España, nuestro destino favorito
El julio de color lavanda en Brihuega, un viaje en coche por los miradores gallegos o un bosque convertido en museo en Lleida. Planes muy tentadores para disfrutar del verano cerca de casa
Comienza una temporada estival atípica pero llena de posibilidades. Praderas, montañas, campos en flor, arte al aire libre… Es tiempo de gozar de la naturaleza y los espacios abiertos.
Tres rutas para hacer en coche
Carreteras asturianas
La editorial viajera Lonely Planet acaba de publicar Lo mejor de Asturias, una guía de 275 páginas con una selección de itinerarios de 7, 10 o 14 días por Oviedo y la montaña central, Gijón y la Costa Oriental, los Picos de Europa, Avilés y la Costa Occidental, las comarcas de Somiedo y Narcea y la tierra de Eo-Navia. Incluye información práctica.
Galicia azul y verde
La guía Escenarios al volante recoge 25 rutas paisajísticas diseñadas para recorrer en coche por carreteras secundarias o locales de baja intensidad de tráfico en la costa y el interior de Galicia. El folleto también incluye 50 miradores y siete atalayas urbanas. Y una novedad en esta comunidad: el 25 de junio tiene previsto abrir sus puertas en Muxía, junto a la playa de Lourido (A Coruña), el nuevo parador Costa da Morte, un proyecto del arquitecto gallego Alfonso Penela, que ideó un edificio construido en terrazas sobre la ladera, integrado en el paisaje mediante cubiertas vegetales y una forma escalonada que se adapta a la orografía. Para salvar la pendiente del terreno se han instalado dos ascensores panorámicos que se mueven en sentido diagonal.
Tenerife insólito
La bodega submarina de Arico, donde los vinos envejecen en el fondo del mar; la playa de Benijo, un arenal salvaje entre roques volcánicos en el parque rural de Anaga; los guachinches, improvisados comedores donde disfrutar de la gastronomía local; el sendero de Vilaflor, dentro el parque natural de la Corona Forestal, o la Cueva del Viento, el mayor túnel volcánico de Europa. Rincones secretos de Tenerife que la isla canaria invita a conocer en coche de alquiler.
Palencia en nueve básicos
La capital castellana reúne una de las mayores superficies de espacios verdes por metro cuadrado en España, con parques como los Jardines del Salón (1) o la Huerta de Guadián (2). Cruzando el río Carrión se accede a la dársena del Canal de Castilla y el Museo del Agua (3). El museo está ahora cerrado por obras, pero el pasado 12 de junio se reanudaron las rutas turísticas en barco, y también están abiertos a ciclistas y caminantes los caminos de sirga (200 kilómetros en tres ramales diferentes que unen Medina de Rioseco, Palencia, Valladolid y Alar del Rey), por los que circulaban los bueyes que tiraban de las barcazas. Un básico de la ciudad es sin duda su catedral gótica (4). El arquitecto Fernando Díaz-Pinés diseñó los dos aliens que coronan la puerta de los Reyes, añadidos en 1995, y no es el único anacronismo del templo: a principios del siglo XX, el arquitecto modernista Jerónimo Arroyo, autor de edificios como la Fundación Villandrando (5) (calle Mayor Principal, 36), sustituyó una de las gárgolas desaparecidas por otra que representa a su amigo el fotógrafo José Sanabria. También se acaba de reabrir el Museo de Arte Contemporáneo de Palencia-Fundación Díaz Caneja (6), la emblemática confitería Los Cuatro Hermanos (7) (calle Mayor, 28) y el restaurantes Ajo de Sopas (8), del chef Alberto Soto. Y por último, una panorámica: la del mirador del Cristo del Otero (9).
