Málaga, donde bajarán, como ocurrirá en toda España. Eso sí, en lugares como el valle del Guadalquivir, en Sevilla, y el interior malagueño, se pueden alcanzar de nuevo los 40 grados. El aviso amarillo está activado hasta las ocho de la tarde en la campiña sevillana y cordobesa, las comarcas de Costa del Sol y Guadalhorce en Málaga además del litoral de Huelva. El terral, al menos, se irá desvaneciendo hasta desaparecer a lo largo de la tarde y la noche para que Málaga, por fin, pueda volver a respirar.

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