Qué hacer en Budapest con niños: funiculares, norias y baños termales
Siete pistas en la capital de Hungría para convertir la escapada en un viaje en el que disfruten tanto los adultos como los más pequeños
Budapest es una de esas ciudades que no dejan a nadie indiferente. Conocida mundialmente como “la perla del Danubio”, la capital húngara es un destino muy popular entre los turistas de todas las edades, debido a la diversidad de actividades culturales y de ocio que ofrece. Cada año, más de cuatro millones de personas deciden visitar Budapest y, entre todos ellos, hay desde jóvenes estudiantes descubriendo la vida nocturna en sus ruin bars (los bares en ruinas) hasta parejas que deciden hacer un crucero por el Danubio durante su jubilación.
Además, en comparación con otras capitales europeas, se trata de uno de los destinos más económicos, por lo que cada vez son más las familias que deciden pasar unos días de vacaciones en esta ciudad con los más pequeños de la casa. Así que, para todos ellos, estos son algunos de los mejores planes para disfrutarla con niños.
Relajarse en los baños termales
Uno de los aspectos culturales más destacados de la cultura húngara es, sin duda, sus baños termales. Y es que ya desde la época romana y durante la ocupación turca era frecuente hacer uso de los pozos de aguas termales que se encuentran en el subsuelo de Budapest.
La mejor opción para pasar un día de descanso, en cualquier época del año, es desconectando en Széchenyi, de los más famosos de la ciudad. Es un plan ideal tanto para adultos como para niños, ya que cada piscina (tanto interior como exterior) tiene una temperatura distinta. Las exteriores son las más bonitas y cómodas en cuanto a espacio y temperatura del agua. Por cierto, la mejor entrada es la que incluye una cabina (un cambiador privado), ya que es la opción más cómoda, sobre todo cuando se visitan los baños con niños.
En el tren de los niños
En las colinas que hay al norte de Buda existe un tren en funcionamiento comúnmente conocido como el tren de los niños (en húngaro, Gyermekvasút). Se trata de una antigua línea de tren que, durante los años del comunismo en Hungría, conectaba la ciudad de Budapest con la zona donde se realizaban los campamentos de verano. Ya por aquel entonces, los niños eran los que realizaban actividades básicas, siempre supervisados por adultos. Con la caída del comunismo, esta línea de tren se mantuvo en las mismas condiciones. Hoy siguen siendo niños quienes realizan labores básicas (acompañados siempre por adultos), mientras que el tren sigue su recorrido. Cada parada tiene actividades para niños e incluso disponen de un museo. Además, cuenta con el récord Guinness como el tren más largo del mundo operado por niños (tiene algo más de 11,7 kilómetros).
También se encuentra cerca de otros puntos de interés menos conocidos de Budapest, como el parque Normafa y el mirador Isabel (en húngaro, Erzsébet Kilató).
El funicular
Otra de las principales atracciones de Budapest es el funicular. Está ubicado a los pies de la colina de Buda y comunica esta zona con el distrito del castillo (área en la que se encuentra el castillo de Buda, el Bastión de los Pescadores y la iglesia de Matías). Además, este funicular fue el primer medio de transporte que unió la parte alta de la colina con el puente de las Cadenas y es el segundo de su tipo en todo el mundo. Tanto los más pequeños como los mayores, disfrutan de este paseo en uno de los transportes históricos de Budapest, gozando, además, de unas vistas privilegiadas.
Casa de la Música
Situada en uno de los parques públicos más importantes de la ciudad, el Városliget, la Casa de la Música es una de las últimas incorporaciones arquitectónicas al parque. Este edificio fue diseñado por el arquitecto japonés Sou Fujimoto y desde su inauguración en 2022 ya ha ganado varios premios a nivel internacional. Como Casa de la Música, su interior acoge varias salas de conciertos, una biblioteca, tienda de libros y recuerdos, salas de conferencias, exposiciones y salas de grabación. El exterior cuenta con un teatro al aire libre y con un área de juegos para niños, donde cada sección recrea sonidos de instrumentos para que, mientras juegan, también creen música.
Budapest Óriáskereke
Budapest Óriáskereke (el ojo de Budapest) es el nombre que recibe la noria de la ciudad, que se encuentra en una posición privilegiada en pleno centro de la capital húngara. Tiene la mejor panorámica de la basílica de San Esteban desde lo alto, por lo que se convierte en una actividad ideal para cualquier época del año. Tanto los mayores como los más pequeños pueden disfrutar de las vistas desde esta noria que, por cierto, no tiene ningún otro mirador. Lo mejor es subirse a ella en un día despejado y, si es posible, soleado, para deleitarse al máximo con el panorama.
Buscar las miniestatuas de Kolodko
Budapest también es conocida como la ciudad de las estatuas, ya que hay más de 1.000 esculturas repartidas por sus calles. Aunque algunas de ellas son muy populares, como la del policía barrigón o la princesita, hay un conjunto de miniestatuas que se encuentran escondidas. Son las creadas por el artista Mihály Kolodko, y tienen una altura de unos 15 centímetros, por lo que es una aventura ir en su búsqueda y encontrarlas. Además de reflejar aspectos de la cultura e historia de Hungría, suelen ser instaladas sin previo aviso, por lo que generan aún más interés.
Es una forma ideal de conocer la ciudad, ya que muchas de ellas se encuentran en lugares tan icónicos como turísticos.
Acercarse a Szentendre
Todos los años, desde el 1 de abril hasta el 31 de octubre, el museo del transporte público de Szentendre abre sus puertas. Este museo cuenta la historia del transporte en Budapest, tanto en inglés como en húngaro, a través de objetos, fotos y documentos originales. De hecho, lo más importante del museo es la colección de vagones de tranvía antiguos que hay en su interior. Además, se puede acceder al interior de todos y cada uno de ellos.
En el caso de visitar Budapest durante más de cuatro días, Szentendre, conocido como el pueblo de los artistas, se encuentra a 40 minutos de la ciudad en tren, y es una opción ideal para pasar el día, tanto para adultos como para niños, ya que además del museo del transporte público aquí también se encuentra el Museo de la Navidad.
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