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Urkullu cierra un pacto fiscal que le permite endeudarse en 2.000 millones e irrita al PP

El lehendakari había asegurado que no acudiría a la cumbre autonómica, pero apareció por sorpresa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al lehendakari, Iñigo Urkullu. En vídeo, Urkullu reconoce que este jueves por la tarde mantuvo una conversación telefónica con Sánchez y es cuando decidió que "se iba a acercar" a la Conferencia de Presidentes.Vídeo: FERNANDO CALVO (EUROPA PRESS) | Europa Press

El lehendakari, Iñigo Urkullu, había asegurado que no acudiría a la cumbre autonómica, pero este viernes apareció por sorpresa tras confirmar que alcanzó un acuerdo sobre el déficit y que le permitirá endeudarse en casi 2.000 millones de euros. El pacto irritó a los presidentes autonómicos del PP. La madrileña Isabel Díaz Ayuso criticó el “déficit a la carta” para una de las comunidades más “desleales con España”. El andaluz Juan Manuel Moreno fue tajante: “No vamos a pasar por eso”.

Preguntado, en la rueda de prensa posterior, por el momento en el que había cambiado de opinión y había decidido acudir a la conferencia de presidentes, Urkullu contestó que había sido a las 8.15 de la mañana, apenas dos horas antes del inicio. “Ayer [por jueves] por la tarde tuve una conversación telefónica con el presidente español. A partir de esa conversación, activamos la negociación hasta la primera hora de esta mañana. Y anoche decidí que me iba a acercar a San Millán de la Cogolla por si llegábamos a un acuerdo, como así ha sucedido. Esa ha sido la secuencia”.

El acuerdo, firmado tras días de conversaciones entre el consejero vasco de Hacienda, Pedro Azpiazu, y la ministra del ramo, María Jesús Montero, establece el objetivo de déficit de la comunidad en el 2,6% del PIB vasco y el de deuda pública, en el 15,9% del PIB (hasta 1.800 millones). Eso supone 3,3 puntos más de lo que estaba previsto en la ley de estabilidad presupuestaria. El pacto incluye una cláusula que permite establecer nuevos objetivos de estabilidad presupuestaria si hay un cambio significativo de las previsiones económicas por causas ajenas al Gobierno vasco.

Asimismo, las diputaciones forales serán compensadas en la fórmula que acuerde la comisión mixta del concierto vasco si la reducción de ingresos es superior al remanente o al superávit del que dispongan. Según fuentes del Gobierno vasco, el acuerdo con el Ejecutivo central les permitirá que la pérdida de ingresos prevista para este año —unos 3.000 millones de euros en el conjunto de Euskadi— no les obligue a hacer recortes y puedan mantener las inversiones previstas.

La presencia de Urkullu tras ese pacto enrareció el ambiente en la conferencia y provocó varios efectos colaterales. Por un lado, contribuyó a subrayar la ausencia del presidente catalán, único que plantó este viernes a Sánchez en San Millán de la Cogolla. “Mi deber es defender los intereses de los catalanes, no hacerme fotos sin sentido”, justificó Quim Torra. Por otro lado, la firma del acuerdo bilateral con el Gobierno vasco irritó a las comunidades del PP, que denunciaron el “déficit a la carta” y, como en el caso de Isabel Díaz Ayuso, lamentaron que fuera la vasca la comunidad mejor tratada y no las que son “mucho más leales con España y con el Gobierno”.

“Si el País Vasco tiene la posibilidad de endeudarse un 2,6. Andalucía quiere un 2,6”, declaró el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno. “No vamos a permitir, como comunidad autónoma más poblada de España, criterios subjetivos y un trato desigual en función de las componendas, las negociaciones bilaterales o los apoyos en el Congreso. No vamos a pasar por eso”, añadió.

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El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, lamentó haberse enterado de ese acuerdo “por los medios de comunicación”. “Si hay unas reglas fiscales para una comunidad autónoma, el resto debería conocerlas también, para saber cuál es nuestra autorización para superar el déficit en el año 2020”. Preguntado por cuál sería el objetivo que le gustaría tener en Galicia, Feijóo contestó que necesitaría saber la previsión de ingresos en 2020. “Yo y otros presidentes autonómicos lo hemos planteado, pero el Gobierno no ha querido hablar de eso. Y tiene muy mala pinta. Bajar un 18% el PIB es una noticia demoledora y espero que se corrija. Hay colegas míos que han hablado ya del 2, del 2,5%... nosotros preferimos esperar”, señaló.

Urkullu se zafó de las críticas a posteriori, porque ninguno de los presidentes autonómicos sacó el tema en las casi cuatro horas de reunión, sino después, en sus respectivas ruedas de prensa. “Negociación a la carta no, es el respeto a lo que es nuestra singularidad y a nuestros derechos históricos”, declaró el lehendakari.

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