Camps se desvincula de la organización de la visita del Papa

El expresidente valenciano Francisco Camps ha negado este jueves haber tenido nada que ver con las supuestas adjudicaciones irregulares a la trama Gürtel para la visita del papa Benedicto XVI a Valencia en julio de 2006. Camps, que ha comparecido como testigo en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional, se ha desvinculado no solo de las adjudicaciones bajo sospecha, sino de cualquier decisión relacionada con la vista del Papa a la Comunidad. Unas, la invitación al Pontífice y los aspectos protocolarios, le venían marcadas por arriba (el Gobierno y la Diócesis de Valencia); y las otras, los aspectos más logísticos, no eran responsabilidad del presidente de la Generalitat, ha asegurado el exdirigente popular. Camps ha restado valor a su relación con Álvaro Pérez, El Bigote, uno de los cabecillas de la red corrupta y cuya vinculación con el expresidente saltó a los medios después de que se hiciera pública una conversación telefónica en la que Camps le llamaba “amiguito del alma”.

Camps podía haberse negado a declarar como testigo, ya que está procesado en otros casos, pero ha optado por hacerlo. Por videoconferencia, asistido por su abogado y con mascarilla, el expresidente valenciano ha contestado a todas las preguntas de las acusaciones y de las defensas y ha protagonizado algún rifirrafe con la fiscal Concepción Nicolás, a la que ha reprochado varias de sus preguntas y ante la que se ha mostrado ofendido por considerar que el presidente de la Generalitat debía estar al tanto de cómo se estaba organizando la visita del Papa. “Eso es como si usted me dice que el presidente del Consejo General del Poder Judicial está al tanto de lo que está ocurriendo ahora en la Audiencia Nacional”, le ha dicho.

Camps ha negado que, como mantiene la Fiscalía, ordenara adjudicar a empresas de Francisco Correa por un precio “desorbitado” un montaje de pantallas y sonido para que la Radiotelevisión Valenciana (RTVV) retransmitiera la visita del Papa. Su relato contradice algunas de las afirmaciones realizadas durante el juicio por los principales acusados, como que, durante la boda de la hija de José María Aznar hubiera prometido a los cabecillas de la trama negocios en Valencia. “No es cierto. La boda fue en septiembre de 2002 y yo entonces era delegado del Gobierno y no había sido proclamado candidato a la presidencia de la Generalitat”, ha alegado el exdirigente popular, que ha asegurado que en aquel momento apenas conocía ni a Correa ni a El Bigotes.

Después, ya al frente de la Generalitat, a Álvaro Pérez solo le trató como un “colaborador” del PP, ya que desde su empresa Orange Market se encargaba de la organización de eventos del partido. Pero ni eran amigos ni le ayudó a conseguir contratos en la Comunidad. Preguntado por qué entonces le llamó “amiguito del alma” y dijo quererle “un huevo”, Camps se amparó en el espíritu navideño. “Era nochebuena y me salió eso”, dijo el expresidente, que también ha tratado de justificar su presencia en la boda de El Bigotes (fue porque se lo pidió insistentemente el exsecretario general del PP valenciano, Ricardo Costa) y ha rechazado haber viajado con Pérez a Roma para u acto en el Vaticano. “Con él no he viajado ni a la vuelta de la esquina”.