Francia permitió votar a los enfermos de covid en las municipales de finales de junio

Toda Francia votó bajo las mismas reglas de higiene en las elecciones municipales del pasado 28 de junio, uno de los primeros comicios bajo la amenaza de la covid-19 en uno de los países más golpeados por la pandemia, con más de 30.000 muertos. A diferencia de lo establecido en País Vasco y Galicia, los enfermos de coronavirus sí pudieron votar. Aun así, la cita electoral se saldó con una abstención récord del 58%.

Las normas, especificadas en una circular del Ministerio del Interior, establecían entre otras medidas el uso obligatorio de la mascarilla dentro de los colegios electorales, la distancia de un metro entre las personas en el recinto, el lavado de manos con gel hidroalcohólico a la entrada y salida del colegio, o la instalación recomendada de una pantalla de plexiglás para proteger las mesas.

La circular especificaba que “el presidente de la mesa no puede impedir a una persona enferma que vote”. En caso de que ocurriera, debían adoptarse todas las medidas sanitarias necesarias, desde la desinfección del local al traslado a un centro médico si su estado lo requiriese. Las normas, aplicables de manera uniforme en todo el territorio, no incluían excepciones para las regiones más afectadas por el virus. La única fue la anulación del voto en varios municipios de Guyana, territorio francés en América del Sur donde, al contrario que en la Francia metropolitana, el virus todavía no se consideraba que estuviese bajo control en el momento de la segunda vuelta de las municipales.

La primera vuelta se celebró el 15 de marzo, en plena pandemia y el día antes de que el presidente, Emmanuel Macron, decretase el confinamiento de la población en sus domicilios y anulase la segunda vuelta, prevista inicialmente para el 22 de marzo.

La decisión de mantener la primera vuelta, con medidas más laxas de las que se aplicarían el 28 de junio en la segunda, es uno de los argumentos esgrimidos en las denuncias ante los tribunales contra miembros del Gobierno y de la alta administración. “Lo que correspondería a la falta penal no es tanto el mantenimiento de la primera vuelta como el hecho de que hubiera que aplazar la decisión del confinamiento, con miles de muertes suplementarias como consecuencia”, declaró en junio Michel Parigot, presidente de Coronavictimes, una asociación que cuestiona la actuación gubernamental en esta crisis.

La abstención en la primera vuelta fue del 55,3%, un récord en unas municipales, que sería superado en la segunda vuelta con un 58,4%. La abstención fue superior a la media nacional en Seine-Saint-Denis y Hauts-de-Seine, en el extrarradio de París, y en Alto-Rin, junto a la frontera con Alemania. Estos son los tres departamentos administrativos donde hubo más sobremortalidad en marzo y abril de 2020 respecto a 2019.

Un análisis estadístico de los politólogos Sylvain Brouard y Haley McAvay para el Centro de Investigaciones Políticas de Sciences Po, centrado en el voto del 15 de marzo en municipios de más de 1.000 habitantes, concluyó que “cuanto más afectado estaba un departamento por la epidemia de covid-19, más avanzó la abstención en la primera vuelta de las municipales”. Y añadía: “Este efecto se ha reforzado a medida que la proporción de personas de más de 65 años era más elevada”.