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*EL PAÍS VIAJES es el programa de viajes de autor en colaboración con azulmarino en el que expertos de distintos ámbitos nos acompañan en cada travesía. Desde esta sección recomendamos los destinos más atractivos que se pueden contratar. Para más información sobre nuestros itinerarios pincha aquí.

En busca del Shamballa, un viaje entre Yunnan y Tíbet

El sur de China y el altiplano tibetano se entrelazan en un viaje que parece tejido por la imaginación

El templo de Yambulakhang, en el valle de Yarlung.
Sara Andrade Abad

¿Qué viajes te esperan el próximo año? En esta ocasión, nos trasladamos hasta el sur de China y al altiplano tibetano en busca del Shamballa. El viaje está pensado para quienes buscan algo más que monumentos y paisajes, que quieren dejarse transformar por lo que no se ve y regresar con algo más que recuerdos: con una experiencia que trasciende. Para ellos viajaremos al sur de China y al altiplano tibetano que, de manera inusual (porque este itinerario es único), se entrelazan en un viaje que parece tejido por la imaginación.

En Yunnan, las callejuelas de Lijiang, los templos taoístas de Weibaoshan y los pueblos detenidos en el tiempo como Shaxi revelan una China profunda, diversa y sorprendente. Más allá, el Tíbet se despliega con toda su fuerza espiritual: monasterios legendarios, lagos sagrados, debates filosóficos y paisajes que cortan la respiración. Cada jornada de este viaje está pensada para que sea una crónica viva; una oportunidad para descubrir culturas que han hecho del alma su territorio. Se trata de una travesía por caminos que fueron rutas de comercio y peregrinación, por escenarios que aún conservan el misterio de lo sagrado. Aquí, la historia no se lee: se camina.

Para guiarte en busca del Shamballa, tendrás a Patricia Paulo, coach en desarrollo de conciencia personal, con una trayectoria sólida y apasionada en el estudio del ser humano y su evolución, y una de las prescriptoras más conocidas de EL PAÍS Viajes. En 2026 estará acompañando a un grupo de viajeros del 6 al 20 de julio en un viaje hecho a medida para que no tengas que preocuparte de nada. Además de Patricia, estaremos acompañados en Yunnan por Pedro Ceinos, escritor y guía de turismo español afincado en China desde hace 30 años, 20 de ellos en la provincia de Yunnan.

Además de los guías de excepción, este viaje a China también incluye vuelos en línea regular con Sichuan Airlines, tasas de aeropuerto, un guía local de habla hispana en Tíbet, un guía de apoyo en Yunnan y traslados y servicios en privado. Serán 12 noches de alojamiento con desayuno, 13 cenas y 10 almuerzos, además de todas las visitas y entradas a monumentos según itinerario y la tramitación del visado en el Tíbet. Mientras te decides a unirte a nosotros, te contamos cuáles son las paradas de este apasionante viaje.

En sánscrito, el Shamballa significa lugar de paz y, de hecho, el antiguo reino del Shamballa se caracterizaba por la compasión y la sabiduría, fruto de una sociedad iluminada y despierta. En el budismo tibetano, este era un reino de paz y silencio. No sabemos si vamos a encontrarlo en cada uno de los lugares de este viaje, pero desde luego vamos a intentarlo.

La ciudad de Lijiang y sus paisajes de cuento.

Primera parada: la ciudad antigua de Lijiang

En la provincia de Yunnan, Lijiang es una de las ciudades más bellas y visitadas, seguramente porque conserva intacto y en su totalidad el casco antiguo, formado por pequeñas callejuelas empedradas, centenarias casas tradicionales y pequeños canales que recorren la ciudad con el agua pura y helada procedente de la montaña del Dragón de Jade (a 5.550 metros de altura). La cima de la montaña, permanentemente cubierta de nieve, es el símbolo de la minoría Naxi, los habitantes de Lijiang, que fue declarada en 1999, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Las Tres Pagodas de Dali, en Yunnan.

Segunda parada: la ciudad más importante de Yunnan

En una visita a la provincia de Yunnan, situada en el suroeste de China, es imprescindible visitar Dali, la ciudad más importante. Con una larga historia, es la capital tradicional del reino de Nanzhao (del siglo VII al siglo X) y del Reino de Dali (del siglo X- al siglo XIII). En el camino hacia la ciudad, se puede parar en algunas aldeas de la minoría Bai, como Zhuocheng o Xizhou, y en las Tres Pagodas, que fueron construidas hace más de mil años y son el fiel testigo de la grandeza del antiguo Reino de Nanzhao, cuya capital estaba en Dali.

Las montañas de Weibaoshan.

Tercera parada: Weishan, la primera capital del Reino Nanzhao

Weishan, la primera capital del reino Nanzhao y una de las ciudades mejor conservadas de Yunnan, con miles de edificios antiguos, y la montaña Weibaoshan, la principal montaña taoísta de Yunnan. En su ladera aún se conservan 15 templos dedicados a distintas deidades que proponían una ascensión espiritual a los creyentes.

Tienda en la antigua ciudad de Shaxi.

Cuarta parada: visita a la pequeña ciudad de Shaxi

En esta pequeña ciudad de Yunnan recordamos la antigua Ruta del Té y los Caballos que conectaba Yunnan con el Tíbet. En esta ciudad el tiempo parece haberse detenido, y los visitantes pueden vislumbrar cómo era la vida en Yunnan en tiempos remotos. Si tienes tiempo, puedes visitar la montaña Shibaoshan, con sus magníficas esculturas budistas del siglo X.