Aventuras a cielo abierto
Excursiones cercanas
La agencia Atuaire programa excursiones guiadas de un día desde Madrid (han suspendido las de fin de semana y de larga duración). Entre sus propuestas están visitar el valle del Jerte en las fechas de la recolección de las cerezas, a finales de junio; adentrarse en el bosque exótico de la Cebedilla, un antiguo vivero forestal cerca del pueblo de Lozoya del Valle en el que se plantaron especies exóticas como el abeto de Douglas, o la salida nocturna de la Senda de las Luciérnagas, por las dehesas de Somosierra, coincidiendo con la Luna llena del 4 de julio. Los precios parten de los 10 euros por persona.
Acampadas de altura
Rutas con mulas “muy mimadas”, acampadas con pensión completa y cocinero y amenas caminatas de alta montaña guiadas por un biólogo por lugares como los ibones (lagunas glaciares) que rodean el macizo calcáreo de Cotiella, en el Pirineo de Huesca. Es una de las experiencias que propone Turismo de Aragón, a través de la empresa Trekking Mule, para este atípico verano. Las rutas de una semana cuestan desde 780 euros (niños, con 50% de descuento), precio que incluye todo el material de marcha y acampada (excepto las botas y el saco de dormir), pensión completa y ducha de agua caliente. Los grupos son de un máximo de 12 personas.
Oasis urbanos
En tiempo de desconfinamiento, los jardines y espacios verdes brindan un respiro a quienes se tienen que quedar en la ciudad. El Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, los recoge en una guía gratuita (disponible también en su página web). Desde El Capricho a la Casa de Campo, pasando por el Retiro, el parque Tierno Galván, Madrid Río o la Quinta de los Molinos. La mayoría de ellos cuenta ya con terrazas abiertas para disfrutar con seguridad y prudencia de la nueva normalidad.
A pie o en bici
El programa Vías Verdes, vías férreas en desuso que han sido recuperadas para los amantes del paseo y la bicicleta, suma ya cerca de 3.000 kilómetros, ahora integrados en la red de Caminos Naturales. Dos de las más atractivas, también las dos primeras que fueron acondicionadas, son la asturiana Senda del Oso, que aprovecha la antigua vía férrea del Teverga —un ferrocarril minero construido en este concejo en 1874 y desmantelado en 1964—, y la Vía Verde de la Sierra (Sevilla y Cádiz), que discurre por casi 40 kilómetros de puentes, túneles y dehesas entre los pueblos blancos de Puerto Serrano y Olvera.
Jardines nazaríes
“En apariencia, agua y mármol parecen confundirse, / sin que sepamos cuál de ambos se desliza. / ¿No ves cómo el agua se derrama en la taza, / pero sus caños la esconden enseguida? / Es un amante cuyos párpados rebosan de lágrimas, / lágrimas que esconden por miedo a un delator”. Los versos del visir Ibn Zamrak (1333-1393), grabados en caracteres arábigos sobre la fuente de los Leones de la Alhambra de Granada, reflejan el refinamiento y la gracia que alcanzó el arte nazarí. Civitatis ya ofrece visitas guiadas al complejo y sus jardines, que acaba de reabrir sus puertas con aforo limitado.
Museos sin paredes
CDAN (Huesca)
“La música de las piedras, senderos de huellas compartidas, dormirse acunado por el fragor de un torrente”. El artista Richard Long convirtió su afición a las caminatas en una de las más finas manifestaciones del land art: círculos de piedras, laberintos prehistóricos, líneas de cantos rodados que evocan calma, libertad, ligereza. Una de sus obras forma parte del recorrido por intervenciones en el paisaje que propone el Centro de Arte y Naturaleza de la Fundación Beulas, un proyecto del arquitecto Rafael Moneo en Huesca. Además de Long, aquí esperan otros artistas como David Nash, Fernando Casás, Siah Armajani, Per Kirkeby, Ulrich Rückriem y Alberto Carneiro. Acaba de reabrir sus puertas.
