Detener en tiempos del coronavirus

La Dirección General de la Policía distribuyó el pasado lunes entre sus más de 68.000 agentes un plan de actuación frente a la Covid-19 en el que detalla los pasos que deben dar en todos y cada uno de los ámbitos de su actuación policial. También, en el caso de que deban detener a un delincuente que muestre síntomas de padecer la enfermedad, asegure tenerla o se tenga constancia que ha estado en “contacto estrecho con personas” infectadas o en zonas de “especial incidencia del virus”. El documento, de 33 páginas de extensión y al que ha tenido acceso EL PAÍS, enumera los 12 pasos que deben dar los policías si se enfrentan a una situación de estas características durante estos días.

El protocolo policial indica que los agentes que hayan procedido al arresto deberán facilitar al presunto delincuente “una mascarilla quirúrgica” y se le trasladará a una comisaría para proceder a aislarlo en un calabozo individual. Inmediatamente, continúa el texto, se debe comunicar la situación al teléfono de emergencia 112 “a la espera de instrucciones”.

Durante todo el proceso, la Dirección General de la Policía aconseja a los agentes que se mantengan “en la medida de lo posible” a una distancia de entre 1,5 y 2 metros, “salvo en las fases de la intervención en las que resulte imposible por su propia naturaleza”, en referencia al momento del arresto y de colocación de los grilletes. Además, los policías que actúen con el delincuente presuntamente infectado “o sus pertenencias”, tanto en la distancia de seguridad como “en otra situación de riesgo”, deberán utilizar también mascarilla y guantes de nitrilo, que Interior ha distribuido por las dependencias policiales.

Una vez que el delincuente abandone el calabozo, la Policía realizará un estricto tratamiento de limpieza del mismo. Así, el “material textil” (sábanas y mantas) se introducirá en “una doble bolsa cerrada” que será trasladada “sin manipular” a un lugar cerrado de la comisaría. Allí, será más tarde recogido por la empresa de limpieza para “su posterior tratamiento higiénico-sanitario”. Además, la mascarilla y guantes que hayan usado tanto el detenido como los agentes “serán desechados en los contenedores de restos biológicos” y se mantendrá “clausurado” el calabozo hasta su limpieza y desinfección.

Interior también ordena que se proceda a desinfectar tanto el vehículo policial que se hubiera utilizado para el traslado a comisaría del arrestado como las “superficies” con las que este hubiera estado en contacto durante su estancia en las dependencias policiales. El documento policial también señala que, en caso de que el estado de salud del presunto delincuente aconsejara su traslado a un centro sanitario, este no se realice “en medios de transporte policiales, salvo que la autoridad sanitaria ordene lo contrario y siempre en circunstancias excepcionales”.

El nuevo protocolo policial hace hincapié en los pasos a seguir por los agentes que participaron en la detención y posterior custodia del supuesto contagiado de coronavirus si en los días posteriores muestran síntomas. En ese caso, Interior ordena que se pongan en contacto inmediato con los servicios de emergencia y, si finalmente se confirma el contagio, tramiten su incapacidad laboral. Para extremar el control sobre quiénes fueron los policías que estuvieron presentes en “la actuación de riesgo”, la Dirección General de la Policía insta a que en el atestado que se elabore sobre el arresto se haga constar “de manera concreta” qué policías participaron para facilitar su identificación.

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