Estupas budistas en Shangri La.

Quinta parada: ¡Bienvenidos a Shangri La!

Aunque el Shangri-Lasea un lugar de fantasía descrito por primera vez en la novela Horizontes perdidos de James Hilto, también en chino hace referencia a un lugar entre montañas, y tiene mucho que ver con la ciudad de Shangri La, que desde que se asoció a la novela, ha recibido numerosos turistas. Uno de sus mayores atractivos para visitar es el monasterio de Songzanlin.

Vistas del palacio de Potala, en Lhasa.

Sexta parada: llegada al Tíbet y a Lhasa, una de las ciudades más altas del mundo

Para llegar a Lhasa desde Shangri La habrá que subirse a un avión, pero las vistas merecen la pena. Una vez en el Tíbet, Lhasa nos recibe con altitud, ya que es una de las ciudades más altas del mundo (3.650 metros) y los niveles de oxígeno son muy inferiores a los que se suele estar acostumbrado. Entendemos que la alta altitud del Tíbet puede ser desafiante para algunos, por lo que recomendamos tomarse un tiempo para aclimatarse progresivamente. Recuerda beber mucha agua, evitar esfuerzos y descansar adecuadamente para minimizar los síntomas del mal de altura.

Adaptados a Lhasa conviene descubrirla. Podemos empezar por el palacio de Potala, situado en la Marpo Ri (la Colina Roja), a más de 100 metros sobre el valle. Fue construido en el siglo XVII por el quinto Dalai Lama, y ofrece impresionantes vistas de toda la ciudad, además de albergar los aposentos privados del Dalai Lama, numerosas salas de estado y capillas.

El antiguo barrio tibetano del Barkhor gira alrededor del templo de Jokhang, Patrimonio de la Humanidad y considerado el más sagrado e importante para el budismo tibetano. Es el centro espiritual de la ciudad y destino de multitud de peregrinos venidos de todos los rincones del Tíbet histórico. Fue fundado por Songtsen Gampo, primer rey de doctrina budista que unificó el imperio tibetano en el siglo VII.

En Lhasa, destacan también los monasterios de Drepung y Sera. El primero de ellos es el más grande del Tíbet, que llegó a albergar a 7.000 monjes. Junto con los monasterios de Ganden y Sera, Drepung es uno de los tres grandes centros de educación del budismo tibetano de la escuela Gelugpa. Fundado en el siglo XV, fue la residencia anterior del Dalai Lama antes de la construcción del majestuoso palacio de Potala.

El valle de Yarlung.

Séptima parada: explorando el valle de Yarlung, la cuna de la civilización tibetana

Llegamos a la cuna de la civilización tibetana. Esta es la región donde los antiguos reyes tibetanos unificaron el Tíbet en el siglo VII. Aquí hay que visitar el monasterio de Samye, perteneciente al siglo VIII, el primer monasterio budista en el Tíbet. Su arquitectura única, que sigue la estructura del universo, forma un gigantesco mandala, según la cosmología budista. En Tsedang, la cuarta ciudad más importante del Tíbet sobresale el palacio de Yumbulagang, que domina el valle de Yarlung desde lo alto de una colina. Está considerado como la primera construcción en el Tíbet y es interesante visitarlo porque se asemeja a una fortaleza medieval.

El lago Yamdrok, en el Tíbet.

Octava parada: entre monasterios y lagos tibetanos

La región de Tsang y el lago Yamdrok (4.447m), uno de los cuatro grandes lagos sagrados del Tíbet, son toda una experiencia para el viajero. Las aguas turquesas no son para menos. Al fondo, se puede ver el enorme macizo del monte Noijin Kangsang a nada más y nada menos que 7.191 metros de altura. Posteriormente, podremos acercarnos a uno de sus glaciares tras ascender el puerto de montaña del Karo La (5.020m).

Antes de llegar a nuestro destino, pararemos en la encantadora ciudad de Gyantse (4.025 metros) y visitaremos el monasterio de Pelkor Chode (también conocido como monasterio Palcho). En él se encuentra una de las grandes obras del arte tibetano: el Kumbum, el mayor chorten del Tíbet. Desde lo alto del Kumbum podremos ver la majestuosidad del Dzong de Gyantse, una fortificación que domina todo el valle y el camino a Lhasa.

Finalmente alcanzaremos la segunda mayor ciudad del Tíbet y que fue capital de la región de Tsang, uno de los centros de poder de la antigüedad.

El monasterio de Tashilhunpo.

Última parada: decimos adiós al Tíbet en el monasterio de Tashilhunpo

Antes de terminar este viaje por tierras tibetanas nos despedimos en un lugar especial: el monasterio de Tashilhunpo, construido en el siglo XV por el primer Dalai Lama y, actualmente, la sede del Panchen Lama. Es una de las joyas del Tíbet para muchos viajeros.

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Sobre la firma

Sara Andrade Abad
Periodista especializada en viajes. Desde 2024 es redactora de EL PAÍS Viajes, sección de viajes de autor con Azulmarino. Colabora en Condé Nast Traveler y en la web de Informativos Telecinco. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster en Reporterismo Avanzado en la Universidad Ramón Llull de Barcelona.
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