Rocaviva (Lleida)
En un bosque a 1.300 metros de altitud cerca del pueblo leridano de Músser, entre las comarcas catalanas del Alt Urgell y la Cerdanya, se esconde Rocaviva, un museo al aire libre con más de 300 esculturas de granito, muchas de ellas de gran tamaño, cinceladas a lo largo de 26 años por Climent Olm, vecino de la comarca. Las esculturas —rostros que recuerdan las máscaras africanas, símbolos geométricos, mandalas...— se encuentran dispersas por el monte formando un “laberinto mágico” que se puede recorrer por senderos que discurren entre robles, enebros, pinos, boj y plantas aromáticas. Las visitas se realizan con reserva previa (633 58 77 11).
Illa das Esculturas (Pontevedra)
Inspirado por el petroglifo del laberinto de Mogor, de los más antiguos de Europa, el estadounidense Robert Morris (1931-2018), uno de los grandes teóricos del minimalismo, construyó en 2000 su Laberinto de Pontevedra, una espiral de granito de 12 metros de diámetro y dos metros de altura en la Xunqueira, una isla fluvial próxima a la ría de Pontevedra. El visitante también encontrará repartidas por este gran espacio verde de la capital gallega obras de Richard Long, Ian Hamilton Finlay, Jenny Holzer, Giovanni Anselmo, Ulrich Rückriem, Anne y Patrick Poirier, José Pedro Croft, Fernando Casás, Francisco Leiro, Enrique Velasco y Dan Graham.
En busca de tesoros secretos
Mosaicos fabulosos
Desde el pasado jueves, 18 de junio, se pueden volver a contemplar, con entrada gratuita y previa reserva, los fabulosos mosaicos (291 metros cuadrados de escenas mitológicas) de la villa romana de Noheda, en el término municipal de Villar de Domingo García (Cuenca). Otro importante yacimiento romano que ha reabierto sus puertas es La Dehesa: los restos de una lujosa domus rural, datada entre los siglos III y IV, en la que destacan sus mosaicos geométricos. Se encuentra en el pueblo de Cuevas de Soria, cerca de Numancia (villaromanaladehesa.es).
Románico serie B
España atesora joyas del románico rural como la ermita de San Frutos, que corona el paraje mágico de las hoces del Duratón (Segovia), la de San Martín de Frómista (Palencia) o la asturiana de Santa Cristina de Lena. Además de estas, no hay que olvidar otras menos conocidas como las 17 minúsculas iglesias prerrománicas construidas durante los siglos X y XI en la comarca aragonesa del Serrablo o las de San Pantaleón de Losa y San Pedro de Tejada, en la comarca burgalesa de Las Merindades.
Antes de los romanos
La lista de yacimientos arqueológicos españoles poco conocidos y al aire libre es larga. Incluye lugares como el santuario tartésico de Cancho Roano en Zalamea de La Serena (Badajoz), los castros vetones de Ávila y Salamanca, la ciudad vaccea de Pintia en Padilla de Duero (Valladolid) o el santuario Íbero Altos del Sotillo de Castellar (Jaén). También las pinturas prehistóricas de Nerpio, en Albacete, con uno de los mayores conjuntos de arte rupestre del arco Mediterráneo.
La isla de los pájaros
Formentera mantiene su apuesta por el turismo tranquilo y de naturaleza con el nuevo itinerario ornitológico del Camí des Brolls. A lo largo de esta senda de cuatro kilómetros que recorre el perímetro del Estany Pudent, uno de los humedales del parque natural de Ses Salines, los visitantes se encontrarán con ocho paneles informativos sobre las más de 200 especies de aves migratorias, acuáticas y marinas que aquí se reúnen. Entre ellas, flamencos, pardelas baleáricas y una de las mayores concentraciones de zampullines cuellinegros de Europa. En la isla hay otros lugares donde observar aves, como los islotes de Es Freus (el brazo de mar que separa Formentera de Ibiza), la meseta de La Mola (con una de las mayores colonias de pardelas del mundo) y la planicie del Cap de Barbaria, en la que anida la curruca balear. El proyecto para este verano además contempla la creación de una ruta running señalizada y una ruta patrimonial, también señalizada con información sobre 14 puntos de interés.
