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Los candidatos a lehendakari ocultan sus pactos

Urkullu apuesta por un "gobierno fuerte" sin desvelar sus preferencias sobre coaliciones en el debate televisivo

Mikel Ormazabal
Los candidatos a lehendakari posan en las instalaciones de ETB antes del debate electoral.EITB / EFE
Los candidatos a lehendakari posan en las instalaciones de ETB antes del debate electoral.EITB / EFEEITB (EFE)

A falta de lo que dictamine la voluntad popular en las urnas este domingo 12 de julio, los candidatos vascos prefieren mantener ocultas sus preferencias sobre pactos para gobernar en el País Vasco. El debate entre los candidatos a lehendakari celebrado este martes por la noche en la televisión pública vasca no ha alumbrado luz sobre esta incógnita. Todas las miradas están dirigidas a Iñigo Urkllu, lehendakari y aspirante del PNV a la reelección. Él es el favorito en todas las encuestas para repetir victoria y asumir la responsabilidad de formar nuevo Gobierno. Ante todos sus rivales en las urnas, solo se comprometió a buscar “un gobierno fuerte”, con una “dirección clara” y “fuera del ruido y la confrontación permanente”.

Un debate sin hablar de ETA ni de víctimas, tampoco de los presos. Estos asuntos que hasta ahora siempre estaban en todos los debates televisivos, en este protagonizado por Maddalen Iriarte (EH Bildu), Idoia Mendia (PSE), Miren Gorrotxategi (Podemos), Carlos Iturgaiz (PP-Ciudadanos) y José Ramón Becerra (Equo Berdeak) ni se citaron. Tampoco hubo llamamientos a la abstención, a pesar de que en Francia recientemente se dio una cifra récord en la segunda vuelta de las municipales de aquel país. Un debate salpicado con alusiones constantes a la crisis del coronavirus tenía el peligro de que todas las críticas fuesen dirigidas al lehendakari, como así sucedió cuando el resto de candidatos le interpelaron por la respuesta de la sanidad vasca y la gestión de las residencias durante la pandemia, o le echaron en cara el desastre del vertedero de Zaldibar.

El último bloque dedicado a los pactos y coaliciones, de los cinco que tuvo el debate -la crisis económica, las políticas sociales, medio ambiente y autogobierno-, tampoco arrojó evidencias. Si gana EH Bildu, Iriarte solo se comprometió a llamar a todos. La socialista Mendia se comprometió a pactar con todos la reconstrucción del país: “Y si no gano, pondré mis escaños al servicio de políticas que mejoren las condiciones de nuestra sociedad, pero no vamos a estar en proyectos de ruptura”. Gorrotxategi aprovechó para volver a tentar a EH Bildu y al PSE para formar un tripartido de izquierdas, e Iturgaiz se erigió en “la única alternativa al nacionalismo”.

Quedaba saber si Urkullu iba a desvelar sus preferencias sobre pactos. Pero no lo hizo. Con una pose muy institucional, dijo: “Euskadi necesita un gobierno fuerte porque vienen años duros. Hace falta una dirección clara. Mi objetivo es consolidar un gobierno fuerte, fuera del ruido y la confrontación permanente, con un programa realizable y sólido”.

Otro de los asuntos más espinosos fue el del autogobierno, que dio pie para que Iturgaiz reprochara a los nacionalistas de tratar de dividir la sociedad entre vascos de primera y de tercera, según sean nacionalistas o no nacionalistas. “Necesitamos soberanía no por capricho, sino por necesidad, para poner en marcha los retos de este pueblo. EH Bildu quiere avanzar y aboga por el derecho a decidir y tener una relación con el Estado de igual a igual, sin injerencias”, dijo Iriarte sin salirse del catecismo de su coalición.

Mendia defendió un país “donde quepan todos”, algo que permite el Estatuto que ahora está en discusión. “Hay que actualizarlo por la vía del consenso porque la sociedad no necesita exclusiones y categorizaciones”. Gorrotxategi abogó por el modelo de Quebec, Becerra por un modelo de cogobernanza compartida, mientras que Urkullu se inclinó por recoger en el nuevo Estatuto ”el derecho a decidir pactado con el Estado”.

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Llegó la discusión sobre medio ambiente y cuando Iturgaiz tomó la palabra, entró directamente en la tragedia del vertedero de Zaldibar para acusar de “ineptitud” al PNV y criticar duramente a Urkullu, quien ha reprochado que viviendo a 14 minutos en coche del lugar del derrumbe tardó seis días en visitar la zona y encontrarse con los familiares de las dos personas desaparecidas desde hace cinco meses.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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