Paisajes silenciosos
Lavandas y girasoles
A mediados de julio, los campos de la Alcarria (Guadalajara) se tiñen del aroma púrpura de las flores de lavandín, un resistente híbrido entre lavanda y espliego. La novena edición del Festival de la Lavanda, que Brihuega celebraba con conciertos entre las flores y cenas gastronómicas, se ha suspendido este año, pero los campos perfumados seguirán allí, al igual que el reluciente mar de girasoles que en agosto pintará de color amarillo cadmio, como en un cuadro de Van Gogh, las llanuras de Segovia, Soria o Valladolid. Otro lugar que se cubre estos días de extensos campos de lavanda es Tiedra (Valladolid), donde también hay un centro de interpretación y una destilería en la que se extrae el aceite esencial de las flores para elaborar perfumes y jabones.
Huellas de dinosaurios
La naturaleza elástica del tiempo y sus efectos sobre el paisaje sobrecogen si se miran desde la diminuta perspectiva humana. Hace más de 250 millones de años, la comarca turolense de Aliaga era un gran golfo abierto al mar de Tethys donde vivieron monstruos como el Elasmosaurus. Durante el Terciario, el empuje de las placas tectónicas plegó aquellos sedimentos como si fuesen un chicle, creando el actual paisaje de montañas, crestas y cañones, con cerca de 70 yacimientos paleontológicos en el geoparque del Maestrazgo.
Cráteres en la serranía
En las montañas de Cuenca, los procesos geológicos se manifiestan en forma de cráteres y lagunas encantadas que cambian de color con las estaciones. Las Torcas de los Palancares, dolinas de hasta 500 metros de diámetro y 100 de profundidad, y las lagunas de Cañada del Hoyo, torcas inundadas por aguas freáticas, forman parte de una ruta cárstica que incluye la Ciudad Encantada y el paraje de Las Majadas.
Escenarios mágicos
Por el valle leonés del Silencio, en el Bierzo, se reparten pueblos de pizarra como Peñalba de Santiago, con una iglesia mozárabe del siglo X. Un escenario mágico rodeado de bosques de robles y abedules, hayas, acebos y arces. Otro lugar perfecto para alejarse de masificaciones es la sierra del Caurel, en los confines de Lugo con Ourense, donde la leyenda cuenta que se perdió una legión romana.
Las estrellas más brillantes del verano
1. Marcando el Norte
2. Vega, Deneb y Altair
3. Los signos del zodiaco
A lo largo de la historia, la humanidad ha organizado la bóveda celeste asignando unas agrupaciones arbitrarias a las estrellas, que llamaron constelaciones. La imaginación permitió asociar los dibujos que formaban con animales o figuras mitológicas, diferentes según la civilización que observaba el cielo nocturno. Algunas estrellas, como Polaris —la estrella polar, que marca el Norte—, y las constelaciones cercanas a ellas — como la Osa Mayor— pueden verse toda la noche y durante todo el año.
En el hemisferio norte, la Vía Láctea, nuestra galaxia, alcanza una posición muy alta las noches estivales, atravesando el conocido como Triángulo de Verano, un patrón formado por tres de las estrellas más brillantes del firmamento —Vega, Deneb y Altair—. Este se puede ver en la parte superior del cielo (mirando hacia el Sur), a primera hora de la noche durante el mes de agosto, junto a sus tres constelaciones asociadas: Lyra, Cygnus y Aquila. También se pueden distinguir otras constelaciones como Casiopea, Sagitario o Escorpio y su estrella roja Antares.
Otras constelaciones se hacen visibles solo en algunas épocas del año, siguiendo una línea imaginaria llamada eclíptica (el plano por el que orbitan los planetas): son las constelaciones del zodiaco: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. Tauro, Géminis y Leo son las que mejor se ven en verano.
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